Capítulo 36 - Todo está bien

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Luego se sentó al pie de un árbol y Perry a un lado.
Sacó su teléfono y vio que tenía llamadas perdidas y mensajes de Hanna.
Intentó marcarle, pero le mandó directamente a buzón.

Minutos después sonó su celular, creyó que Hanna le regresaba la llamada, pero era Antonio.

Le contestó. Antonio estaba preocupado porque José Luis había faltado sin avisar nada. Le contó que se había sentido mal.

—¿Necesitas que vaya a la empresa? —cuestionó José Luis.

—No si te sientes mal —respondió Antonio.

—Puedo ir, ya no me siento tan mal.

—Está bien. Vienes para decirte algunas cosas y te puedes regresar a tu casa.

—Claro. Llegó en un rato.
Hanna había dejado 4 mensajes a José Luis.

¿Por qué no has llegado?

¿Está todo bien?

Me preocupas. Nunca has faltado.

José Luis, no me hagas esto, dime que todo está bien.

Antes de irse a su casa a dejar a Perry, José Luis decidió escribirle a Hanna.

Perdón, nunca escucho mi teléfono. No fui a la oficina porque me sentí mal, pero no te preocupes, está todo bien. No olvides que te quiero.

José Luis fue a su casa, dejó a Perry y tomó rumbo a la oficina en su auto.

Cuando llegó a la empresa, fue directamente con su secretaria, le entregó algunos pendientes que tenía. Quiso ver a Hanna, pero le dijeron que había salido a comer junto con Ashley con un inversionista para cerrar un negocio.
Entonces se fue a la oficina de Antonio.

—Buen día, Antonio —dijo José Luis al entrar a la oficina—. Ya estoy aquí.

—Buen día, José Luis —respondió Antonio y le indicó que tomara asiento—. Te he notado estresado, un poco distraído. Si necesitas tomar un descanso puedes tomar tus vacaciones desde ahora mismo si quieres. Realmente te ves cansado.

—Sí, estás en lo correcto, pero no creo que sea lo mejor por ahora. Solo tuve una mala noche, ahora no necesito vacaciones. Prometo que mañana ya no pasará.

—Verte así me preocupa —dijo Antonio seriamente—. No quiero que por no tomar un descanso a tiempo pase algo más grave. Eres un gran trabajador, una gran persona, un gran amigo. No quiero que pase a más.

—Gracias por preocuparte. Créeme que si me siento mal yo seré el primero en pedir vacaciones. Por ahora no creo que sea necesario.

—¿Estás seguro?

José Luis asintió.

—Gracias por preocuparte.

—Te propongo algo —le dijo Antonio—. Tómate el día de hoy. Mañana vas a ver a los proveedores para los presupuestos y lo que queda de la semana trabajas desde tu casa.

—¿Hablas en serio?

—Sí. ¿Te gusta la idea?

—Sí, me agrada bastante. Claro que te tomo la palabra.

—Si por alguna razón te sientes mal quiero que me lo digas, en serio que te damos vacaciones en el momento que tú quieras.

—Gracias, Antonio, valoro todo esto que estás haciendo.

—Te mereces más por lo que eres. No quiero que esto llegue a algo más grave, así que si te sientes mal ya sabes.

—De verdad te agradezco todo. En serio te debo mucho. Te debo mucho por haber confiado en mí.

Corazones CompartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora