INEFFABLE

Capítulo 27

(Narra Evaluna)

Habíamos llegado al lugar al cuál Bruno me había traído con la seguridad de que me sentiría muy feliz al llegar allí.

-Y.. Aquí es.- Decía Bruno mientras bajábamos del auto.

Era un edificio con varios planteles. subimos el primer plantel, y en éste había una sala de niños, subimos al segundo y en éste había una sala de conferencias; y por último, subimos al tercer piso y NO PUEDE SER.

Bruno me había traído a una iglesia. Me sorprendió mucho.

Fuimos entrando a aquél lugar; y las personas amablemente se fueron acercando a nosotros para saludarnos. Nos abrazaban como si nos conocieran de toda la vida, (Bueno, en éste caso a mí).

Una joven se acercó para mostrarnos los asientos.

Realmente me sentía muy a gusto en éste lugar, pero era algo normal.

Después de unos minutos un grupo de jóvenes empezaron a cantar varias alabanzas. Fijé mi mirada hacia el centro del coro, y ahí estaba Kevin (el chico del restaurante).

Todo se veía muy bonito, el equipo de música, las danzarinas, las personas llorando ( no sé porqué). En fin, todo estaba bien.

[...]

Después de varios minutos de alabanza, pasó un señor a predicar, así se le llama según me dijo Bruno.

El tema de la prédica, fue:

Dios no ha terminado contigo.

Yo me quedé tipo ah, ok.

Pero después de unos minutos, el predicador dijo algo que me llamó mucho la atención.

<No limites el poder de Dios por tú condición, el puede hacer un monumento aún desde las cenizas>.

Una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo, no estaba entendiendo que pasaba conmigo en ese momento.

[...]

Para la ministración, toda la iglesia se puso en pie, mientras el grupo de adoración entonaba una canción que decía:

Soy obra de Dios, en manos de el alfarero.

Sin darme cuenta, lágrimas empezaron a salir de mis ojos. ¿Qué está pasando contigo Evaluna? Me preguntaba yo misma una y otra vez..

Al abrir mis ojos pude ver como la mirada de el predicador se fijó en mí, mientras señalaba con un dedo donde yo me encontraba.

Bruno tomó mi mano, y me llevó al altar. ¿Qué le hice a éste hombre?, ¿Qué hará conmigo? Le susurré a Bruno, mientras el solo reía..

Cuando al fin llegamos al altar, los nervios empezaron a invadirme por completo.

-Sabes.. Dios te ama tanto joven. La fe que tienes en él, aunque no seas creyente, Dios la valora mucho.

Aunque hay heridas internas, rencores en tú corazón. A veces piensas, Dios por qué vienen tantas pruebas a mi vida, por qué me siento tan débil cada día más, por qué me siento tan insuficiente e insignificante aunque no se lo demuestras a tus amigos y familia.

Eres la que alegras a todo el grupo, pero cuando llegas a tú casa, cuando sólo estás tú, frente a tú realidad; entonces las lágrimas, el sufrimiento vienen hacia tí.

Crees que es normal vivir así, sentirse de una forma, pero aparentar otra.

Pero escucha bien joven, Dios te dice:

Yo te amo, y eres suficiente para mí. Si me permites entrar en tú vida, haré de tí un arte. Todos quedarán maravillados con el gran cambio que habrá en tí.

Cada herida, lentamente la sanaré, y serás una joven restaurada por mi amor..

- Todas mis dudas fueron desapareciendo. Caí al suelo, mientras un gruñido salió de mí boca. Sentí como si mi corazón estaba ardiendo por dentro. Estaba toda bañada en lágrimas.

Sentí que un joven me abrazó fuertemente, de esos abrazos que sientes que es el mismo Dios a través de esa persona. Imaginé que era Bruno, pero en ese momento no abrí los ojos, y tampoco me importaba saber quien era.

No se exactamente cuanto tiempo duré abrazada de ese chico, solo sé que el transcurso de ese abrazo sonaron 2 canciones de adoración.

-Todo estará bien, y yo te ayudaré para que así sea.

Abrí los ojos para ver quien me había hablado, y NO PUEDE SER!

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Continuará... 😅😍