|38|Amigos

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#SEVEN#

Los días viernes tenía clases hasta el medio día, así que me había ido temprano a la heladería.

-Buenos días -Me saludó Raúl mientras que me entregaba el delantal-, ¿Cierras otra vez?

-Está bien -Me acerqué hasta la caja y guardé mi mochila en una esquina-, ¿Vendrá Oliver hoy?

Había faltado a clases, y eso se me hacía raro. No había tenido tiempo para contarle mis desgracias, porque al parecer ahora tendría que contárselas a él. No me podía imaginar diciéndole a Camila todo el desastre que había surgido en mí por verla besarse con Amori.

-Ya debe estar por llegar -Respondió Raúl. Oliver no trabaja aquí, pero su tío le había pedido que me hiciera compañía los primeros días en caso de cualquier cosa, y este había accedido sin problema alguno-, Oliver mencionó que tú y él eran mejores amigos, ¿cuánto tiempo has tenido que soportar a ese muchacho?

-No tanto como se imagina -Le sonreí recordando que apenas llevábamos pocos días siendo "mejores amigos".

-Me alegro de que sea amigo de alguien como tú, se ve que eres una buena niña.

-Su sobrino igual lo es.

A pesar de todo, Oliver tenía un buen corazón. Había cambiado mucho este último tiempo, y también me había dado su apoyo como si me lo debiera.

Raúl se fue, atendí a unos seis clientes y en media hora llegó Oliver. Venía en su patineta, así que estaba algo agitado. Su cabello ondulado y rebelde caía sobre su frente sudada. Pero se veía bien, Oliver siempre se veía bien.

-Hola, mejor amiga -Se acercó hasta detrás del mesón ignorando a las personas que esperaban ser atendidas, y me abrazó.

-Hola, Oliver.

Se fue a hacer la fila tras los leves reclamos de los clientes. Y una vez que los atendí a todos, solo quedó él.

-Me das uno de canela con mora crema, por favor -Sacó un billete de su bolsillo y me lo entregó-, Y descuenta de ahí otro helado para mi mejor amiga. Él que ella quiera.

-Gracias -Respondí sonriendo.

Serví su helado y le eché la salsa de manjar que tanto adoraba. Y luego me serví uno a mí sin excederme con su dinero. Le entregue el vuelto, y aprovechando los minutos a solas, comenzamos a charlar.

-¿Por qué no fuiste hoy a clases?

-Si fui, pero estuve ocupado haciendo un trabajo así que no pude acercarme a ti. ¿Me perdonas?

-No tengo que perdonarte, ridículo.

Me terminé mi helado mucho antes que él, porque el mío era uno simple, y también porque me los devoraba.

-¿Te enteraste que Amori está saliendo con Camila?

-Algo así escuché -Miré hacia otro lado, nerviosa, pero intentando no delatarme.

-¿Eso descarta a Amori de ser tu enamorado?

-Absolutamente.

-Es muy lamentable -Se echó una cucharada de helado a la boca-, ¿Y tú cómo estás? ¿No era que te gustaba el cubano?

Yo Te ConozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora