Capítulo 5 - La gota que derramó el vaso

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Al día siguiente José Luis se levantó temprano, se dio un baño y fue a la cocina, él imaginaba que Raúl ya estaría ahí preparando, como siempre, el café, pero no fue así, le pareció muy extraño no encontrarlo ahí, así que fue directamente a la habitación de Raúl, tocó la puerta, pero él no le contestó.

—Raúl, ¿estás ahí todavía? —preguntó José Luis volviendo a tocar la puerta.
Como Raúl no le contestó pensó que tal vez ya se había ido y decidió llamarle al celular, pero se llevó la sorpresa de que el celular de Raúl sonaba en su habitación—.¿Será que Raúl olvidó su celular?— preguntó José Luis a sí mismo—. ¡Raúl!— dijo nuevamente golpeando la puerta, pero no obtuvo respuesta alguna. Trató de abrir la puerta pero estaba cerrada con seguro—. Esto ya no me está gustando nada —dijo José Luis preocupado —¡Raúl! —gritó golpeando la puerta desesperadamente. Intentó de nuevo abrir la puerta, pero no pudo, así que empezó a golpearla con el pie hasta que lo logró, entró rápidamente y encontró a Raúl tirado en el piso y al lado un frasco de pastillas vacío—. Por dios, Raúl, ¿qué hiciste?— Comenzaron a caerle lágrimas por sus mejillas—. ¡Raúl, contéstame! Despierta, dime que estás bien —José Luis tomó el pulso de Raúl y aún tenía, aunque muy débil. Lo tomó entre sus brazos, lo subió al auto y lo llevó rápidamente al hospital. Pasaron tres horas antes de tener alguna noticia sobre Raúl, que a José Luis se le hicieron eternas.

—Familiares del joven Raúl Ortega —dijo el doctor llegando a la sala de espera.

—Soy su hermano —dijo José Luis acercándose al doctor—. ¿Cómo está?

—Tuvimos que hacerle un lavado de intestinos antes de que las pastillas hicieran más reacción en él, afortunadamente lo trajo a tiempo. Ahora sólo debemos esperar a que despierte.

—¿Eso quiere decir que él está bien?

—No del todo —contestó el doctor.

—¿Qué pasa con Raúl? —preguntó José Luis preocupado—. Hable ya, doctor.

—Mire, yo no sé cuáles hayan sido las razones para que su hermano tomara la decisión de hacer esto, pero es demasiado notable que necesita ayuda profesional. Aquí tengo los datos de un excelente psicólogo —dijo el doctor dándole un papel a José Luis—, usted sabrá si acepta mi consejo o no.

—Claro que sí —dijo José Luis recibiéndole el papel—, muchas gracias.

—No agradezca. Y ahora con su permiso, voy a revisar a mis pacientes —dijo el doctor y después se fue.

José Luis se sentó dónde estaba sentado, estuvo viendo el papel que le dio el doctor hasta que sonó su celular. Era Hugo, estaba preocupado por Raúl porque no había llegado a la oficina, entonces José Luis le contó todo lo que había pasado. Hugo fue inmediatamente al hospital donde estaba Raúl.

—¿Cómo está Raúl? —dijo Hugo llegando con José Luis.

—No tan bien como quisiera —contestó José Luis—, según el doctor hay que esperar a que despierte.

—¿Cómo fue que se le ocurrió hacer eso?

—No sé —contestó triste—. Ahora más que nunca sabemos que no está bien —dijo José Luis y Hugo asintió con la cabeza—. Tú eres el mejor amigo de Raúl, ¿estás dispuesto a ayudarlo?

—Por supuesto que sí —contestó Hugo con seguridad.

—¿Por qué no empiezas por contarme lo que sabes?

—No sé si sea lo mejor.

—Hugo, ¿ves la situación y aun así no me quieres decir nada?

—Bueno, está bien —Hugo hizo una pausa, iba a hablar, pero el celular de José Luis sonó y lo interrumpió.

—Discúlpame —dijo José Luis y después contestó el celular, era Melissa —Bueno —se alejó un poco de Hugo—. ¿Qué pasa, Meli?

—Eso es lo que me pregunto yo —dijo Melissa preocupada—, ¿qué pasa? Ya es muy tarde y no has llegado a la oficina.

—Estoy en el hospital.

—¿Qué te pasó? ¿Estás bien?

—A mí no me pasó nada —contestó José Luis—, se trata de Raúl.

—¿Qué tiene Raúl? ¿Se puso mal de nuevo?

—Después te cuento, ¿sí?

—Está bien. Ahora hay otra cosa que quiero decirte... El jefe está muy enojado porque no has llegado.

—Ahora sí perderé el trabajo, pero ahora es más importante mi hermano. En un rato voy para allá —dijo y colgó.

José Luis regresó con Hugo y él se dio cuenta de que algo no estaba bien.

—¿Pasa algo? —cuestionó Hugo.

—Creo que me quedé sin empleo —contestó José Luis desanimado.

—¿Por qué?

—Me marcó Melissa, dice que mi jefe está enojado porque no he llegado.

—Pero eso tiene justificación, tu hermano está en el hospital.

—Mi jefe no tiene consideración, las otras veces que ya había faltado porque Raúl estaba enfermo me lo advirtió, si volvía a faltar me iba a despedir, y él ya sabía cuáles era las razones para haber faltado.

—Qué mala onda. ¿Qué piensas hacer?

—Por lo pronto enfrentar mi despedida. Pero no me arrepiento, mi hermano está antes que todo.

—Qué bueno que tomes las cosas con ese positivismo. Tengo que regresar a la oficina, cualquier cosa me avisas. Volveré cuando salga.

José Luis asintió con la cabeza y Hugo salió de ahí.
Pasaron algunas horas, José Luis fue a hablar con el doctor que atendía a Raúl y le preguntó que cómo seguía y que si pensaba que despertaría pronto.

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Notas de la autora

Hola! Aquí les dejo el capítulo 5 de la novela. Espero que les esté gustando.

Qué creen que pase con Raúl? Está pasando por un mal momento :(

Creen que JL se quedará sin empleo?

Pa' mi que a Raúl le hace falta una novia 🙄💕😂

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