Capítulo 37 - A descansar

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José Luis siempre le había tenido confianza a Yahel, aunque no siempre le contaba de su vida.
Le tuvo que contar que tenía una relación con Hanna a escondidas.

—¿Ella es la razón por la que no estás bien? —cuestionó Yahel. Sabía que Hanna tenía novio.

—Estoy bien, de verdad. Anoche sí traía muchas cosas en la cabeza, pero no es solo ella —miró a Yahel, también lo veía, muy atenta—. Hace días me encontré a Melinna y le dije que quería hablar con Melissa. Nos veremos mañana.

—¿Y de qué van a hablar? —estaba muy seria.

José Luis la observó. Sabía que no entendería, lo que él pensaba.
Le dijo lo mismo que a Raúl y ella reaccionó de la misma manera. No lo juzgó ni le dijo más. Sabía José Luis que no era lo mejor que podía hacer, pero lo quería.

Por la tarde se fue de nuevo a su casa, empezaba a sentir el cansancio de la desvelada.
Se despidió de su mamá y su hermana.

Al llegar se metió a bañar de nuevo. Siempre decía que se podía dormir mejor después de un baño.

Al terminar fue a la cocina y preparó un té. Fue después cuando llegó Raúl. José Luis estaba tomando el té que se había preparado, le ofreció, pero no quiso.

—¿Cómo te sientes? —cuestionó Raúl.

—Estoy bien —dijo y luego sonrió—. He dicho eso hoy tantas veces. Me siento mejor. Y creo que hoy sí voy a dormir, siento mi cuerpo y ojos pesados. Gracias por preocuparte.

—Me alegra escuchar que estás mejor. ¿Por qué no pudiste dormir?

—Cuando me fui a mi cuarto seguí tocando la guitarra hasta muy tarde, hace mucho que no lo hacía y lo anhelaba muchísimo. Cuando me di cuenta ya casi daban las 4, entonces fue que dejé todo y me quise acostar, pero todo me empezó a dar vueltas y me salí a caminar. Me dormí muy tarde.

—No lo vuelvas a hacer. Tienes la vida para seguir tocando y aprendiendo más.

—Hice una canción. Para Hanna.

—Eres increíble. Cuando me la quieras enseñar estaré listo.

—Claro. Pronto la escucharás.

—No imaginaba que volverías a esto, pero me agrada —terminó de decir. José Luis le dio una sonrisa—. ¿Mañana sí irás a trabajar?

—Antonio me dijo que no fuera a la empresa esta semana. Puedo trabajar desde aquí, así que no iré.

—Oh, eso está muy bien.

—Sí —José Luis figuró una sonrisa—. Melinna me escribió hoy. Mañana veré a Melissa.

—Solo te quiero decir que no vayas a hacer nada estúpido.

José Luis asintió. Le había dejado claro lo que buscaba al ver a Melissa, según él, y Raúl no quería que se sintiera más presionado o estresado por la situación.

—Me iré a dormir —dijo José Luis—. Estoy muy cansado.

—Anda. Qué descanses.

Se fue a acostar y pronto se quedó dormido.
Raúl estuvo más rato despierto. Se fue a bañar.

Más tarde fue a la cocina y preparó café. Mientras lo servía escuchó que alguien llamó a la puerta. Entonces fue a abrir y era Hanna. Se saludaron y ella le preguntó por José Luis y él le dijo que ya estaba dormido.

—¿Quieres pasar? —le preguntó a Hanna cuando la vio con interés de saber si algo le pasaba a José Luis.

Ella le dijo que sí. Estaba apunto de cerrar la puerta cuando llegó Hugo, también buscando a José Luis.

—Está dormido. ¿Sucede algo? —cuestionó. Lo notó raro.

—Mañana lo vengo a buscar. Nos vemos —luego se fue.

Raúl estaba confundido por cómo actuó Hugo. Pero luego entró con Hanna.
Le ofreció algo de tomar. Ella aceptó un té.

—¿Le pasa algo a José Luis? —cuestionó Hanna.

—Ha estado algo estresado.

—¿Y por eso no fue a trabajar hoy? Me dijo que se sentía mal.

—Anoche la pasó mal. No durmió. Por la mañana le dolió mucho la cabeza y por eso no fue.

—¿Por qué no durmió? —Hanna en serio estaba interesada por saber de José Luis. Lo quería y se preocupaba por él.

—Ayer llegó muy emocionado porque compró una guitarra nueva. Se quedó hasta muy tarde tocándola y en la mañana ya no pudo levantarse por el dolor de cabeza.

—No sabía que tocaba la guitarra —estaba admirada de conocer eso nuevo de José Luis.

—Hace mucho tiempo que no lo hacía.

No platicaron mucho rato, Hanna solo quería saber cómo estaba José Luis y Raúl ya le había dicho. Así que después de unos minutos más luego de platicar se fue.
Raúl también estaba cansado y aunque no era muy tarde se fue a acostar, pero antes de dormir se quedó un ratito viendo la televisión en su cuarto.

Al día siguiente José Luis se levantó temprano, porque aunque no iría a la empresa tenía que ir a ver a los proveedores con los que ya tenía cita, y antes quería salir a caminar.

Estaba apunto de salir cuando vio a Raúl que iba a la cocina. Lo saludó.
Él le preguntó cómo había dormido. En realidad José Luis durmió muy bien.

—Ayer te vinieron a buscar después de que te dormiste —le dijo Raúl.

—¿Quién? —cuestionó un poco sorprendido.

—Vino Hanna. Y también Hugo.
José Luis se sorprendió más al escuchar que Hugo lo buscaba.

—¿Te dijeron algo?

—Hugo dijo que te venía a buscar hoy. Hanna quería saber cómo estabas, creo que se preocupó mucho.

—No he podido platicar con Hanna desde el congreso —dijo serio, mirando hacia abajo.

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Notas de la autora

¡Hola! Aquí les dejo el capítulo 37 de la novela. Espero que les guste.

Se vienen cosas muy interesantes, así que no dejen de leer.
Y quiero decirles que los últimos capítulos han tenido muy pocos votos y eso me desanima. No quiero volver a dejar de publicar, pero tampoco me motiva ver que son tan pocos.
Espero que esté tenga más votos.
No olviden que l@s quiero.

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