Capítulo 30 - Nosotros dos

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Sin saber cuánto tiempo había pasado, Hanna se retiró un poco de él para verlo a los ojos. Él la miró también.

-No tengo las palabras para decirte que me perdones por todo lo que te hice sufrir, pero... -no terminó de decir, José Luis la interrumpió.

-Ya te dije que no pienses en eso, ya quedó atrás -respondió.

-Te lo tengo que decir, por favor escúchame -esperó que José Luis lo aceptara, él asintió y Hanna continuó-. Lo que quiero decir es que no entiendo cómo fue que todo este tiempo estuve peleando con mis pensamientos por no saber si quería estar contigo. Y ahora esta mañana, el rato que llevamos juntos, me he dado cuenta que he estado en el lugar equivocado, porque donde quiero estar es contigo.

Sus palabras tomaron a José Luis por sorpresa, de verdad no se lo esperaba.

-¿Estás hablando enserio? -de verdad no lo podía creer.

-Muy enserio -respondió Hanna-. Solo que, tengo que hablar con Juan, y por ahora no está en la ciudad, puede que vuelva como en un mes. Tenemos que esperar.

-No me importa tener que esperar. Esto que acabo de escuchar lo esperaba desde hace tiempo y ahora lo dices. Enserio no lo esperaba, pero me has hecho muy feliz -sonrió.

Luego José Luis la invitó a visitar otros lugares, claro que ella aceptó.
Caminaron al cerro de la Cruz, donde se miraba gran parte de Valle.

José Luis estaba emocionado, feliz, por saber que Hanna lo había elegido, aunque debía esperar que hablara con Juan.

Cada vez que tenía oportunidad, la abrazaba y le daba besos en las mejillas. Hanna también se notaba feliz.

Más tarde fueron a comer a un restaurante que estaba a un lado del embarcadero del lago de Valle.

Así pasaron el rato caminando de arriba a abajo y visitando todo Valle.
También visitaron la famosa cascada llamada el velo de novia.
Se llegó la tarde y decidieron regresar a la ciudad, después de haber recorrido gran parte de Valle de Bravo.

Ya iban entrando a la ciudad. Habían olvidado encender sus teléfonos. José Luis le pidió a Hanna si lo podía encender su celular, y ella lo hizo, con los dos. Luego les llegaron mensajes a ambos, en el de José Luis estaba un mensaje de Raúl dónde le avisaba que ya había recogido su auto.

-¿Vas a hacer algo ahora? -cuestionó Hanna a José Luis.

-Llevarte a tu casa -respondió.

-Me refiero a si tienes planes para después.

-Ah, pues no, no tengo nada qué hacer.

-Te quisiera mostrar algo. ¿Quieres?

-Pero claro que sí -hizo una sonrisa.

Hanna le indicó a José Luis por dónde conducir, hasta que llegaron a un edificio. José Luis miró a Hanna antes de entrar al estacionamiento.

-No me vas a secuestrar, ¿Verdad? -cuestionó serio.

Hanna rió y negó con la cabeza.
Luego entraron al estacionamiento, dejaron el auto y Hanna lo condujo hasta el elevador, que hizo que subieran a al quinto piso. Sacó unas llaves de su bolsa y siguiendo el pasillo, en la primera puerta a la izquierda, abrió la puerta. Era un departamento, estaba semiamueblado.

-¿Y esto es tuyo? -cuestionó José Luis dudando un poco.
Hanna asintió con la cabeza, con una pequeña sonrisa.

-Así es. Tengo algo de tiempo que lo compré, y poco a poco he estado comprando muebles. Eres la primera persona que se lo muestro.

-¿De verdad? -preguntó sorprendido.

-Sí. Quisiera cambiarme aquí cuando todo esté listo y tenga lo suficiente.

José Luis la rodeó por detrás con sus brazos.

-Eres una mujer admirable -la besó en la mejilla-. Me da gusto que te estés independizando. Y más que yo sea la primera persona que mire esto.

Hanna se volvió hacia él y lo abrazó.
Ambos se sentaron en el sofá de la sala y platicaron por un largo tiempo.

Pasaron los días, todo seguía igual, y aunque Hanna y José Luis querían gritar su amor a todo el mundo, no podían, pues Juan aún no llegaba de su viaje, así que Hanna no había hablado con él. Sin embargo, José Luis ya le había contado a Raúl lo que habían vivido el día que fueron a Valle de Bravo.

Había llegado el momento del congreso que Antonio les había dicho. Era un miércoles por la tarde cuando tomaron el vuelo a Acapulco, que era el lugar del congreso. José Luis se sentía nervioso, pues tenía que esconder lo que sentía por Hanna cerca de Antonio y todavía de Steven. Ese día no habían asistido a la empresa, pues Antonio les dió el día para que arreglaran sus cosas antes del vuelo. José Luis había llevado a Perry a casa de sus papás, pues Yahel lo iba a cuidar.

Antonio rentó una camioneta para llevar a su equipo al hotel. Durante ese tiempo no faltaron las miradas entre Hanna y José Luis, en ocasiones se sonreían, siempre tratando de no levantar sospechas.
Cada quien fue a su habitación a instalarse. José Luis llegó, habló a su casa para preguntar si estaba todo bien con Perry y avisar que ya estaba en el hotel, igual le mandó un mensaje a Raúl para decirle que había llegado.
Luego se dio un baño, y se recostó en la cama. Escuchó que alguien tocó la puerta. Al abrir, estaba Hanna, la dejó entrar y cerró la puerta tras ella. Se abrazaron.

-¿Crees que sobrevivamos entre todo esto sin levantar sospechas? -cuestionó Hanna.

-No creo que sea difícil para ti disimular -respondió José Luis-. En cambio, creo que para mí es más difícil.

-¿Por qué lo dices? También para mí es difícil.

-Siento que a las mujeres les cuesta menos esto.

-No quiero que estos días pasen sin poder estar contigo sin que nos vean.

-Trabajamos juntos, somos amigos, no entiendo por qué no deberían vernos juntos. Solo no hagamos cosas obvias que hagan pensar algo a los demás. ¿Estás de acuerdo?

-Claro, porque no quiero estar todo el tiempo alejada de ti.

José Luis asintió y le dió un beso en la frente. Un momento se quedó pensando, Hanna le preguntó si pasaba algo.

-Te lo voy a decir, pero no lo tomes a mal -dijo José Luis-. Me siento como reprimido por esto que pasa contigo. Me hace sentir mal tener que esconder lo que siento por ti.

Hanna agachó la mirada, lo pensó un momento.

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Notas de la autora

¡Hola! Aquí les dejo el capítulo 30 de la historia, espero que les guste  mucho, no olviden votar.

Les tengo un mensaje dirigido a los que leen la historia:
No quería subir más capítulos mientras que no escribiera más, pero la verdad es que estoy atorada, no sé qué escribir, y eso que tengo todas las ideas en mi mente, pero no encuentro cómo plasmarlas. Yo sé que ustedes siempre esperan mucho tiempo a que yo suba un capítulo, se los agradezco mucho, de verdad, gracias por su apoyo. Estos días he estado intentando escribir y creo que todavía hay como otro capítulo para publicar, voy a seguir escribiendo y hacer lo posible para subirles el capítulo en el fin de semana y espero tener más para actualizarles más seguido.
Gracias por todo su apoyo. Espero que este capítulo tenga más votos que los anteriores y así animarme más a escribir.

L@s quiero.

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