Raúl se encontraba en la empresa donde trabajaba, estaba en su oficina. Luego llegó Romina. Estaba todo tranquilo, tanto Raúl como Romina.
-Perdón si te buscado tanto, Raúl -le dijo Romina después de haber entrado-. Pero es que quiero que las cosas estén bien entre nosotros.
-Yo lo entiendo -dijo Raúl-. Y perdón por no intentar escucharte ni tratarte de la mejor manera, pero sabes que ya no puede haber nada entre nosotros, ni siquiera una amistad, yo tengo novia y la quiero muchísimo.
-Yo lo sé, Raúl, pero quiero intentar recuperarte, o al menos estar bien contigo, que todo esté tranquilo.
-No sé si sea posible -respondió Raúl.
-Bueno, sólo te pido que me perdones, hazlo posible.
Raúl quedó pensativo, la miraba de una manera en que no sabía qué contestar, pero no la dejaba de ver.
-Está bien, tú ganas -respondió Raúl-. Yo te perdono, pero eso no significa que podamos seguir hablándonos o ser amigos.
-Lo tengo claro -dijo Romina-, pero por ahora me conformo con que me hayas perdonado -fue lo último que dijo y después salió de la oficina de Raúl.
Raúl se había quedado tranquilo, no le causó tanto conflicto haber hablado con Romina.
Ese día Steven no se paró en la empresa de los Pérez.
A Hanna le había causado gracia el hecho de que su hermano y José Luis se habían emborrachado, se los imaginaba en ese momento. Y Ashley todo lo contrario, se había molestado.
Así pasaron algunos días, había llegado el esperado sábado. Claro, esperado por José Luis. Él se había levantado muy temprano. Se preparó un café, luego se fue a bañar.
Cuando volvió a la sala ya arreglado, encontró a Raúl viendo tele junto con Perry.-¿No necesitarás salir hoy? -le cuestionó José Luis a Raúl.
-Me hablaron que ya estaba listo mi auto, así que iré por él -respondió Raúl.
-¿Necesitas que te lleve?
-Gracias, pero sé que ya te debes ir. Y lo haré más tarde, así que tú vete tranquilo -le regaló una sonrisa.
-¿De verdad?
-Claro que sí. Yo me voy en taxi o micro, que al cabo no nací en auto.
-Bueno, cuando lo recojas me avisas, por favor. Y te dejo, que se hará tarde.
-Te deseo la mejor de las suertes. Cuídense.
-Gracias, brother.
José Luis salió de su casa con rumbo a la de Hanna. Ella estaba esperándolo. Luego de que le marcó a su teléfono de que ya estaba afuera, ella salió.
Se saludaron. Entraron al auto y emprendieron camino.-¿A dónde vamos a ir? -cuestionó Hanna.
-Ya te darás cuenta -respondió José Luis.
-¿No me puedes dar una pista?
-Mmm -se hizo el pensativo-. No.
-Qué malo eres.
-Algunas veces -respondió José Luis.
Tardaron aproximadamente dos horas en el transcurso del viaje. Después de un rato Hanna ya se había dado cuenta a dónde iban a ir. A Valle de Bravo. Un lugar tan bello para enamorarse.
Antes de salir del auto, José Luis pensó que era buena idea dejar sus teléfonos en la papelera, así nadie los interrumpiría.
-No será un secuestro, ¿verdad? -cuestionó Hanna, bromeando.
-No había pensado en eso -fingió ponerse pensativo -, pero es buena idea.
Hanna lo miró dudando. Después rieron los dos.
-Si quieres lo puedes llevar, no importa -sonrió.
-No, mejor sí lo dejaré -respondió Hanna, abriendo la papelera.
Antes de dejar su celular lo apagó. José Luis hizo lo mismo y se lo dió a Hanna para que lo dejara ahí.
Lo primero que pensó José Luis fue en buscar un lugar para desayunar. Y así fue, llegaron a un restaurante donde había variedad de desayunos.
Después de desayunar, caminaron por las calles de Valle, y platicaban, empezaron a entrar a tiendas y ver todo lo que había alrededor.
Luego entraron al museo arqueológico, al cuál ninguno de los dos había entrado anteriormente.
Más tarde, cuando salieron del museo, fueron a comprar un helado y se sentaron en una banca de la plaza.
José Luis notó a Hanna sonriendo, sin que estuvieran hablando, parecía que pensaba en algo que le causaba felicidad.-¿Sucede algo? -cuestionó José Luis a Hanna, sacándola de sus pensamientos.
Ella lo miró sin dejar de sonreír.
-Me gusta estar contigo -hizo una pausa, luego quitó la sonrisa-. Perdón por todo lo malo que te hice sentir, me siento mal por eso.
-No pienses en eso, ya es pasado -tomó de su mano -. Yo ya lo olvidé -sonrió, viéndola a los ojos.
El tiempo se detuvo para ambos, José Luis no esperaba algo de ella, no un beso, no un abrazo, ni una caricia, aunque lo deseara con su ser. Fue Hanna la que se recostó en su hombro; por primera vez en mucho tiempo se sentía segura y bien consigo misma de lo que hacía.
Hubo silencio, de ese que dá paz, los dos estaban tranquilos y felices.
En un momento Hanna se volvió para verlo, igual José Luis la miró atento.-Jose -hizo una pausa, él la observaba-. Me gustas muchísimo -no pudo con lo que sentía, se le lanzó a darle un beso, beso que fue correspondido.
Al terminar, Hanna suspiró viendo a otro lado, José Luis sonrió y la seguía viendo.
-Las cosas no se van a quedar así nomas -dijo José Luis, luego la tomó de la barbilla y la volvió a besar.
José Luis la abrazó, luego terminaron el beso. Hanna se recargó en él, también abrazándolo, no dijo ni una sola palabra, ni ella ni José Luis.
De cierta manera él estaba feliz, pensando que ya tenía ganada a Hanna. Ella se sentía tan bien como no se sentía en años, fue entonces donde se dió cuenta que su lugar era con José Luis.■▩▦▨□▧▦▩■
Notas de la autora¡Hola! Aquí les dejo el capítulo 28 de la historia, espero lo disfruten tanto como yo.
Hoy me sentí con la necesidad de subir un capítulo, a pesar de que estoy con el tiempo encima y no estoy tan libre. Espero que les guste mucho. L@s quiero mucho. Y denle mucho amor a este capítulo con sus votos.
Gracias por leerme. ♥️
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Corazones Compartidos
Romantizm-No puedes negar que me quieres tanto como yo a ti. No tengas miedo, es mejor que hables antes de que sea tarde. Puede que a él hoy lo lastimes con esto, pero es mejor a que lo lastimes toda la vida porque no lo amas. Aún estás a tiempo de decidir n...