CAPITULO 38

5.7K 427 61
                                    

Ustedes son muy buenos, en verdad. No lo digo porque Checo sea mi piloto favorito, o porque tengamos cosas en común, como el idioma —no recordaba en qué momento Daniel se había separado de mí para hablar con Hartley luego de nuestra "cena", pero acabé sentada en la barra, hablando con Fernando Alonso, Carlos Sainz y Sergio Pérez de diversas cosas, terminando hablando sobre ellos.

Alegra, ya lo habéis dicho —miré al menor con una sonrisa antes de darle otro sorbo a mi agua, no quería terminar vomitando como cuando Italia.

Gracias por confiar en nosotros, lo apreciamos. es un gesto lindo de vuestra parte —asentí hacia el asturiano y comí un poco de los aperitivos que habían puesto en una mesa. 

Creo que lo mejor será llamar a Ricciardo, ¿acaso no ya te aburriste de nosotros? —miré a Checo antes de negar para seguir comiendo— Si es así, dime, ¿cómo van las cosas con Ricciardo?  

Cuando dijo aquello hice un pequeño puchero y jugué con mi vaso, pensando en qué debería decirles o si debía fingir estar borracha por el agua. 

Van bien, sólo que últimamente lo noto un poco raro, como si estuviera más callado —mantuve mi puchero y me recargué en la barra mientras los veía—. ¿Debería declararme otra vez? —cobardemente dije mis intenciones.

Si creéis que es lo correcto puedes hacerlo... también puede que esté actuando así porque tiene algo importante que decirte —miré a Fernando cuando dijo aquello.

Pero ¿qué podría querer... —corté mis palabras antes de enderezarme para verlos, ganando miradas divertidas de su parte.

¿Y si le gusto y no sabe cómo decirlo?

Bueno, podría ser que quiere llevar vuestra relación a otro nivel, aunque dudo eso.

Concuerdo con Carlos. No lleváis ni un año de relación como para que te lo proponga —giré a ver a Fernando por sus palabras, había olvidado por un momento que para ellos ya somos novios, el siguiente paso en una relación sería el matrimonio, ¿no? — Con su anterior novia llevaban... años, y nunca se lo propuso —tragué con fuerza cuando dijo eso, no sabía cómo librarme de eso, pero Checo me salvó.

A veces no importa el tiempo, sino la persona. Comparado con su ex, Alegra pasa más tiempo con Daniel cada que puede. Y ya sabemos cómo se pone Daniel cuando no está Alegra —lo último captó mi atención, más por el hecho de que los dos españoles rieron.

¿Cómo se pone Daniel cuando no estoy? —ante los tres pares de ojos que se posaron en mí bufé— ¿No me dirán?

No podemos decirte.

Es un código que tenemos entre pilotos —ante sus palabras sólo rodé los ojos a la vez que pedía un whisky en las rocas.

¿Entonces los pilotos cubrirían infidelidades entre ellos? —le sonreí al mesero a modo de agradecimiento mientras escuchaba un rotundo NUNCA de parte de los tres, que lograron que varios voltearan hacía nosotros.  

Una infidelidad nunca sería cubierta entre nosotros, si eso llegara a pasar el piloto infiel tiene dos opciones, o lo dice él o lo dice quien se enteró —ante sus palabras no pude evitar recordar lo que hizo Charles el día en que nos conocimos.

Solamente no te decimos porque sería como decirle a Daniel que vuestros ojos brillan cuando hablas de él —miré a Fernando por aquello e hice una mueca, recordado que eso me había dicho Checo cuando estábamos en la fiesta.

Estaba por hablar, pero unas manos se posaron con suavidad sobre mi hombro, decidiendo no quitarlas porque reconocí el aroma de Daniel.

—¿De qué hablan? Definitivamente deben de permanecer separados cada fiesta —alcé la mirada para verlo mientras arqueaba una ceja—. Nadie se puede enterar de los chismes si ustedes cuatro de ponen a chismear en español.

—No es mi culpa que aún no hayas aprendido algo de lo que te he enseñado —ante esas palabras Checo fue mirado por los españoles y por mí mientras Daniel llevaba un dedo a sus labios.

—Eso era un secreto entre nosotros Pérez, es trampa decirlo.

—¿Estás intentando aprender español? —lo miré con curiosidad mientras veía cómo sus mejillas y orejas se ponían oscuras, imaginando que era un sonrojo, logrando que sonriera— Eres muy lindo.

—¿Te gustaría ir a alguna parte? —solté una risita ante su cambio de tema, asintiendo antes de levantarme de mi lugar para entrelazar nuestros dedos.

—¿Vamos afuera? Necesito un poco de aire —me despedí de los demás con la mano que sostenía el vaso de whisky, conteniendo una risa por los "ánimos" que me daban.

Caminamos hasta la zona que estaba al aire libre, aquella que había captado mi atención desde el primer momento, dejé mi vaso en la mesa circular de cristal que había y me apoyé en el barandal. Pensaba en una y mil cosas a la vez, todo lo que las personas me habían dicho respecto a Daniel, lo que Yaxkin me dijo, lo que hablé con mi abuelo, todo pasaba de forma rápida, pero todo centrándose en el tejón a que estaba a mi lado. 

—Quiero hablar contigo —soltamos una risa ante las palabras del otro, logrando que pararan mis pensamientos y me centrara en él. 

—¿Quieres hablar primero? —rogué internamente que dijera que sí, pero fue en vano cuando lo escuché decir que mejor hablara yo primero.

Debía juntar todo el valor que tenía antes de hablar, comenzando a sentirme como en una especie de deja vú.

» No sé ni qué decir, cuando te conocí no creí llegar a este punto —me alejé un poco para cerrar la puerta que daban al restaurante con tal de tener más privacidad, regresando junto a él mientras soltaba un suspiro—. Debo decir que eres un idiota... en verdad lo eres, debes de comenzar a pensar antes de actuar o soltar una tontería, como lo que pasó cuando el Gran Premio de México. Te odio —lo miré a los ojos al decirlo, pero lo único que pude ver era como apretaba sus labios, como si supiera lo que diría—, al ser guardiana de Yaxkin creí que debía centrarme en él, hice todo de lado para poder intentar darle lo mejor... por él acepté esto; no recuerdo cual fue mi última relación ya que generalmente se iban cuando sabían que me hacía cargo de mi hermano, cosa que era inicial... quizá por eso no mencioné nada antes. No me caías bien al inicio, cuando hablabas sólo soltabas tonterías, pero poco a poco fuiste desarmando una coraza que ni siquiera sabía que estaba ahí.

Tomé una bocanada de aire antes de seguir, sintiendo mi corazón comenzar a ir más rápido y sintiendo miles de emociones.

» Sin pensarlo comenzaste a gustarme, me desaparecí cuando supe que estaba comenzando a sentir algo por ti. Primero lo negué, pero luego, en el Gran Premio de Brasil me abrieron los ojos e hicieron que me diera cuenta de que esa llamada que hice fue un desplante de celos, tuve miedo de que Jessica quisiera algo contigo, la conoces de más tiempo y no sé cómo competir con ella, es perfecta a su forma, es famosa, yo soy un simple don nadie que Gibson contrató en una cafetería. Lo que quiero decir es... te quiero, Daniel, en verdad lo hago.

Novia Por Contrato | Daniel RicciardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora