|34|Trabajo

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#SEVEN#

@Seven: Llevas todo un día sin contestar a mis mensajes, ¿todo bien?

@123teconozco: Lo siento, no tuve tiempo. Oye, sobre lo que te dije ayer, será mejor que lo olvides.

@Seven: ¿Olvidar que te gusta la perdedora de Gina Pavardi?

@123teconozco: No hables así de ella.

@Seven: Eso es lo que es. Todos en el colegio lo dicen. Es una tonta, una fea y una perdedora.

@123teconozco: Gina es la persona más dulce, buena y bella que ha pisado ese estúpido colegio. Y si quieres que sigamos siendo amigos, te pido que también la respetes a ella.

@Seven: ¿Hace cuánto te gusta? ¡¿Por qué te gusta?!

@123teconozco: No hay un solo motivo. Ella me gusta por todo lo que es, lo que transmite y lo que me hace sentir. Es algo inexplicable, pero te aseguro que es verdadero.

-Deja ese celular de lado -Pidió Oliver mientras caminábamos a la heladería de su tío-, ¿Puedo saber con quién tanto has estado hablando? Siendo oficialmente tu mejor amigo, me siento oficialmente celoso de que alguien se robe tu atención más que yo.

-Sería realmente ridículo si te lo cuento.

-¿Es un chico? -Sus ojos chiquitos y achinados me analizaron esperando una respuesta, pero como justo acabábamos de llegar al local, preferí evitar el tema y entrar.

Era una heladería pequeña, ubicada cerca del colegio y de la casa de mi abuela. Un señor canoso y buen mozo salió a nuestro encuentro. Primero saludó a Oliver con un cariñoso abrazo, y luego me miró a mi sonriente.

-Supongo que tu eres la famosa Gina de la que tanto me ha hablado mi sobrino.

-Mucho gusto -Le sonreí.

El tío de Oliver no se parecía en nada a él. Su nariz era redonda, y sus cejas parecían medir el doble de lo que es lo normal. Sus labios eran delgados, y había un café chispeante en sus ojos.

Ese día, Raúl me enseñó todo lo que tenía que saber si quería trabajar en ese lugar. Y para suerte mía, solo se trataba de servir helado. Me habló de técnicas para ser rápida, y uno que otro tip para no tener problemas con la cuchara racionadora y así servir bolas perfectas. Y el resto, era solo cuestión mía para poder ser agradable para los clientes.

Oliver se había ido temprano a casa por temas personales, así que al día siguiente fui a buscarlo personalmente por la mañana para poder agradecerle.

-¡Me han contratado! -Le conté mientras que me tiraba sobre sus brazos-, Gracias por ayudarme, Oliver.

-Es lo que hacen los mejores amigos -Puso sus manos en mi cintura y me apretó aún más contra él, haciendo a la vez que mis pies dejaran de tocar el suelo mientras que dábamos un giro.

Yo no sabía que necesitaba a Oliver en mi vida hasta ese momento. Él me hacía feliz sin esperar algo a cambio, y tan solo esperaba que eso le hiciera sentirse bien también.

Nos fuimos juntos al colegio, temprano, y sin prisa alguna. Algunas personas nos miraban de reojo, y otras más le sonreían a él sin despreciarlo por ir conmigo. Era una buena mañana.

-¿Conoces a Azucena Anderson?

-No me suena -Reconocí.

-Estudiaba aquí también, pero se graduó el año pasado. Es mi prima. Tú me haces acordar mucho a ella, las dos son calladas y no interactúan mucho con su alrededor.

Yo Te ConozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora