|20|Súper Mario

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#Diez#

Me arreglé la peluca que traía puesta nuevamente, pero esta vez me la dejé sujeta con el gorro con tal de que no se me saliera.

Hoy era el día de la fiesta. Me disfrace de súper Mario, con el cabello negro hasta los hombros, unos anteojos redondos y oscuros, y con rubor en las mejillas que no eran por maquillaje.

-¿Cómo me veo? -Le pregunté a Ivar. Él no dudó en poner una mueca de desagrado para luego echarse a reír.

-Eres como súper Mario en las drogas. Pero si ella es igual de tonta que tú, seguramente la enamoras.

-No me hace gracia, Ivar.

Es más, comentarios así duplicaban mis nervios.
¿Cómo se estará sintiendo ella? O sea, sé que le cuesta acercarse a los demás, y que prefiere mantener a todos de lejos. Pero, ¿estará nerviosa por conocerme? ¿O solo estará nerviosa por que yo la pueda descubrir?

Debo empezar a tranquilizarme. Sería vergonzoso que me vea sudando cuando la tenga de frente.

Me había arreglado una hora antes, pero luego me volví a cambiar ropa. Seven dijo que no podíamos saber nada el uno del otro, así que no lo haremos. Así que tengo que empezar a ser Diez, y a ser yo, mis dos caras.

Cuando estuve completamente listo, aún faltaba media hora, así que empecé a caminar hacia el colegio. Procuré caminar por callejones en los que nadie transitaba, porque mis nervios aumentaban cada vez que veía a alguien pasar. Y ya pueden imaginar lo que sentí al llegar a la fiesta con cientos de personas.

-¡Hey, McCarthy! -Dijeron tocando una bocina. Me detuve a mitad del trayecto a la fiesta y me acerqué al auto del que me habían gritado-, ¿quieres que te lleve?

Era Paulo, el hermano mayor de Camila y un chico con el cual me hice cercano en el colegio.

Me subí, y a los pocos minutos ya habíamos llegado. El cielo estaba cada vez más oscuro, y el lugar que habían conseguido para hacer la fiesta era espectacular, con luces de colores saliendo por las ventanas e increíbles disfraces de todos los que iban asistiendo.

Camila se bajó del auto, algo emocionada, como si a sus diecisiete años no hubiera ido nunca a una fiesta. Iba disfrazada de la reina roja de Alicia en el país de las maravillas. Era un disfraz extravagante, y que le hacía lucir preciosa.

-Te traje lo que me pediste -Paulo me apuntó a una mochila que estaba tirada en los asientos traseros. La abrí y saqué el gorro de súper Mario que le había conseguido días antes para poder completar mi disfraz.

-¿Por qué es que quieres usar dos disfraces? Digo, el de Mario está buenísimo.

-Cosas mías -Le dije riendo. Observé el disfraz que traía puesto ahora, constaba de una polera de tiras del equipo de fútbol del colegio, junto con la fabulosa gorra de Gina.

-¿Entramos? -Preguntó Camila dando pequeños aplausos en su lugar-, Estoy ansiosa.

Nos despedimos de Paulo. Camila enganchó su brazo con el mío y nos comenzó a guiar hacia el interior del lugar. Y bueno, era tan fabuloso como me lo había imaginado.

-¡Mira, ahí está Ashley! -Camila siguió arrastrándome junto con ella hasta que llegamos a donde Ashley y el resto del grupo.

Así que con Camila y yo, ya estaba todo el grupo reunido. Nosotros éramos los peces gordos (así nos decían todos), conformado por Camila, Ashley, Federico, Oliver, Amori, y Rusher. Yo incluido entre todos ellos. Y por supuesto, con Rusher liderando a todos. Se podría decir que éramos una clase de chicos "populares", y es por eso que casi medio colegio quería ser mi amigo también.

Yo Te ConozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora