|21|Deseo

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#SEVEN#

-Eres Marla -Escuché decir al tipo disfrazado de súper Mario, algo hippie.

-Claro que lo soy, ¿te conozco yo a ti?

Entonces era él.

Su disfraz parecía estar recién comprado en una de las mejores tiendas de la ciudad. Su cabello le rozaba los hombros, pero se notaba que era una peluca. Y estaba usando unos anteojos redondos y oscuros que ocultaba su mirada.

Tenía una parada firme, pero sus hombros se mantenían algo caídos, y eso me recordaba al chico que siempre veía refugiándose bajo las escaleras.

Era él. Mi corazón me lo decía.

-Disculpen -Les dije a ambos intrometiéndome en la pequeña discusión que mantenían sobre el juego de sus identidades-, Creo que me buscas a mí.

Él me miró, y una sonrisa emergió de inmediato.

Fue como si al verme no dudara de que era yo.

Y estaba feliz de haberme encontrado.

Nunca nadie me había mirado de esa forma.

Nunca nadie me hizo sentir tan especial.

-No me mires así, solo soy yo.

-¡Por eso te miro así! -Exclamó soltando risas. Traía un pequeño oso de peluche en sus manos que pronto me obsequió-, Es para ti.

-Es muy cursi -Le respondí.

Yo traía puesto un disfraz de Spider Gwen, era un cosplay perfecto con el cual él no podría mirar ni siquiera mi color de piel, así que ignoró el color rojizo que habían adoptado mis mejillas.

Diez había empezado a golpear el suelo con su pies derecho reiteradas veces en señal de entrar en pánico. Se me hacía gracioso, pero tenía que pararlo porque de otro modo dejaría un agujero en el piso.

-Oye, está perfecto -Abracé el oso de peluche contra mi pecho.

-¿Estás segura? -En sus ojos se encendió un pequeño brillo.

-Sí, claro que sí.

Es solo que cualquier muestra de afecto lo encontraba cursi, pues lo más cerca que había estado antes de que alguien me quisiera fue con la abuela cuando me confundía con su hija difunta y me abrazaba con tristeza.

-Te ves triste -Comentó él-, ¿Acaso no quieres estar aquí?

-En realidad no me gusta estar en ningún sitio.

Y menos cerca de todos los que eran obligadamente mis compañeros.

-Entonces vayámonos lejos -Sugirió.

Una sonrisa reluciente y llena de vida se reposó en sus labios. Era como si aquella sugerencia fuera todo lo que él quería en esos momentos.

¿Acaso estaría tan perdido como yo?

Le vi algo tembloroso mientras que guardaba silencio, y me imaginé que se había puesto a pensar en los distintos lugares a los que podría llevarme. Pero, a mi se me vino una idea simple de lo que podríamos hacer.

Yo Te ConozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora