CAPÍTULO 44

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Tuve que mandarle un mensaje a Alegra diciendo que me atrasaría un poco para que no se preocupara, también uno a Charles para que Alegra no saliera del restaurante. Al llegar al lobby tragué con fuerza antes de acortar la distancia con ella.

—Daniel, debes de decirle a ella lo que pasó —suspiré ante sus palabras y sólo asentí antes de inclinar mi cabeza hacia un lado, recibiendo un asentimiento de su parte y comenzando a caminar.

Si íbamos a hablar de lo sucedido, el lobby en plena mañana no era el sitio adecuado. Al llegar a un lugar apartado pasé mi mano por mi rostro antes de hablar.

—Lo sé, sé que debo decirle lo que hice, pero aún no he encontrado el momento adecuado —ahora estaba más decidido que antes.

El conversar con Charlotte había logrado que tuviera una perspectiva distinta, además qué debía seguir mi propio consejo y mantenerme en el presente por muy dolorosa qué pueda ser la verdad para Alegra. Pero sí iniciábamos una relación debía ser con el pie derecho.

—¿El momento adecuado? —la risa que soltó me hizo mirarla con curiosidad— Es otra manera de decir que eres un cobarde y por eso no se lo has dicho.

—Lo admito, soy un cobarde, había tenido muchas dudas acerca de si lastimarla o no con la mentira que le diría.

La mejor seña de eso es que soy consciente que había tenido la oportunidad en bandeja de plata. Cuando confesó sus sentimientos pude haberle dicho lo que pasó en Brasil, quizá hasta limpiarme las manos diciendo que no estábamos en una relación.

Pero decidí callarme.

Solamente acepté iniciar una relación con ella, era un maldito egoísta que sólo se preocupa por sí mismo. Si de verdad pensara en Alegra ya le hubiera dicho la verdad.

—¡Ya la lastimaste! Desde el momento en que me pediste que me quedara la lastimamos —solté una risa amarga debido a sus palabras.

—No te incluyas en esto, el que tiene la relación con ella soy yo y fui el culpable de lo que pasó. No me justificaré diciendo que estaba ebrio, simplemente no debía de haberlo hecho. Sé que la lastimé, pero al menos quiero minimizar el daño que hice.

—Tampoco intentes justificarme con el hecho de que no tengo relación alguna con ella, era la más sobria de los dos y aun así acepté —al verla a los ojos sólo pude identificar culpa y enojo consigo misma.

La conocía lo suficiente para saber que era la primera vez que estaba en esta situación, a pesar de lo que todos dicen de ella sólo es caprichosa y le gusta tener atención. Pero nunca meterse con la pareja de alguien más, por muy encaprichada qué esté con esa persona.

—No intento justificarte... sólo digo que fácilmente puedes lavarte las manos.

—No es tan fácil como crees... —Alcé la mirada hacia ella y abrí los ojos de más al ver que los suyos se habían cristalizado al contener sus lágrimas.

—¿De qué estás hablando? ¿Hay algo que no sepa? —Debía permanecer tranquilo, ponerla más nerviosa de lo que ya estaba no sería de ayuda.

—Esa noche ella llamó, estabas tan ebrio que yo contesté y... no sé qué sucedió realmente, pero se escuchaba muy mal —no sabía que le había dicho en sí, pero necesitó tragar con fuerza para seguir—. Se escuchaba rota, ella te necesitaba, lo sabía y aun así me metí contigo.

Eso fue suficiente para que sus lágrimas salieran, la abracé por inercia y la consolé. Sabía que se refería a la vez del accidente, quizá no sería de la misma magnitud, pero sabía del sentimiento pues llegó a mí como un balde de agua fría al enterarme del accidente.

—Te entiendo... prometo que le diré pronto.

—¿Cuándo le dirás? No basta con pronto.

—No lo sé, buscaré el mejor momento —me apartó un poco para luego tomarme por el cuello de mi playera con una mano, la pena en sus ojos había sido remplazada por enojo, uno del más puro.

—¡Tienes que decirle ya! De preferencia hoy, si no lo haces tendré que decirle yo, Daniel.

—Jessica, tranquilízate. Deja que yo le diga, conozco a Alegra mejor que tú, yo debo decirle.

—Me importa un carajo que la conozcas mejor, debes de decirle antes de la gala —parecía que en cualquier momento exhalaría humo, no sabía que era lo que la había hecho enfurecer tras haber llorado, pero, al parecer, fue suficiente para que juntara nuestros labios antes de que la separara—. Estas advertido, sino le dices lo haré yo.

Dicho eso se fue, dejándome confundido a la vez que me limpiaba su labial. Había dicho que la conocía, pero esto me superaba, era demasiado impredecible.

Lo siguiente que sentí fue un golpe que me tiró al suelo, al ver al causante de esto palidecí pues estaba en extremo furioso, casi exhalando humo. No dudó en agacharse para darme otro golpe, al tercero fue que lo pude detener.

—Charles, basta. Te lo puedo explicar.

—¿Por qué carajos te estaba besando Jessica?

—Fue su manera de amenazarme —agaché la cabeza con vergüenza, lo ideal habría sido qué nadie más supiera de lo que pasó.

—¿Así se le dice ahora? ¿Con qué te amenazó? ¿Con seguir fastidiando? —Tragué con fuerza y solo pude chasquear mi lengua.

—Con contarle a Alegra que Jessica y yo nos acostamos en Brasil —alcé la mirada para verlo y en respuesta sólo conseguí otro puñetazo.

—¿Brasil? ¿Así que te estabas revolcando con Jessica mientras Alegra estaba preocupada por su hermano? —Soltó una risa irónica antes de levantarse. —Me das tanta pena que ni siquiera te puedo seguir golpeando, eres una basura de persona.

—¡Lo sé! —limpié el hilillo de sangre qué salía de mi labio antes de seguir— Me siento como la peor basura del mundo por hacerle eso a Alegra, sé que lo nuestro no era verdad, pero aun así violé su confianza.

Me estaba levantando cuando fui consiente de lo que había dicho, logrando que tragara con fuerza al ver la mirada desconcertada de Charles.

—Ricciardo, ¿a qué diablos te refieres con que lo suyo no era verdadero?

Novia Por Contrato | Daniel RicciardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora