INEFFABLE

37. !Peligro! II

¡Te dije que la soltarás!

Narra Steven

Alice y Lucas están tardando demasiado en esa habitación, pero bueno, quien soy yo para quitarles su felicidad?.

Me alejo un poco del grupo hasta llegar a a la salida mientras fumo un poco de cigarros..

Mis ojos se exaltan cuando veo a Evaluna caminando sola en dirección al cementerio..

Ésta niña, ¿no pudo tomar un taxi?.

Apresuro mis pasos hasta seguirla, no quiero que sepa que estoy detrás de ella, solo quiero asegurarme de que llegue a salvo a su casa. Estos barrios son habitados por personas muy peligrosas, bueno, por personas como yo.

Al fin dentro del cementerio, trato de mantener mis ojos enfocados en ella, lo que es difícil pues está bastante oscuro..

Vueltas, tras vueltas..
¿Acaso se dió de cuenta que está caminando en círculos por todo el cementerio?

Para mi excelente suerte (noten mi sarcasmo por favor), tengo que unirme a ésta locura de dar vueltas en estos sepulcros.

Se cae mi celular.

—Rayos—Digo mientras me inclino a tomarlo.

Y al retomar mi posición, no encuentro a Evaluna.

Empiezo a dar vueltas por todo el cementerio, asustado, preocupado de que le suceda algo.

-Ayuda!, Ayuda!- Escucho mientras trato de seguir su voz como un perro siguiendo su olfato.

-Suéltame por favor!- Y justo ahí, justo con ese último grito de mi pequeña suplicando su libertad, la encontré.

Estaba sudada, descalza, con sangre corriendo por todo su rostro, y desnuda.

Me acerqué lo suficiente para que notaran mi presencia mientras apagaba mi cigarrillo y decía:

Te dijo que la soltaras.

El chico soltó una riza sarcástica mientras agarraba la cintura de Evaluna y decía:

—O sino qué.

Mi sangre se tornó a otra temperatura, me lancé encima de ese idiota mientras golpeaba todo su rostro a puños. — O sino ésto, hijo de perra.—Grité mientras golpeaba una otra vez su cara, sin compasión, con rabia, con furia.

—Dedejen de pelear.— Decía Evaluna en sollozos mientras intentaba recuperar el aliento.

Mi mirada se fijó en ella, y me sentí bastardo, estúpido.

Me alejé de aquél chico, dejándolo tirado en los sepulcros y en un movimiento rápido tomé a Evaluna y le coloqué mi camisa para cubrirla, ella es bastante pequeña, así que cubre lo suficientemente su cuerpo, luego cuidadosamente la tomé por los muslos y la cargué.

Llamé a un taxi. Decidí llevarla a mi casa, la mamá de Evaluna hoy está de guardia en el hospital, y Lucas pues ya saben, disfrutando de la vida a todo dar.

Decidí no llevarla al hospital, mi papá me impartió varios talleres de primeros auxilios y creo tener la capacidad para ayudar a mi pequeña.

[.....]

Después de llegar a casa, subí con ella a mi habitación, deshaciéndome de aquella camisa y llevándola a mi baño.

Lentamente fui duchándola, y si, se me hizo muy difícil todo esto. Tenerla desnuda, frente a mí. Pero jamás la lastimaría, menos en éste momento, así que trato de concentrarme en lo que estoy haciendo.

Curarla.

La coloco en la cama cuidadosamente, mientras le pongo una toalla alrededor de su cuerpo. Ella está inconsciente, solo se queja de los curativos que le estoy aplicando.

Tiene varias heridas en su cuerpo, primero inicio por curar su rostro, mis ojos se cristalizan al notar su mejilla herida.

Después paso hacia sus piernas, tenía varios moretones rojos por todas partes..

Después de éste momento tan difícil y doloroso para mí, la envuelvo en mis sábanas, mientras que yo me siento en una esquina de la cama, observándola, cada detalle en su rostro, y recordando todo lo que observé mientras la duchaba.

Cálmate.

Pienso, mientras evado todos esos pensamientos tentativos.

Me acomodo en el sillón, no quiero hacer esto más difícil así que me alejo.

Me quedé toda la noche observándola, cada detalle, que a pesar de estar toda lastimada, sigue siendo la chica más tierna de todas.

Mi pequeña.

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Omaigat
Steven salió hasta enfermero JAJA
esperemos a ver que sucede después.

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Los quiero! 😚