Novia Por Contrato | Daniel Ricciardo

CAPÍTULO 11

Los días pasaron como agua entre los dedos luego de que Ricciardo confirmara lo que muchos ya suponían tras la foto que público Charles de nosotros dos, foto que me sigue sacando de lugar dado que no sé porque terminamos durmiendo abrazados, yo sobre él específicamente. Ya éramos novios públicamente, por lo que no era raro que estuviera en un aeropuerto otra vez, aunque ahora estaba saliendo el sábado en la mañana para llegar a Graz como a la una y media de la tarde para así tomar un transporte que me llevaría hasta Spielberg, ¿había otra manera de llegar? Ni idea, pero era lo único que había conseguido de última hora ya que había olvidado el cumpleaños del tejón.

Y pensar que el año pasado yo ya sabía cuando sería.

Estoy demasiado segura que si Yax no hubiera dicho nada ayer en la noche sobre el cumpleaños de Ricciardo yo no estuviera aquí y hubiera dejado pasar el cumpleaños de mi supuesto novio.

6:48 am — Yo
Ya estoy en el aeropuerto de Niza, ¿vas a ir por mí cuando llegue?
🥺

Tras enviar el mensaje solté un suspiro, solo una persona de allá sabía que iba a ir, planeaba llegar de sorpresa para todos, aunque, por lógica, debía de tener a alguien ahí que supiera que iría y que me ayudara.

Justo antes de que pusiera el teléfono en modo avión me llegó un mensaje que me hizo suspirar de alivio por el contenido de este. Una vez en el asiento que me correspondía acomodé mis cosas y me senté.

Lo tenía planeado, como sé que esta vez si iría directo al circuito, me cambiaría de ropa cuando estemos cerca de aterrizar, de ahí solo tendría que esperar a que fueran por mí y es como una hora, hora y media hasta el circuito.

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—No eres una pésima novia —estábamos por llegar al circuito de Austria, aunque mi chófer personal me venía dando una platica ya que estaba en mi papel de dramática.

—Sí lo soy, ¿quién olvida el cumpleaños de su pareja? —mi labio inferior sobresalió hasta formar un pequeño puchero.

—Muchas personas, yo una vez olvidé el cumpleaños de mi esposa cuando eramos novios —se quedó callado unos momentos hasta que volvió a hablar —, no me habló en dos meses. Pero.. ¡hey! Dan no es así Alegra, no debes de preocuparte.

—¿Y si sí tengo que preocuparme? ¿Y si me deja de hablar? ¡Llevamos menos de un mes!

—Hay relaciones que duran menos que eso, una semana, un día, hasta un par de horas cuando mucho —lo miré, debía de estar bromeando. ¿Quién diablos le dice eso a alguien cuando ese alguien cree que su supuesta relación está en riesgo? Claro, solo él.

—No ayuda mucho lo que estás diciendo —negué y regresé mi vista a las calles que estábamos recorriendo.

—Alegra, conozco muy bien a Daniel. No se va a enojar porque olvidaste su cumpleaños, se va a alegrar por la sorpresa que le estás dando —esas si que son las palabras que alguien quiere escuchar.

—¿Alguien más sabe que iba a venir? ¿Le dijiste a alguien?

—Ni mi esposa lo sabe, así que no tienes de qué preocuparte —solté otro suspiro y di un último vistazo a la hora.

—¿Te dará tiempo para llegar a la clasificación? Todavía tienes que cambiarte —agradecía que me haya ido a buscar, pero no quería que mañana quedara en una mala posición por mi culpa.

—Si porque... —estacionó su auto luego de haber pasado el control y apagó este, quitándole el seguro al auto—ya llegamos y tengo cinco minutos para que comiencen a buscarme más de lo que ya han de estarme buscando.