ESPECIAL

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Mi vista estaba fija en aquel árbol navideño adornado con varias cosas, entre ellas algunas esperas con el nombre de cada uno de los que estábamos pasando las fiestas aquí, por lo que había una con el nombre "Xareni"

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Mi vista estaba fija en aquel árbol navideño adornado con varias cosas, entre ellas algunas esperas con el nombre de cada uno de los que estábamos pasando las fiestas aquí, por lo que había una con el nombre "Xareni".

¡Xar!.. ¡Las galletas ya están!

Quité mi vista del árbol para dirigirla a mi mamá con una pequeña sonrisa tirando de mis mejillas, ella ya no lucía tan triste como días atrás, luego de que se encerrara por algún tiempo en el cuarto con mi papá. Había tratado de escuchar su conversación, claro que lo traté, pero parecía como si mi mamá Julia quisiera impedirle escucharlos. Lo único que pude escuchar, luego de escabullirme de mi abuelita, fue que mi papá le dijo a mi mamá "nos tenemos que ir".

Una semana después estábamos llegando a Niza, Francia.

Ahora estábamos en San Gimignano, el pueblito italiano donde había crecido mi papá y donde creo que conoció a mi mamá, habíamos venido para pasar las fiestas con la familia de mi papá, a la cual, en mis once años, nunca había conocido en persona.

¿Puedo decorarlas, mamá? —Puse mi mejor sonrisa mientras picaba la manga para decorar galletas de forma distraída.

—Non hai imparato l'italiano —Hice una pequeña mueca cuando mi tía dijo aquello, claro que sí aprendí italiano antes de venir, mi papá es italiano, sería como un... un pecado el que yo no supiera italiano.

Sé italiano, pero prefiero hablar español sino le importa, tía —Le sonreí mostrando todos los dientes que podía, al igual que los frenillos que tenía.

Me subí al mesón con ayuda de una silla que había ahí y tomé la manga para comenzar a decorar algunas galletas, tratando de hacerlas bonitas para que no le hicieran malas caras.

—¿Por qué no haces una de Santa o los Reyes Magos, amor? —cuando mi mamá preguntó eso miré a mi tía rápidamente, quizá ella sintió una alteración en la fuerza del lado derecho, que era donde yo estaba, pero no fue capaz de girar para verme. 

—Per cosa? si lo so che non esistono —en el momento en que dije eso mi mamá giró para ver mal a mi tía, la señora gruñona, justo cuando llegamos había soltado todo, y por todo me refiero a la verdadera existencia de los Reyes Magos y de Santa Claus.

Mientras mi tía comenzaba a hablar en un rápido italiano, intentando justificarse con mi mamá, yo seguí decorando una galleta, cuando terminé de decorarla la hice a un lado para saber que esa sería para mi papá, quien estaba hablando con mis abuelos.

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Luego de un rato, donde mi mamá casi mataba a mi tía por lo que había hecho, yo subí a donde estaba mi papá con un plato de galletas y entré a la habitación luego de tocar.

Mia principessa —sonreí al escuchar a mi papá decirme así antes de ir a donde estaba para subirme a la cama y pasarle una galleta —. ¿Las decoraste tú? —asentí mientras me acomodaba a su lado.

Esta es mi tía sonreí mientras señalaba la galleta que tenía una fea cara de un monstruo y comencé a comer otra de las galletas mientras escuchaba a mi papá reír.

—¿Sigues molesta por lo que te dijo? 

—Nopi, pero eso no quita que tenga cara larga y arrugada, ¿en verdad es tu hermana?

—Lo es, principessa, pero yo heredé lo bonito asentí repetidas veces para secundar lo que había dicho. —Alegra... lo miré con atención cuando me llamó por mi primer nombre, eso era algo que no solía hacer con regularidad, solo cuando me quería decir algo de muchísima importancia —quiero que nunca olvides que te amo, siempre serás la niña de mis ojos.

—¿Y mi mamá?

—Tu mami es la viejita de mis ojos, pero no le digas porque luego se pone de dramática reí cuando mi papá habló así de mi mamá y tomé otra galleta para comenzar a comer esta —. Ahora, ¿me dejas seguir con mi súper discurso? asentí para que siguiera hablando y mantuve mi vista fija en sus ojos, algo que siempre me ha gustado de mi papá son sus ojos, no son de un color demasiado común, son de un gris tornasol que puede llegar a fascinar a las personas, yo siempre he dicho que eso fue una de las cosas que le atrajo a mi mamá de mi papá, aunque es una completa lástima que no haya sacado sus ojos, yo saqué los ojos de mi abuelito paterno, quien no está ahora en la casa para protegerme de mi tía —No sabemos qué es lo que llegue a suceder próximamente, principessa, quiero que me prometas que, pase lo que pase, tú seguirás adelante y apoyarás a tu mami si algo llega a sucederme.

—¿Papá? ¿Qué quieres decir con esto? una fea sensación estaba haciendo presencia en mi pecho, acelerando mi corazón mientras miraba a mi papá en busca de alguna respuesta a lo que me estaba diciendo.

—Solo quiero que nunca le des la espalda a los que quieres, los necesitarás cuando menos lo esperes.

—¿Eso incluye a mi tía Carmina?

—Sí, eso incluye a Carmina la que todo arruina. 

—Está bien, pero sigue teniendo cara... me detuve cuando alguien tocó la puerta de la habitación y reí cuando mi papá también rió.

Mientras mi abuelita hablaba con mi papá yo mejor me puse a volver a ver los alrededores de la habitación que antes era de mi papá, donde ahora nos estábamos quedando por estas fechas. Mientras ellos hablaban algo de su platica captó mi atención, aunque tuve que preguntar solo para confirmar lo que había escuchado antes.

—¡¿El tío Will va a venir?! ¡Hasta acá!  aunque no compartiera ni una pizca de sangre con él para mí siempre sería mi tío, el favorito para mí.

No seas cotilla, cariño, y sí, tu tío William vendrá a partir la rosca con nosotros sonreí al escuchar lo que también partiríamos rosca.

—¡Voy a bañarme! antes de que saliera de la habitación me quedé mirando a mi abuelita, quien me apretó con fuerza mis mejillas ¡Papá sálvame! 

Novia Por Contrato | Daniel RicciardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora