Romina y José Luis fueron a un restaurante que estaba muy cerca de la oficina. Romina no dudó en preguntarle qué era lo que había sucedido hace unos minutos en su oficina, pues había notado que tenía una intención.
—¿Quieres hablar de mí o quieres hablar sobre Raúl? —Le cuestionó con algo de burla.
—Bueno, hablemos un poco sobre ti y después lo hacemos sobre raúl —respondió ella—, tenemos algo de tiempo.
—Pues... Para empezar, la chica que entró a mi oficina ni siquiera trabaja ahí, es hermana de la chica que me gusta que trabaja ahí mismo y que tiene novio y no quiere aceptar que yo también le gusto.
Romina lo vio raro, con duda, pues aún no había entendido todo.
José Luis le hizo un resumen sobre la historia de él y de Hanna, pues no había tanto tiempo como para platicarle todo lo que habían vivido.Pronto pasaron el tema de Raúl, después de haber terminado el resumen de José Luis.
—¿Sabías que Raúl se deprimió muchísimo después de que te casaste? —le preguntó José Luis a Romina.
Ella tenía el semblante serio, cambio a un gesto triste cuando lo dijo.
—No lo sabía —respondió ella, atenta, esperando escuchar más.
José Luis le contó parte de lo que había sucedido durante la depresión de Raúl, como de que había intentado quitarse la vida, y que después comenzó a tomar terapia.
—Cuando conoció a Ashley cambiaron mucho las cosas con él —continuó José Luis—. Su ánimo subió como nunca, volvió a ser él.
Romina solo ponía atención en lo que decía José Luis, se sentía mal por haberle causado tanto dolor a Raúl.
—Por cierto, la chica que estuvo en mi oficina hace un rato es Ashley, la novia de Raúl.
—Ella es bonita —hizo una pequeña pausa—. ¿Crees que aún pueda luchar por él?
—Yo creo que todos tenemos derecho a luchar por la persona que amamos. Pero también creo que ustedes ya tuvieron su tiempo, y aunque duela, lo desperdiciaron. Raúl ya rehizo su vida, después de pasar por toda aquella tristeza. Pero... Yo no soy nadie para decirte lo debes hacer. Tú vas a hacer lo que tu corazón te diga.
Romina se quedó pensativa. Ambos quedaron en silencio.
—Hemos estado platicando como si fuéramos amigos desde hace tiempo —José Luis rompió el silencio, cambiando el tema. Tenía una sonrisa amistosa.
—En el rato que he estado platicando contigo me he dado cuenta que eres una gran persona —respondió Romina—. Deberíamos salir a platicar más seguido. Digo, si tú quieres.
—Por supuesto que lo haremos —José Luis aún sonreía—. Ahora me debo regresar a la oficina.
Se despidieron, pues ya habían tardado un rato ahí, platicando.
Antes de irse se pasaron sus números, era enserio eso de que debían platicar más seguido.
Cada uno se fue a su trabajo. No habían pasado más de 10 minutos de que José Luis había llegado a su oficina, cuando Ashley fue. Quería sacarle información sobre la chica con la que se había ido. No logró mucho, él le decía que era una amiga, y ella más insistía.—Ashley, ve dile a Hanna que no tiene de qué preocuparse —lo dijo con calma, aunque con algo de molestia—, que aún sigo locamente enamorado de ella como un estúpido, y que esa chica con la que salí solo es la organizadora de eventos que contratamos para la fiesta de aniversario de la empresa.
Ashley se sintió incómoda, y algo avergonzada.
—Discúlpame —le dijo a José Luis.
—Si es todo —habló José Luis —, puedes salir, necesito estar solo.
Ashley salió de la oficina de José Luis, y ya ni fue con Hanna a decirle algo. Se sintió mal por él, que sentía algo muy fuerte por Hanna y ella no hacía nada.
Se fue a su casa, quería pensar en algo para hacer sentir mejor a José Luis, pero no pensaba mucho en soluciones.Sam, la encontró pensativa. Le preguntó qué le pasaba. Sólo le dijo que había molestado a su cuñado y que ahora se sentía mal, y quería buscar un manera de de pedirle disculpas.
—Solo pídele disculpas, así, simple —le aconsejó Sam—. Dale unos dulces, chocolates. Qué sé yo.
—Oye, me parece bien. Mil gracias.
Ashley salió de su casa y fue a buscar algo para darle a José Luis, encontró unos pastelitos, y pensó que podría ser gran idea.
Ya era hora de que fueran saliendo del trabajo, así que se fue a casa de José Luis. Iba llegando Raúl cuando ella llegó.
—Hola, mi amor —le dijo Raúl cuando la vio, luego le dio un beso.
—Hola —respondió Ashley.
La invitó a pasar a su casa. Le preguntó qué hacía por allá, y ella le contó lo que había pasado y que se sintió mal por hacerle eso a José Luis y por eso le llevaba unos pastelitos.
Al poco rato llegó José Luis y Ashley se acercó a él.
—Quiero pedirte disculpas por lo de hace un rato, no quise hacerte sentir mal. Y te traje unos pastelillos para que me perdones.
—No era necesario —le dijo José Luis—, pero ya que los trajiste, los acepto.
Él les ofreció pastelitos, pero ninguno quiso. Se quedaron a platicar un rato los 3. Hasta que Raúl le preguntó a José Luis por la chica que había ido para la organización de la fiesta.
—Me tengo que ir a bañar —dijo rápidamente José Luis —. Están en su casa.
Desapareció muy rápido de ahí. Les pareció algo extaño.
En un rato más, Ashley le dijo a Raúl que se debía ir, su hermano había pasado por ella. Le pidió que saliera para presentárselo, ya que aún no se conocían. Ashley salió junto con Raúl. Cuando se encontraron con Steven, los presentó. Luego se despidieron. Raúl volvió a entrar después de que se fueron. Encontró a José Luis en la cocina, preparando algo.
—Oh, ya te bañaste —dijo Raúl.
—Creí que ibas a llevar a Ashley —dijo José Luis.
—No. Su hermano vino por ella. ¿Sabías que está aquí?
—No lo sabía —respondió José Luis, algo pensativo —. De seguro andará en la empresa por estos días.
—¿Qué es lo que hace él que nunca está por acá?
—Se la pasa haciendo negocios por el mundo.
—Impresionante —dijo y José Luis asintió, y quedaron en silencio por un minuto—. ¿Por qué te fuiste a bañar tan repentinamente? —le cuestionó interesado.
—Era por Ashley. Romina es la que fue a mi oficina.
—Lo imaginé —se notaba un poco preocupado.
—Debes decirle a Ashley que es ella, antes de que se entere en otra parte.
—Nadie lo sabe. Solo tú y Hugo. Si nadie habla, no lo sabrá.
—Y Romina. Ahora que está trabajando en la fiesta de los Pérez, puede hablar con ella en cualquier momento.
—Lo había olvidado. Que tonto. Espero que no me inviten a esa fiesta, porque no iré.
José Luis lo vio y rodó los ojos. Ya no dijo nada. Porque aunque Raúl no quisiera ir a la fiesta, era casi seguro que lo invitarían, pues era novio de Ashley.
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Notas de la autora¡Hola! Aquí les dejo el capítulo 25 de la historia, espero que les guste mucho.
No olviden votar, cada uno de sus votos es muy importante, tanto como sus comentarios. Gracias por leerme.
¿Creen que aún Raúl sienta algo por Romina?
¿Terminará mal con Ashley por no hablar con la verdad?No dejen de leer la historia.
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Corazones Compartidos
Romance-No puedes negar que me quieres tanto como yo a ti. No tengas miedo, es mejor que hables antes de que sea tarde. Puede que a él hoy lo lastimes con esto, pero es mejor a que lo lastimes toda la vida porque no lo amas. Aún estás a tiempo de decidir n...