Capítulo 41.

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La segunda clase seguía siendo igual de aburrida que la primera, sobre todo ahora que volvía a ser todo cómo antes. Ahora que estaba sola.

Observé como todos parecían a gusto con sus compañeros de mesa. Si desde un principio Ángela se hubiese sentado con esa chica yo no me hubiese involucrado tanto. Será mejor que me olvide de que todo esto ha pasado.

Alguien golpeó la puerta, todos dirigimos nuestra atención hacia ella. Se abrieron paso en la clase  el director, el sheriff Stilinski y otro oficial más joven.

-Shelby Roberts Puedes acompañarnos de una buena forma o podemos obligarla.

Me levanté con la mirada de todos puesta en mí. Me acerqué a ellos y me llevaron fuera.

-¿No vas a resistirte?

-No tengo por qué. No he hecho nada malo –Contesté encogiendo los hombros.

-Hemos encontrado una prenda suya en la escena de un crimen ¿Tienes algo que decir respecto a eso?

Lo recordé todo de repente.  La camiseta que me había casi arrancado ese tío tendría que seguir allí y de alguna forma habían encontrado el lugar dónde nos tuvieron secuestrados.

-¿En la escena de un crimen? Pero…¿Cómo es posible? –Exclamé “sorprendida”

A ver cómo conseguía salir impune de ésta.

-Eso es lo que queremos saber. Será mejor que nos acompañes  a la comisaría.

Extendí las manos y dejé que me esposara el  más joven de ellos mientras que yo no apartaba la mirada de Stilinsky.

-Ni si quiera era necesario que me esposara. No voy a resistirme. –Murmuré.

El joven se irguió, dirigí la mirada a su chapa de identificación “Parrish”

-Por si acaso. Son medidas de seguridad. –Contestó.

Ambos empezaron a andar conmigo en medio. Los alumnos estaban agazapados en la puerta de sus clases observándome detenidamente y cotorreando sobre las razones de mi secuestro, las cuales ninguna eran ciertas.

Les miré con una de mis peores caras y ellos se encogieron. Así que ahora seré la matona de la escuela oficialmente.

En el trayecto me quedé  mirando por la ventana como un perro al que están cambiando de hogar con las ventanas cerradas.

Ya en la comisaría me sentaron en un banco metálico y me esposaron bajo él.

-Tienes derecho a una llamada –Me avisó Stilinski pasándome el teléfono.

Dudé un momento y al final tecleé el número de Nelly.

-¿Quién es? –Me respondió la voz viril de Kellan al segundo pitido.

-Soy yo, Shelbs. Necesito ayuda. Me han detenido.

-¿Qué? –Exclamó- Joder Shelby¿Qué ha pasado?

-Dicen que encontraron una camiseta mía en el escenario de un crimen. -Me limité a decir.

-Vamos ahora.

He subido capítulo en Tras la pared y pasaros por El chico. Novelas nuevas que están en mi cuenta.

Grenade (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora