CAPÍTULO 13

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Arrugué mi nariz al sentir la luz dar contra mi rostro y oculté mi cabeza en el pecho que tenía frente a mí a la vez que me abrazaba más a él. Realmente no importaba el clima que había en Spielberg, ahora mismo sentía una calidez agradable.

No quería despertar, estaba muy cómoda a como estaba. Inhalé levemente, sintiendo al momento un delicioso aroma que no pude identificar del todo. Me quedé así un momento, acurrucada.

Hasta que caí en cuenta de algo.

Me separé con cuidado de no despertarlo, luego de eso me levanté de la camilla tratando de no hacer ruido, quedándome quieta al ver como él se removía hasta quedar pegado a la pared. En algún momento de la noche debió de girarse y así fue como quedamos frente a frente, era la única explicación que encontraba al haber amanecido entre sus brazos.

Hice una pequeña mueca y mejor me concentré en hacerme una coleta alta, no tenía sentido alguno que hiciera nudos en mi cerebro para llegar a la misma conclusión: eso es algo que puede pasar cuando duermes junto a alguien.

Al menos yo esperaba que fuera la explicación al haber amanecido entre sus brazos. Solté un suspiro y me cambié de blusa antes de salir al baño, encontrándome con Verstappen en el camino, mi día no podía comenzar de mejor forma.

—Verstappen —di un pequeño asentimiento con la cabeza antes de tratar de esquivarlo. Tratar, porque el señorito no me dejó pasar porqué tomó mi antebrazo.

—Alegra, ¿podemos hablar? —me giré y puse la mejor cara de seriedad que alguien puede tener cuando se acaba de despertar.

—¿Sobre qué? —me crucé de brazos mientras lo veía, rogando al cielo para que no me viera tan vagabunda con mi aspecto mañanero.

—Sobre, ¿noso...

—Detente ahí Verstappen, espero que no vayas a decir "nosotros" porqué el único nosotros que me involucra es el de Dan y el mío —él hizo una pequeña mueca antes de soltar un suspiro.

—Quiero volver a ser tu amigo, me gustó la amistad que logramos. Mira... Dani ya me perdonó.

—A Dan no lo besaste, además, él es una cosa y yo soy otra, aun cuando somos novios.

—Y él no te ha besado o tú a él, yo... tengo que irme —le sonreí con levedad y luego di media vuelta antes de ir a donde iba.

Una vez que estaba de regreso en la habitación me quedé junto a la camilla viendo el cuerpo del piloto, parecía un muerto, de no ser por qué veía como su pecho subía y bajaba hubiera pensado que estaba muerto.

Mientras él seguía en el quinto sueño yo mejor me puse a terminar de acomodar todo lo que habíamos desordenado en la noche. Busqué mis cosas y las acomodé en la puerta, luego caminé hasta el cuerpo y comencé a picarlo al ver la hora que era. Como no reaccionaba hice lo más prudente que se me ocurrió: taparte la nariz.

—Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete —solté un suspiro y seguí esperando, normalmente no tardaba mucho, aunque puede que se deba a que hacía esto con Yaxkin.

—Si quieres matarme sigue apretando mi nariz —sonreí al escuchar su voz, entre adormilada y gangosa, y solté su nariz.

—Buen día dormilón —me senté a su lado en la camilla a la vez que él se sentaba en esta y me miraba con una sonrisa adormilada.

Estoy muy segura de que si nunca hubiera visto a Yaxik cuando despierta pensaría que es el recién despierto más lindo. Sus ojos se veían de un lindo color caramelo gracias a los rayos del sol, ni hablar de esa sonrisa que vagaba por sus labios.

Novia Por Contrato | Daniel RicciardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora