|33|Magia/trucos/miedos

192 55 73
                                    

La regla de Gina

Para entender la regla de Gina, tendría que partir explicándoles desde el principio. Desde el día de mi nacimiento.

Rusher David McCarthy Belloni.

Hijo mayor de dos personas que no se amaban y que en una noche de fiesta engendraron a un niño no deseado. Crecí toda mi vida con mamá recordándome que le había arruinado la vida, y con un padre que solo estaba en casa porque no tenía de otra. Recibía golpes constantes por parte de mi madre cada vez que yo hacía algo que la molestara. Y mi padre, prefería beber hasta perder la conciencia solamente para que yo no le hablara sobre mis problemas. Nunca me dejaban salir de casa, ni tampoco tener amigos. Mis horarios de comida eran estrictos y mi forma de pensar se fue forjando a la semejanza de mi mamá.

Cuando entré a pre-kinder fue la primera vez que conocí que existían más niños además de mí. Pero por desgracia, ninguno de ellos había tenido el interés más mínimo de querer ser mi amigo. Supongo que era porque era muy pequeño a mis cuatro años, y mi apariencia dejaba mucho que desear. Mi madre nunca se había preocupado mucho por mi higiene. Y donde era mi primera vez fuera de casa, no tenía la menor idea de como tratar con niños de mi edad.

Pasé una semana así, tímido y asustadizo. Cuando los niños se ponían a jugar o cantar, yo me sentaba cerca de ellos para intentar aprenderme esas canciones bonitas que ellos se sabían de memoria. En ese momento yo no comprendía porque era tan distinto.

Salimos al último recreo de ese día. Una chica morena y con muchos puntos en su cara se había puesto a invitar a todos a jugar con ella a algo que acababa de inventar. Les daba la mano a los chicos más solitarios y los hacía formar un circulo. Todos aplaudían viéndola pasear de un lado a otro mientras que ella reía y cantaba.

Y de pronto, se acercó a mí.

Me dio un buen susto cuando la vi acercarse, así que me di la vuelta dispuesto a correr pero choque con la pared que había allí y mis lentes cayeron al suelo.

-¿Tú eres Rusher? -Me preguntó mientras me recogía los lentes. Yo asentí con timidez y ella entrecerró sus ojos-, ¿Sabes hablar?

-Sí.

-Mi nombre es Gina -Me entregó mis lentes con una sonrisa que me había hipnotizado desde el primer segundo-, ¿Quieres venir a jugar?

-Yo no sé como hacerlo.

-Puedo enseñarte -Aseguró. Había una confianza indudable en ella misma y un espíritu de liderazgo al que todos cedían-, O podríamos jugar a otra cosa que si sepas.

-Yo no sé jugar...

Gina no comprendía muy bien mi situación, pero nunca me dio la mirada de bicho raro que hicieron los otros. Porque Gina era buena, era noble y había pura bondad en sus acciones.

-¿Qué pasa? -Preguntó otro chico que acababa de llegar. Él se parecía a mí. Su cabello era bien corto y usaba unos anteojos azules muy bonitos-, ¿Acaso no jugarán?

-Él es Rusher -Dijo Gina para poder presentarme ante aquel muchacho-, Es algo tímido.

-Yo soy Federico -Se presentó y me dio una pequeña palmada en la mejilla. Luego se giró hacia el resto de nuestros compañeros y les gritó-, ¡Vengan todos a conocer a Rusher!

Yo Te ConozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora