CAPÍTULO 5

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Luego de haber ido a dejar a mi hermano a su escuela, y de recoger mi camioneta del taller, regresé al departamento para ponerme a hacer algo de provecho, en este caso, limpieza. Antes que nada, eh de decir que la camioneta, una Duster 2010, la tengo por necesidad y no por lujo, de igual forma esta es una de medio uso que cuido muy bien.

Al llegar al edificio pasé por los buzones para checar si habían dejado algún correo, para mi sorpresa, había uno que no tenía remitente y solo tenía mi nombre y apellido. Lo tomé y subí las escaleras hasta la cuarta planta, donde se encontraba el departamento; una vez en este deje mi bolsa a un lado y me acosté en el sillón para poder leer la carta.

"Señorita Fiore,

Por medio de esta carta le hago llegar su primer pago por las fotos que se difundieron el día de ayer en la cita que tuvo con Daniel. Las fotos comenzaron a levantar rumores, por si no lo había notado, sobre un supuesto romance.

Quiero que salgan otra vez para que se les pueda ver nuevamente y así continúen los rumores, me gustaría hablar con usted sobre su asistencia al Gran Premio próximo así que le pediré que se comunique conmigo apenas lea esta carta.

Sin más por el momento,
William Gibson."

Dejé la hoja en la mesita de la sala y luego tomé el dinero que había para contar este antes de volverlo a meter al sobre. Iba a dejar el sobre, pero noté otra cosa dentro de este, saqué lo que era y pude ver que era un pase para el Gran Premio de Francia al igual que un boleto de avión.

—¿El Gran Premio? —fue lo primero que solté cuando el señor Gibson contestó la llamada —. Buenos días —lo seguido lo dije con una pequeña risa nerviosa.

Buenos días, señorita Fiore, veo que hasta ahora lee la carta —asentí, aunque no pudiera verme, aunque tomo mi silencio como un sí.

—¿Por qué me la entregó por correspondencia?

No quiero que la vean cerca de mi oficina o mi casa, por lo mismo mande a una persona de mi confianza a dejarle la carta con el dinero —ahora entendía el hecho de la carta, pero faltaba saber algo más.

—Disculpe... ¿en verdad debo de asistir al Gran Premio? Digo, sé que lo dice en el contrato, pero no creo que sea posible que pueda ir a Francia —Francia está muy cerca, lo sé, pero no me atrevía a dejar a mi hermano por tres, cuatro días.

¿Por qué cree eso señorita? Todos los gastos corren por nuestra cuenta, tanto avión, como pudo notar, al igual que el hospedaje —hice una pequeña mueca de disgusto al no saber cómo explicarle mi situación, ya que no había la mencionado antes que tenía un hermano del que era responsable.

Mi círculo cercano sabe la razón por la cual yo soy responsable de mi hermano, es una historia algo complicada, no tan corta, pero yo la sé resumir bastante bien. Muy simple, todo comenzó cuando mi papá murió, no, estoy comenzando mal, creo que debo iniciar y contar bien la historia, aunque sea de manera resumida.

A mí papá le detectaron leucemia linfocítica crónica cuando él tenía dieciséis años, medio año después conoció a mi mamá y se enamoraron. A los diecisiete años se casaron en secreto, mi papá logró convencer a mi mamá de hacerlo, ese mismo año se mudaron a México con una familia de mi mamá, ese mismo año mi mamá se embarazó, nueve meses después nací yo. Cuando tenía doce años mi papá comenzó a empeorar, comenzó a perder peso notablemente, se cansaba con facilidad, lucia inflamado y ni hablar de los hematomas que aparecían en su cuerpo con facilidad.

Novia Por Contrato | Daniel RicciardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora