|41|Pánico

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#DIEZ#

Gina para mí lo era todo, y siempre lo he tenido bien en claro. No hay otra chica como ella, que sea tan dulce, que sea tan linda, que sea tan aferrada a sus ideales e intensa con lo que se plantea. Yo la conozco bien, porque me gusta observarla hasta cuando está haciendo la cosa más sencilla. Le gusta pasar desapercibida, aún sabiendo que nadie la ignora en lo absoluto. Le gusta mirar fijamente a las personas cuando está hablando, y se pone nerviosa cuando hacen lo mismo con ella. Le gusta estar en la biblioteca, sin leer ni estudiar, si no que para disfrutar del silencio. Le gusta escuchar más la letra en las canciones que la música de fondo. Y se la pasa buscándole un sentido a las cosas por muy absurdas que estas sean. No le gustan los números, siempre ha preferido las letras. Se queda dormida en la mitad de las clases, pero ama cuando tiene que exponer frente a todos.

A Gina le gusta hablar, le gusta expresarse y le gusta ver los gestos de las personas. Pero yo hice que todos dejaran de hablarle, hice muchas cosas desagradables para ella. Merezco su odio, y merezco su desprecio.

Le dije que no quisiera nunca a alguien que le hiciera daño, había sido esa mi estrategia para protegerla. Pero yo fui quien más daño le hizo.

-Entonces no me quieras, Gina, ámame.

Sus ojos penetraron los míos con fervor. Ella estaba muy lejos de sentir algo bueno por mí, pero no había perdido del todo la esperanza, porque cuando me levanté del suelo después de que Amori me golpeara, vi sus ojitos entristecidos esperando que no me haya pasado nada.

-Si te gustaba diez, puedo gustarte yo.

-Me gustaba diez solo porque no sabía que eras tú.

-Aunque lo niegues, sé que no me odias tanto como pretendes hacerlo.

Después de todo, yo era su chico, y haría hasta lo imposible para que ella volviera a llamarme así. La quiero, de verdad la quiero. Solo me siento completo cuando estoy con ella, y me siento tan cómodo, que sé que mi lugar en el mundo es a su lado. Podría mirarla durante toda mi vida, podría escucharla hablar sin cansarme, y hasta podría levantarme a las cuatro de la mañana solo para prepararle un chocolate caliente como tanto le gusta.

Hace una semana atrás le dije a Amori que me gustaba Gina, que me había gustado desde que llegué a mi primer día de clases. Él es mi mejor amigo, y por lo tanto entendió mi sufrimiento. Se alejó de Gina sin que yo se lo pidiera, y por alguna extraña razón comenzó a salir con Camila. Yo le dije que no jugara con ella, pero al parecer sus intenciones si eran buenas. Por eso se enfureció tanto cuando Gina confesó que Camila y yo nos habíamos besado. Se sintió traicionado, y creyó tener todo el derecho de pegarme.

Pero, ¿por qué la mamá de Gina le había inventado tal cosa? No me cabía en la cabeza. ¿Con qué fin? ¿Por qué dañar a su hija de tal manera? Yo sabía que esa mujer era mala y que trataba muy mal a Gina, siempre fue igual. Y fue por eso que ese mismo día, decidí ir de inmediato a buscarla para aclarar todo.

Golpeé a su puerta insistente. Pasaron unos pocos minutos cuando salió. Me miró con indiferencia, y expresando que mi visita no le era para nada agradable.

-¿Qué se te ofrece? -Preguntó. Caminó hasta la salida para que pudiéramos hablar alejados de la casa.

-¿Por qué inventó que yo me había besado con Camila?

-¿Acaso te conozco?

-Que descarada -Solté sin miedo-, Se inventa rumores sobre mí y después finge que no me conoce.

-¿Perdón? -Recorrió mi cuerpo de arriba a abajo-, Chiquillo imprudente, ¿qué me estás diciendo?

-Usted es una pésima persona, no merece tener a Gina como hija. ¿Tiene alguna idea de todo el daño que le hace? ¿Tiene idea de lo mal que tratarán a Gina por el rumor que usted inventó?

Yo Te ConozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora