Capítulo 24 - Celos

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Estuvieron un rato platicando entre los cuatro, José Luis recordó que debía dejar encargado con alguien a su perro.

—Yahel -dijo José Luis—, necesito que me cuides a Perry unos días. En dos semanas vamos a tener una convención y no puedo dejarlo aquí solo, ni puedo llevármelo.

—Claro, yo te lo cuidó —respondió Yael.

—¿Cómo que sólo? —dijo Raúl —¿Que no me voy a quedar yo aquí o qué?

—Bueno, sí, pero tú vas a trabajar todo el día y el necesita poquito más de atención y Yahel se la puede dar.

—Claro, no confías en mí, ¿verdad? —dijo Raúl, que solo lo decía broma y luego todos rieron.

Pasaron un rato agradable platicando, pero se estaba haciendo algo tarde y José Luis decidió llevar a Yahel la casa de sus padres. Mientras Ashley y Raúl se quedaron platicando un rato más ahí, pero en un rato también la llevó a su casa.

—Lo más seguro es que invite a Juan a la fiesta de graduación —dijo Ashley, antes de despedirse-. Lo pensé bien, creo que eso debo hacer.

—La verdad es que no estoy menos de acuerdo contigo — respondió Raúl —. Justo pensé que no estaba bien que invitaras a José Luis y no a Juan. De todas maneras le comentaré José Luis para que no se vaya a descontrolar.

—No creo que pase nada malo. Espero.

Ashley ya tenía los pases, así que se los entregó a Raúl. Después de eso se despidieron y ella entró a su casa.

Esa noche estuvo todo tranquilo. Cuando Raúl regresó a su casa, José Luis ya estaba ahí, jugando con el perrito. Él se fue a acostar pronto, mientras que José Luis se quedó más rato despierto.
Ya que estaba listo para acostarse se quedó sentado en la cama, mirando a su mascota.

—¿Tú no tienes males de amor? -preguntó José Luis, como si el perro le fuera a contestar —. ¿Qué vas a saber tú de eso? —terminó diciendo.

Después se acostó y dio unas palmadas a un lado de su cama, invitando al perro a que se acostara con él, y de un salto, el perro llegó con él.

—Tal vez no sepas de amor, pero eres muy amoroso —lo acarició y luego se durmió.

La noche pasó tranquila. A la mañana siguiente, despertó porque el perrito le estaba lamiendo la cara, probablemente José Luis soñaba que Hanna lo besaba.

—¡Perry! —le dijo cuando despertó-. ¿Qué pasa? ¿Tienes hambre?

Se levantó y le echó unas croquetas en su sartén para comida, de seguro tenía mucha hambre, porque se emocionó y se puso a comer rápido.
Luego, José Luis se metió a bañar, ya era hora para irse al trabajo, y cuando estuvo listo, fue a la cocina y se encontró con Raúl haciendo el desayuno.

—¿Y ese milagro? —le dijo José Luis cuando lo vio cocinando.

—Me desperté temprano y decidí levantarme a hacer el desayuno —respondió normal—. Apenas iba a ir a despertarte.

—Bueno, ahora Perry se encargó de eso.

—Siéntate para que desayunes.

Ambos se sentaron a desayunar, aun era temprano, platicaron un rato, y al llegarse la hora, cada uno emprendió camino a su trabajo.

Más tarde, José Luis andaba haciendo café en la máquina de la empresa, había salido de la oficina a prepararlo, y al regresar vio a Romina que iba llegando a la empresa. Le pareció raro, se dirigió a ella.

—Hola, Romina —le dijo José Luis al llegar a ella—. ¿Me recuerdas? Soy José Luis, el hermano de Raúl.

—Claro que sí —respondió ella con una sonrisa —. Sé perfectamente quién eres.

—¿Qué haces por aquí? ¿Te puedo ayudar en algo?

—Precisamente vengo contigo. Necesitas un presupuesto para una fiesta, ¿no es así?

—Aaah, sí —respondió, con un gesto como de que lo había olvidado por un momento—. Nunca imaginé que serías tú quien fuera a venir. Ven por aquí —dirigió a Romina a su oficina—. ¿Gustas un café?

—Claro, por favor —respondió ella.

Él salió a preparar un café para Romina, y luego regresó.
Comenzaron a platicar sobre los detalles de la fiesta, cómo la querían, sobre comidas, bebidas, decoración, local, etcétera.
Hanna había visto cuando Romina llegó y que José Luis la saludó, no sabía nada respecto a que él era el encargado de la fiesta, se había puesto celosa de que ya tenían mucho tiempo metidos en la oficina. Hasta Ashley, que había llegado con Hanna, se dio cuenta de que estaba celosa de lo que sucedía en la oficina de José Luis. Trató de tranquilizarla un poco, y lo logró, pero no dejaba de ir a ver si todavía se encontraba ella.
Ya habían estado bastante tiempo hablando sobre la fiesta, ya casi se debía ir Romina.

—José Luis —habló Romina—, quisiera invitarte a comer. ¿Será posible?

Al él le sorprendió un poco, pues no lo esperaba.

—Supongo que sí —respondió.

—Creo que te sorprendió. Quisiera platicar contigo sobre tu hermano —le dijo Romina con un tanto de pena.

—Está bien, lo comprendo.

Hanna había mandado a Ashley a que le entregara unos papeles a José Luis, para que viera si había algún acercamiento entre ellos. Él notó que iba con intención de averiguar algo. Le dijo que iba a salir a comer con la chica que estaba con él, por si se ofrecía algo. Se lo dijo con la intención de que fuera a decírselo a Hanna.

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Notas de la autora

¡Hola, amigos! Aquí les dejo el capítulo 24 de la historia, espero que les guste mucho y no olviden dejar su voto, que es muy importante para mí.

Sé que estuve muuuucho tiempo sin actualizar, pero aunque tarde tanto no piensen que ya no lo haré, se los prometo.

Espero que tenga más tiempo para escribir y para poder actualizar, y si no lo buscaré para poderles subir capítulo más seguido.

Gracias por leerme, los quiero un montón. 💖

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