|22|Música

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#DIEZ#

¿Por qué dudaba tanto de mí?

¿Por qué dejaría de quererla solo por saber su identidad?

¿Por qué mis sentimientos no correspondidos me impulsaban a querer acercarme más a ella?

Volví corriendo a la fiesta, en donde ya la mayoría de personas comenzaban a irse. Fui a los baños para buscar mi mochila y cambiarme el disfraz.

Volví a ponerme la sudadera negra del equipo de fútbol en que jugaba Gina, me puse su gorra y me volví a pintar sus pecas por mi cara.

Me había disfrazado de ella, claro estaba.

Siempre me había gustado molestarla, era de cierto modo adorable.

Y de tantas veces que me había quedado mirándola, se me habían grabado en mis recuerdos el lugar preciso en que sus pecas estaban distribuidas.

Salí del baño esperando encontrarme con ella. La vi recogiendo papeles que habían sobre el escenario, pero como todavía habían alumnos en el lugar, no me acerqué, no me podía arriesgar a tanto.

Comencé a limpiar los mesones que habían con platos sucios y restos de comida que habían puesto para picar. Aproveché de comer un poco, porque por los nervios de antes no había podido hacerlo (de otro modo vomitaria).

La música, que había estado sonando a un ritmo moderado, de pronto había cesado por completo. Miré hacia el escenario, Gina había apagado la música.

Y al cabo de cinco minutos, solo quedamos ella y yo en el lugar.

-Al fin solos -Le dije poniéndome a su lado.

-Estar a solas contigo es como estar en el infierno.

-Vamos, pequitas. Tú adoras estar conmigo.

Gina resopló agobiada y se dignó a mirarme por primera vez en toda la noche. Su mirada me recorrió de pies a cabeza cuando se dio cuenta de lo que iba mi disfraz. Puso una mueca molesta, y se cruzó de brazos.

-¿Es en serio? -Preguntó con agobio-, ¿Acaso no puedes soportar tu fealdad y has tenido que recurrir a mi imagen?

-¿Te gusta? A mi sí, hasta diría que me veo encantador.

Ella siguió caminando y volvió a ignorarme. Iba con su disfraz de Mario, algo viejo y usado, pero que le quedaba perfecto. Se agachó para recoger un papel, pero yo me adelanté y lo recogí por ella.

-Deberías intentarlo algún día -Sugerí aunque ella no había entendido a la primera lo que quise decir, así que me aclaré-, Deberíamos cambiar roles un día, yo vendré como Gina, y tú vendrás como...

-En lo último que pensaría sería en disfrazarme de ti -Respondió, directa y honestamente.

Me detestaba.

-Vamos, que ser yo por un día no es tan malo.

-¿Para que me tenga que juntar con el grupito de peces gordos fingiendo que soy alguien que no soy? ¿Fingiendo que me caen bien? ¿fingiendo que estoy a gusto con ellos? Tú has aguantado todos estos años haciéndolo, pero yo no duraría ni un solo minuto.

Yo Te ConozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora