Novia Por Contrato | Daniel Ricciardo

CAPÍTULO 33

Las palabras de ambos, tanto Charles como Max, estuvieron rondando en mi cabeza todo el día, no podía concentrarme de todo, se notó con el sexto lugar que obtuve tanto en los libres como en clasificación cuando bien pude haber dado más de mí. Sabía que ellos se equivocaban, Jessica tiene muy en claro que amo a Alegra y que entre ella y yo solamente habrá una amistad, lo que hubo en el pasado entre nosotros es eso, pasado, nada más y nada menos, para mi desgracia.

Todo fue causa del dolor de ambos combinados con las copas.

—Daniel, ¿me estás prestando atención? —regresé mi mirada a la dueña de esa voz, soltando un pequeño bufido a modo relajado.

—Claro que te estaba prestando atención, ¿puedes seguir contándome porqué te enojaste con tu representante en el aeropuerto? —Jessica era demasiado fácil de leer, eso o quizá es porque no se cansa de hablar sobre ella misma.

—Bueno, fue porque no se había etiquetado bien mi equipaje y, al llegar aquí, nos dimos cuenta de que lo habían embarcado en otro vuelo. Por suerte era un vuelo con destino a un lugar no tan lejos de aquí así que mi equipaje se pudo recuperar con facilidad —soltó una pequeña risa, cubriendo su boca como era costumbre en ella. Siempre queriendo lucir perfecta ante las cámaras, haciendo que se sintiera insegura de algunos aspectos de ella a pesar de ser modelo—. No sé qué hubiera hecho sino encontraba mis maletas, quizá hubiera recurrido a un día de compras contigo —fruncí con levedad el ceño ante sus palabras, ni siquiera me gustaba salir con mi hermana de compras como para ir con ella, mucho menos si implicaba que la prensa metiera su cuchara.

—Deberías de llevar siempre ropa en tu bolso o una maleta de mano, si eso vuelve a ocurrir así ya no estarías tan preocupada —sonreí por mis palabras recordando a la persona que había hecho que comenzará a ser más precavido en ese aspecto. Quizá no me había dicho que lo hiciera, pero aprendí a hacerlo cuando vino por primera vez a un gran premio y me enojé con ella por su vestuario.

—Gracias por preocuparte, en verdad lo agradezco y lo tendré más en mente.

Estuvimos hablando unos momentos más antes de que me levantara de la mesa, siendo seguido por ella y pagando nuestro consumo. Salimos del hotel y busqué un taxi para que ella se fuera a su hotel; estuve tentado en subir a mi habitación, podía volver más temprano al circuito y eso me ayudaría a desestresarme, quizá hasta podría llamarse a Alegra para hablar antes de la carrera, moría de ganas por verla, aunque fuera a través de la pantalla, o simplemente escuchar su voz. Decir cosas que no conozco y que me confunden, sus "tejón" más que nada. Descarté la idea de subir a la habitación y fui directamente a el estacionamiento, subiendo a el auto que me proporcionó la escudería para poder ir hacia el circuito, necesitaba descargar mis pensamientos antes de dormir. Nada mejor que correr un rato.

Pasé sin problema alguna y los guardias me permitiera correr en el auto, por lo que estuve plenamente agradecido. Cerré los ojos un momento, cuando ya estaba en la línea de partida, y aceleré.

No debía ponerme a compararlas, eran1 distintas por donde las viera, además de que no había razón para hacerlo. Con Alegra podría estar todo el rato, sin importar si estamos hablando o no pues nuestros silencios son cómodos, a diferencia de los que tengo con Jessica, los cuales son luego de que termine de hablar sobre ella. Una vez había intentado hablar más, diciendo algo sobre como me fue en el día, pero aún recuerdo que ella cambió de tema casi al momento, alegando que no entendía mi mundo.

Si quería tener algo serio con Alegra debía de hacer que los rumores se detuvieran a como dé lugar. Debía de pasar más tiempo con mi pequeña conejita hasta hacerla sentir segura para que me siga sus sentimientos. Quería escucharla decir lo que siente otra vez, pero esta vez sin ninguna gota de alcohol en su sangre, quiero que me lo diga de frente; luego de eso pienso terminar el contrato para pedirle iniciar una relación de verdad. Algo formal, quizá decirles a todos nuestros cercanos que antes fue una mentira, pero que de esa mentira surgieron sentimientos que no pudimos controlar.