Capítulo 33 Shelby.

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Desperté de golpe al sentir una mano en mi cul0, abierta. La notaba perfectamente.

-¿Intentas violarme o qué? –Exclamé levantando la cabeza.

-Intentaba levantarte. Se me ha dormido el brazo como hace una hora. No quise despertarte pero me iba a explotar. –Se excusó.

-Ya, claro e ibas a levantarme tocándome el culo.

-Sí, listilla.                                               

-Ya veo. Eres de los que se aprovecha en la primera oportunidad que tiene de tocar un culo

Pensé que se enfadaría pero volvió a plantar su enorme mano en mi culo y me colocó sobre él ágilmente.

-¿Ahora me crees? –Susurró alzándose sobre sus codos.

-No empieces con tus susurros. –Le reñí.

-¿Qué problema hay en que susurré? –Me preguntó de la misma forma mientras que se levantaba un poco más de forma que quedamos sentados uno frente al otro con mis piernas a cada lado de las suyas.

-Que me gusta –Admití utilizando el mismo tono.

Sonrió e introdujo la mano bajo mi camiseta acariciándome la espalda. Esta vez fui yo la que se acercó más. Cada parte de nuestro cuerpo podía tocarse y me hacía sentir tan bien.

-Así que te gusta esto…-Murmuró en mis labios.

-Calla.

Atrapó mi boca con la suya  y yo me volví tan loca que creí que me lo tragaría. Llevaba tanto tiempo esperando esto ¿Por qué no me había dado cuenta antes? Mis manos se movieron por sí solas viajando por el torso desnudo de Derek parándose en su marcado estómago para después quedarse en su cuello. Él me tomó con más fuerza presionándome contra sí absorbiendo mi sabor con sus apasionados labios, dejando una marca en mi interior que me será muy difícil olvidar.

Entonces el corazón se me encogió y me sentí una de las mayores m1erd@s de todas.

-Derek –Dije separándome con la ayuda de mis manos. Él las cogió y se las llevó a su cintura sujetándolas ahí y volviendo a besarme. Me dejé llevar hasta que recordé por qué lo había parado- Para.

Alejó nuestros labios y me miró a los ojos.

-¿Qué he hecho mal?

Negué con la cabeza y me coloqué a su lado, dónde debía estar.

-Soy yo, Derek. No soy buena.

Frunció el ceño y me miró.

-Eres buena. Lo mejor.

Volví a negar.

-He estado con un tío. Por eso no he venido antes, porque estaba acostándome con un tío al que no conozco sobre una barra de bar. Y ahora no voy a hacerlo contigo. Me siento mal solo con besarte.

Me dirigió una pequeña sonrisa.

-No me  importa que hayas estado con otro tío. Eres libre. Si te he besado es porque quiero, desde hace tiempo. Me da igual que te hayas acostado con otro o que lo hayas hecho con muchos. Siempre he querido besarte.

Yo también quise besarle.

Quería volver a hacerlo.

Pero en el mundo real yo no besaba  a Derek. No besaba a nadie. No de esa manera.

Me levanté de la cama y le miré.

-No quiero que vuelvas a hacerlo. –Me miró extrañado.

Me apoyé en la puerta, levanté la cabeza y cogí aire. No podía estar pasándome esto ahora.

-¿Estás bien? –Me preguntó acercándose.

-Creo que es un ataque de ansiedad.

Grenade (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora