|15|Disfraces

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#DIEZ#

Mi madre siempre me ha dicho que soy terco como una mula. Y ella tiene toda la razón, como siempre.

-Hola, Marla -Le saludé llegando a la sala de estudios en la que ella siempre estaba-, ¿Cómo van los preparativos para la fiesta?

-Hola, McCarthy -Me sonrió algo incómoda, quizás hasta nerviosa. Pero yo estaba acostumbrado a generar esas sensaciones en las chicas-, Ya tengo casi todo listo. Designe las tareas que les corresponderían a cada uno y... a ti te toca limpiar todo cuando finalice la fiesta. Que bueno poder decírtelo ahora.

-No tengo problemas -Le sonreí-, Pero quería saber si ya tienes la temática de lo que será la fiesta...

-¿Cuál es tu idea? -Preguntó deduciendo a lo que quería llegar.

-¡Fiesta de disfraces! ¿No te parece genial? Creo que la última vez que se hizo eso fue hace cinco años atrás.

-Sí... lo dejaré anotado.

-¿Cómo qué lo dejarás anotado? Tienes que hacerlo -Le puse mi cara de gato con botas que practicaba frente al espejo cada vez que estaba solo-, Por favor, por favor, por favor.

-¡Está bien! -Gritó exasperada-, Puedes ir preparando tu disfraz de limpiador, porque tienes que sí o sí dejar todo limpio.

-¡Eres maravillosa, Marla!

-Lo sé -Respondió-, ¿Le puedes avisar a Gina que le toca ayudarte en eso? Yo no quiero hablar con ella.

-Sí, supongo que ya nada podría arruinarme el día.

Me fui corriendo a buscar a Gina, lo que era igual a buscar una aguja en un pajar... bueno no, ya la encontré. Gina era la única en todo el colegio que se atrevía a usar una gorra roja y llamativa sin temor a que se la quitaran para siempre. Eso era lo único que me gustaba de Gina, que ella era quien ponía las reglas.

-¡Amiga de mi corazón! -Le grité emocionado a la vez en que le quitaba la gorra y me la ponía-, Dichosos mis ojos que te ven.

-Tú y yo no somos amigos, McCarthy.

-¿Cómo qué no? Justo te venía a invitar a pasar tiempo de calidad conmigo. La otra semana, después de la fiesta -Le pasé mi brazo por sobre sus hombros con simpatía-, Tú y yo limpiando el desastre de otros... es mi cita ideal.

Gina intentó quitarme el gorro y por esa misma razón la esquivé con agilidad y corrí al salón en busca de mis cosas. Ya las clases se habían acabado y yo solo estaba haciendo la hora para no llegar tan temprano a casa.

Pasé por Ivar luego, me servía para hacer ejercicio y además me daba miedo que mi hermano tuviera que caminar a casa solo, aún era muy chico para ese nivel.

-Me gusta que pases por mi -Confesó. Y creo que gran influencia tiene el hecho de que lo esté cargando sobre mis hombros.

-Eres un malcriado, Ivar.

-Yo solo te obedezco, tú eres quien no me cría bien.

-Lo siento, es que eres mi hermano favorito.

-¡Hey! Soy tu único hermano.

-Pero mi favorito, así que es premio doble.

Ivar es la persona a quien más quiero. Está algo chiquito para tener diez años, yo a su edad le doblaba en tamaño. Muchos dicen que de cara somos idénticos, así que es una suerte que vaya a ser igual de guapo que yo.

-La otra semana harán una fiesta de disfraces en mi colegio, ¿me ayudarías a escoger un disfraz?

-Podrías usar este gorro -Respondió mientras me quitaba el gorro rojo que traía puesto.

-Ese gorro es el de Gina, tengo que devolvérselo mañana.

-Pero ella es tu amiga, te lo podría prestar.

-Sí lo es, pero quizás lo quiera de vuelta. Además, ¿con qué disfraz usaría un gorro rojo?

-Estaba pensando en que podrías ser Super Mario.

Nos detuvimos frente a una tienda en que vendían diversos tipos de telas, y entramos a comprar un poco de tela azul y roja para poder realizar el disfraz. Digamos que bajo esta cara de buen muchacho, hay un diseñador de vestuario oculto. La mayoría de la ropa que uso la fabrico yo mismo, por eso todo me queda tan fabuloso.

Me puse a trabajar en el disfraz en lo que restó del día. Quería dejarlo listo hoy para después no tener contratiempos. Creo que nunca me había demorado tanto tiempo en perfeccionar un diseño, y supuse que eso era gracias a mis nervios.

Una notificación llegó a mi celular sobre la página del colegio, y era justo el aviso de que la fiesta de bienvenida sería de disfraces.

Y ahora solo quedaba una cosa, quizás lo que debí hacer en un principio.

Invitar a seven.

Yo Te ConozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora