—Yo creí que estabas exagerado cuando me contaste de la chica que te odiaba —dijo Raúl a José Luis.
—¿Lo ves? Y yo no sé qué fue lo que hice para caerle mal.
Estuvieron platicando hasta que llegó el mesero con las cartas, pidieron, pero Raúl sólo pidió una ensalada.
—¿Es enserio? —preguntó José Luis después de que se fue el mesero—. ¿Sólo una ensalada?
—Sí, no tengo mucha hambre —contestó Raúl un poco nervioso.
—¿Y eso por qué? —preguntó curioso—. Dime que no sigues con lo de hace tiempo.
—José Luis, no puedo evitarlo, tengo episodios de depresión y la recuerdo. Lo peor es que ya regresó a trabajar, pero gracias al cielo no la he visto.
—¿Entonces Ashley qué es para ti?
—Es una gran amiga, sólo eso. No puedo olvidar a Romina.
—Piensa en ti, bro. No debes dejarte caer, recuerda que lo prometiste.
—Intento hacerlo por la gente que me quiere, pero no logro nada.
—Tranquilo, Raúl. Poco a poco vamos a salir de esto juntos.
—Mejor ya no hablemos de esto —dijo Raúl con tono desanimado—. Cuéntame cómo vas con Melissa.
—Es parte de lo que quería hablar contigo. No sé qué me está pasando que ya no quiero estar todo el tiempo con ella, es como si ya no la amara.
—¡¿Qué?! —dijo Raúl sorprendido—. ¿Cómo está eso?
—No lo sé, Raúl. Aunque tal vez alguien tenga que ver con esto.
—¿Te gusta alguien más? —preguntó curioso.
—Creo que sí. Pero no sé por qué, si se porta de lo peor conmigo. Y pues, yo no me quedo atrás, hago como si también ella me cayera mal.
—Tú sí que estás mal. ¡Espera! —dijo reaccionando de todo lo que había dicho José Luis—. ¿Quien te gusta es Hanna?
José Luis hizo una sonrisa fingida y terminó por decirle que sí a Raúl.
—No supe cómo, pero cada que la veo quisiera correr a besarla a ver si así se le quita un poquito ese odio por mí.
—¿Y si lo intentas?
—¿Estás loco? No creo que sea buena idea. Lo peor es que ella tiene novio.
—Y tú también. Debes pensar qué va a pasar con Melissa.
—Lo sé, pero no quiero lastimarla, hemos estado tanto tiempo juntos, y... ¿Cómo decirle que ya no la amo?
—Y yo que pensaba que estaba en una situación crítica, pero ahora te veo a ti. Los Ortega somos un desastre.
—Sólo tú y yo —dijo José Luis y los dos rieron.
Así pasaron el rato platicando, cuando terminaron de comer, cada uno se regresó a su oficina. Cuando José Luis entró se encontró a Hanna ahí, porque tenían que trabajar en una campaña, se pasaron un buen rato ahí, no discutieron ni pelearon, porque Hanna sólo estaba enojada cuando no trabajaban, en estos casos se portaba seria con él.
—Oye —dijo José Luis para llamar la atención de Hanna y ella lo volteó a ver—. Enserio quisiera saber qué hice para caerte así.
—No empieces —dijo desviando la mirada.
—Es que no empiezo, no me gusta que nos la pasemos tanto tiempo juntos trabajando y que siempre estemos peleando, enojados.
—Pues yo también te caigo mal a ti, ¿no es así?
—¿Quieres que te diga la verdad? —dijo y Hanna lo volteó a ver confundida—. Tú no me caes mal, yo soy así porque no soporto que me trates así como me tratas.
Hanna se quedó callada por unos segundo sin voltear a ver a José Luis, en cambio, él sólo la veía.
—¿Sabes qué? —habló José Luis—. Ya no puedo más —se acercó a Hanna y le dio un beso que al principio ella despreció, pero como él la abrazó fuerte y no la dejó alejarse, ella le correspondió a final de cuentas. Cuando este terminó, Hanna vio seria a José Luis.
—¿Qué acabas de hacer, Ortega? —dijo Hanna un tanto furiosa.
—Lo que debí haber hecho hace tiempo —dijo José Luis muy convencido.
—No debiste —dijo Hanna y salió corriendo.
Creo que no funcionó como esperaba —pensó José Luis—. Raúl se equivocó.
Mientras tanto Raúl se encontraba con Hugo platicando, ya estaban listos para irse.
—¿Vamos a patinar hoy? —dijo Hugo a Raúl.
—¿No tienes nada mejor que hacer? —contestó Raúl jugando.
—Anda, di que sí, ya hace tiempo que no salimos después del trabajo.
—Y vaya que sí, ya no recuerdo cuándo... —no terminó de hablar, lo interrumpió el sonido de su celular.
—¿Quién te llama? ¿Es tu Ashley? —dijo en tono de burla.
—No, es mi hermano. Que raro —contestó el teléfono—. Bueno.
—¿Qué crees, Raúl? —dijo José Luis cuando Raúl le contestó.
—No sé, ¿qué quieres que crea? —respondió Raúl confundido.
—Hice lo que me sugeriste.
—¿A qué te refieres? —preguntó curioso.
—Besé a Hanna.
—¿Que hiciste qué? —dijo y Hugo lo vio extraño, se moría de la curiosidad de saber qué estaba pasando—. ¿Estás menso? Yo no te sugerí nada, sólo dije que lo intentaras, pero no ahora.
—Pues ni modo, ya lo hice.
—Bueno, ¿y qué pasó?
—Creo que se enojo, no fue una buena idea —después de decir eso Raúl soltó la risa—. ¡Oye! Eso no es gracioso.
—Lo siento, bro, para mí sí lo es —dijo y volvió a reír.
—¡Raúl! —dijo un poco enojado.
—Ya, perdón. ¿Quieres ir conmigo y con Hugo a patinar?
—Está bien. Los veo allá.
—Adiós —dijo Raúl y colgó.
—¿Qué pasó? —preguntó Hugo curioso.
—Si vas a ver a José Luis, mejor que él te lo cuente. Ya vámonos.
Ambos salieron de la empresa y se dirigieron a la pista de hielo, allá se encontraron con José Luis, quién les dijo cómo había pasado todo. Patinaron por un rato y después se fueron a sus casas.
*****
Al día siguiente, como todos los días, Raúl y José Luis se arreglaban para irse a trabajar, cuando estuvieron listos emprendieron camino a sus trabajos.
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Notas de la autora¡Hola! Aquí les dejo el capítulo 12 de la novela, espero que les guste.
¿Qué pasará ahora que José Luis besó a Hanna? 😱
Gracias por leer mi historia. Me siento feliz de que exista personas que les interesa. Enserio muchas gracias.
Y ya estamos a finales de año. Espero que este 31 pasen una bonita velada en compañía de sus seres queridos... Y ustedes por leer mi historia formaron parte de mi 2017...
Le quiero agradecer a Paty_RR por animarme a publicar esta novela. Gracias infinitas. 😁💖
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Corazones Compartidos
Romance-No puedes negar que me quieres tanto como yo a ti. No tengas miedo, es mejor que hables antes de que sea tarde. Puede que a él hoy lo lastimes con esto, pero es mejor a que lo lastimes toda la vida porque no lo amas. Aún estás a tiempo de decidir n...