Capítulo 31 - Playa para dos

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—Sabía que no debía decirte nada hasta hablar con Juan —lo dijo un tanto triste—. Lo siento mucho, enserio que no quiero hacerte daño.
—Yo lo sé, Hanna, y no te lo dije para que te sientas mal —respondió José Luis—. Es solo que deseo que pronto llegue el momento donde ya no tengamos que escondernos.
—Aún no sé cuándo regrese Juan, pero te prometo que en cuanto regrese hablaré con él.
—Está bien —dijo y luego le dió un abrazo—. Dejemos esto de al lado y mejor vamos a dar una vuelta a la orilla del mar. ¿Qué dices?
—Me parece muy bien —respondió Hanna.
Salieron del hotel, que estaba frente a la playa, pronto llegaron a la orilla del mar y caminaron al rededor. Platicaron de muchas cosas. El sol ya tenía rato que se había metido y casi estaba completamente oscuro.
En un momento sonó el celular de Hanna, su papá le dijo que fuera al restaurante para cenar.
Hanna le dijo a José Luis que fuera con ella a cenar con su papá y su hermano, pero le dijo que iba a ser sospechoso que llegaran juntos.
Regresando al hotel, el celular de José Luis también sonó, y también le llamaba Antonio. Lo invitó a cenar con ellos.
Eso les pareció mejor, así estaban juntos sin necesidad de levantar sospechas. Claro que aceptó.
José Luis dejó ir a Hanna primero, unos cuantos minutos después se fue él.
Llegó con Antonio, Steven y Hanna. José Luis los saludó a todos.
Antonio se alegró de que aceptara cenar con ellos.
—José Luis, me da mucha alegría que hayas aceptado cenar con nosotros —habló Antonio.
—Es un placer —respondió José Luis sonriendo.
—Hay varias razones por las que quise que estuvieras aquí. Primeramente porque te has convertido en mi mano derecha, eres una gran persona y, bueno, con mis hijos te la llevas muy bien, ya te convertiste en parte de esta familia.
—Gracias, Antonio, no sé qué decir, me agrada escuchar eso, y ustedes también son como de mi familia.
—Y eso no es todo. Sergio Andrade se va jubilar y necesito buscar a alguien que tome su puesto, esa persona quiero que seas tú.
José Luis se quedó sorprendido, no lo esperaba venir.
—No necesitas responder ahora —volvió a hablar Antonio—, piénsalo y me respondes cuando volvamos a la ciudad.
—No, no tengo nada qué pensar, claro que acepto —contestó con emoción—. Gracias por confiar en mí, Antonio.
—Tú lo has ganado. Has demostrado que tienes el potencial para esto y más.
Pidieron una botella para celebrar el próximo ascenso de José Luis.
Pasó el rato y terminaron de cenar, pero se quedaron platicando. Steven invitó a José Luis a tomar "un trago", pero él le dijo que estaba cansado y prefería irse a dormir. Además habría un evento de clausura el día sábado y ahí podían tomar lo que quisieran.
Juntos se fueron al hotel y cada quien a su habitación.
José Luis se puso ropa cómoda para dormir y se acostó. Se sentía muy feliz de la noticia que le dio Antonio, del ascenso, y por esa misma razón le costaba lograr quedarse dormido.
Decidió escribirle un mensaje a Hanna:
Oye Hanna, ¿estás dormida?
Esperó un rato para que le contestara, hasta pensó que estaba dormida y por eso no le contestaba.
Todavía no, estoy viendo una película, ¿quieres venir? —decía el mensaje de Hanna.
José Luis no lo pensó dos veces, pues no tenía sueño y prefería pasar el tiempo con Hanna.
Salió de su habitación con rumbo a la de Hanna, tocó la puerta y en segundos ella abrió.
Hanna invitó a José Luis a sentarse en la cama y continuó viendo la película. En comerciales platicaban.
—¿Por qué no puedes dormir? —cuestionó Hanna.
—Me emocionó muchísimo la noticia de tu papá, creo que es la emoción la que no me deja dormir —respodió José Luis y Hanna sonrió—. En este tiempo nada me había quitado el sueño, claro, a excepción de ti. Tal vez te parezca tonto.
—Para nada, creo que eso puede pasar. Me siento tan orgullosa de ti, me siento feliz de ver tus triunfos.
—Y yo me siento feliz de que me acompañes.
José Luis abrazó a Hanna y ella igual. Se recostaron en la cama para seguir viendo la película, y así fue como se quedaron dormidos los dos.
Al día siguiente se despertaron temprano con la alarma de Hanna, pues tenían que estar en el salón del hotel a las ocho en punto para el registro a las conferencias.
José Luis se iba a ir a su habitación, pero alguien tocó la puerta en la habitación de Hanna y no quiso salir, pues se darían cuenta que ahí pasó la noche. Hanna le dijo que entrara al baño y se escondiera. Al abrir la puerta vio que era su papá, le dijo que quería que fuera puntual para el registro, allá la vería. Después se retiró.
Hanna le dijo a José Luis que ya podía salir, antes se asomó por el pasillo para corroborar que no había nadie y salió José Luis a su habitación.
Entonces encontró a Antonio que también había ido a hablarle, se safó de las preguntas diciéndole que había ido a caminar por la playa.
Todos se arreglaron para el congreso. Hanna y José Luis se encontraron en el lobby, decidieron que tomarían conferencias y talleres juntos. Y así lo hicieron.
A las 8:30 comenzó la inauguración del congreso, mismo que duró unos cuantos minutos. Después dieron tiempo para el desayuno.
En total fueron 10 personas de la empresa de Antonio los que fueron al congreso. Todos desayunaron juntos.
Más tarde, a las 9:30, empezó la primera conferencia que Hanna y José Luis tomaron.

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Notas de la autora

¡Hola! Aquí les dejo el capítulo 31 de la historia, espero que les guste.

Noté que en el capítulo pasado no hubo muchos votos, eso no me agrada tanto, y no me motiva a seguir escribiendo. Más que nunca necesito su apoyo para poder seguir escribiendo y poder seguir actualizando.
Espero que este capítulo tenga más que el pasado.

Gracias por leer.

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