Capítulo 42 - Quiero cantar

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Más tarde Antonio empezó a dar reconocimientos a los trabajadores que llevaban más tiempo en la empresa. Dio la bienvenida a Ashley. Dijo sobre algunos que había ascendido, entre ellos José Luis.
Enseguida empezaron a dar la cena.
José Luis seguía tomando, pero aún estaba todo bien.

En un momento le dijo a Hugo que quería decirle algo a él y a Raúl.

—¿Puedes esperarnos en la entrada del baño? —le preguntó José Luis a Hugo. Él asintió.

José Luis caminó a la mesa de los Pérez, saludó sacudiendo la mano y sobre el hombro le dijo a Raúl que le quería decir algo, que por favor lo siguiera.
Raúl lo vio extraño, pero lo siguió hasta llegar con Hugo.

—Quiero cantar —dijo José Luis. Raúl y Hugo se miraron, sorprendidos—. Quiero cantar la canción que le escribí a Hanna.

—¿Estás borracho? —preguntó Raúl.

—Estoy perfectamente en mis cinco sentidos —respondió—. Sé que ustedes tomaron clases de música y necesito que me ayuden.

—Pero eso fue en la secundaria, José Luis —mencionó Raúl.

—Por favor —rogó José Luis.

—No estarás borracho, pero sí estás loco —dijo Hugo—. Solo una vez escuchamos la canción, es imposible que la podamos tocar.

—Yo les voy diciendo las notas. Quiero que me ayudes a cantar —miró a Raúl.

Raúl no decía nada, parecía que todo le parecía una locura.

—Está bien, yo te ayudo, pero necesito que me escribas las notas para no regarla —dijo Hugo.

—Te escribiré un mensaje donde pondré las notas, gracias —miró a Raúl—. ¿Me ayudarás?

—Esto es una locura —respondió Raúl—. Pero te ayudaré.

—Gracias a los dos. Les mandaré un mensaje de voz para que escuchen cómo va.

José Luis había grabado la canción en su teléfono, así que se las mandó, la letra a Raúl y las notas a Hugo.
Raúl y Hugo salieron del salón para estudiar la canción, aunque Raúl era el que más debía estudiar.
Hugo sabía tocar el piano, y aunque ya casi no lo hacía, lo hacía muy bien.

Raúl tenía una hermosa voz, aunque no muchos lo habían escuchado cantando, porque ya no lo hacía, solo en su juventud cuando hacían sus tardes bohemias.

Ashley salió del salón, se había preocupado porque Raúl no volvía, y lo vio ahí.

—¿Está todo bien? —cuestionó Ashley.

—No del todo, mi hermano está loco —respondió Raúl.

—¿Por qué lo dices?

—Ya lo verás en unos minutos.

Raúl le pidió a Ashley que regresara adentro, pues José Luis tenía una sorpresa y no quería que nadie supiera.

—¿Están listos? —les preguntó José Luis a los dos.

—No —respondieron al unísono.

—Pero no tenemos tiempo —dijo Raúl—, así que vamos.

José Luis le preguntó a uno de los músicos que estaban que si les podían dejar cantar una canción. Creía que querían cantar con ellos, luego le aclaró que querían tocarla y cantar una de su composición.
Estaban a punto tomar un descanso, entonces le dijeron que cuando pasara eso podían subir.

—¿José Luis ha estado tomando? —preguntó Raúl a Hugo.

—¿No se nota?

—También debí haber tomado para no sentir estos nervios.

Corazones CompartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora