INEFFABLE

38. Cara a cara

Narra Evaluna

El sol asomándose por la ventana hace que lentamente abra mis ojos para despertar..

Texturas en mis sábanas que nunca había sentido, algo extraño, las siento diferentes.

Cuando al fin puedo abrir mis ojos por completo, me doy cuenta de que las sábanas en la cual estoy no son las mías, de que la cama, incluso, no es la mía, y lo peor, no estoy sola.

Estoy con Steven.

¿Qué rayos pasó ayer?, me pregunto tratando de ubicar todos mis pensamientos.  Él aún está durmiendo, así que debo marcharme lo antes posible.

Me levanto de aquella cama (Bastante cómoda debo decir) para dirigirme a casa.

—Que rayos—.Digo al notar todos los moretones alrededor de mi cuerpo.

Mis ojos se cristalizaron, podía esperar cualquier cosa de Steven, pero que abusada de mí, eso jamás.

Enrollé mi cuerpo entre las sábanas mientras mis lágrimas se deslizaban una y otra vez por mis mejillas..

Joder Steven, por qué! Porqué rayos abusaste de mí!

Lo peor es que no recuerdo nada, y todo esto me atormenta. Juró amarme, juro cuidarme, y qué rayos hizo!.

Lastimarme.

Seco mis lágrimas y me levanto a buscar ropa para ponerme, estar más tiempo en esa habitación podría terminar de matarme.

Por último, tomo mis llaves, y mis ojos se exaltan al ver algo que posiblemente es la explicación a todo.

Un botiquín de primeros auxilios, varias toallas llenas de sangre, mi ropa llena de tierra en la puerta del baño..

—¡No puede ser!— Susurro al recordar todo lo que había pasado. Steven no había abusado de mí, todo lo contrario, me había salvado de ser abusada.

Soy una estúpida.

Él aún seguía durmiendo, y me quedé observándolo, sentada justo ahí, en aquella cama donde había dormido.

Espero unos minutos hasta que él se despierta, solo quiero darle las gracias por todo.

De pronto, su cuerpo comienza a estirarse, dejando marcados todos y cada uno de sus abdominales.

Trago lento.

¿Por qué éste chico no pudo dormir con pijama? Su plan con matarme lentamente está yendo a la perfección.

—Buenos días pequeña.— Sus palabras me hacen volver de mis pensamientos.— Buenos días.— Respondo mientras me encojo de hombros.

Solo quiero agradecerte por haberme cuidado y por mantenerme a salvo, eso era todo.

Me fui alejando de él con dirección a la puerta hasta que sentí como tomó mi mano y me giró hacia él..

—Te dije que siempre te cuidaré, independientemente si estamos juntos o no.—La mirada de Steven se tornó triste y no pude evitar sentirme culpable.

A ver, a ver Evaluna Lancaster, él te mintió, te ocultó varios secretos y sabrá Dios sino tiene más por ahí. Tú siempre has estado para él, pero es momento de que estés para tí. Ya basta de perdonar tantos errores de él, tú no le debes nada a nadie, ok?.

Mi mente a la defensiva me hace recordar el porqué no estamos juntos, y tiene razón.

— Tengo que irme de aquí.—Respondí mientras mis ojos se encontraban con los de él.

Café, tan claros que la luz de el sol no parecía tan resplandeciente como ellos, tan profundos que con solo mirarlos quedaba perdida en ellos.

— Te extraño.—Susurró Steven mientras se inclinaba hacia mí.

Mis manos empezaron a temblar, por más fuerte que sea cuando estoy con él suelo ser mi versión más débil, y es estúpido, él siempre gana.

Lentamente se acercó a mis labios y BOOOM! Lo abofeteé haciéndolo alejar de mí.

— No creas que por salvarme te debo el favor, yo no te pedí que lo hicieras.—Me alejé de Steven dejando un portazo detrás de mí.

¿Qué se cree éste pendejo?

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BOOM!
comenten si creen que Steven se merecía esa bofetada, yo creo que sí.

Hasta la vista.

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