Capítulo 9

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—¿Por qué se fue?—me preguntó una Claudia más calmada, quien se encontraba junto a mí apegada a la ventana, observando a Thomas caminar por la acera

—Fue su decisión —respondí abrazándola más contra mi pecho

—No debiste dejarlo ir si lo amabas

—Él lo quiso, amor. Intenté que se quedara, me fue imposible

Claudia giró su cabeza y me miró con sus ojos rojos debido al llanto, su expresión pacífica cambió completamente a enojo.

—Todo es tu culpa—susurró

—¿Qué?

—¡Es tu culpa! —se separó de mi agarre—. Si Britt no fuera tu novia, mi papi no se hubiera ido

—Pero yo no sabía que...

—¡Mentiroso! —exclamó enojada y corrió a su cuarto—. ¡Te odio! —dicho esto cerró la puerta de golpe y el silencio abundó mi hogar

Hice una mueca y caminé hacia la puerta para acercar mi oreja a ella, dudando en ssi sentirme culpable o no por lo que acaba de pasar. Al escuchar el llanto de mi hija, no pude evitar romper en llanto y descender hasta llegar al piso, recogí mis rodillas y recosté mi cabeza sobre ellas.

—Clau, abre la puerta, no es mi culpa —le hablé entre sollozos a la puerta

—¡Vete! ¡No quiero escucharte!

—Clau... ah —suspiré rendido, sabía que por ningún motivo me abriría la puerta—. Lo siento —musité esperando una respuesta suya, pero lo único que obtuve fue su llanto

De pronto, mi celular emitió un tono de notificación, así que lo saqué de mi bolsillo para desbloquearlo, lo primero que vi fue un mensaje de Britt:

"Llegaré en una hora, bebé, espero encontrar una rica cena, porque tengo antojo de langosta. Te amo <3"

Lo que me faltaba. Rodé los ojos y bloqueé el celular, ni siquiera tenía ganas de responderle. Lo único que quería era regresar el tiempo, porque joder, esta semana había sido increíble, sentía que volvía a tener dieciocho años, cuando ambos éramos felices, hasta que... él se fue, aún sigo con la duda de por qué lo hizo.

Al día siguiente, amanecí con un potente ardor en los ojos, cosa que me hizo estar de mal humor todo el día. Después de desayunar en un completo silencio incómodo, Britt nos propuso ir al parque para pasar más tiempo en familia. Accedí solo porque vi los ojos de Clau iluminarse al escuchar aquella palabra, a pesar de que no tenía ganas de ver al sol brillar. Al llegar ahí, mi pequeña fue directo a una resbaladera, mientras que Britt y yo fuimos a sentarnos a unos columpios, en silencio, no podía decir cualquier estupidez como solía hacerlo habitualmente, no ahora que me sentía tan vacío por dentro, me carcomía el hecho de que Thomas me hubiese dicho hoy el sí, incluso en este momento podríamos estar jugando contentos en el parque, pero como la vida me odia, mis fantasías e ilusiones no podrán cumplirse. Me era imposible quitármelo de la mente, era un pensamiento que me provocaba estrés y sufrimiento a la vez.

—Dylan —Britt desvío mis pensamientos y giré mi cabeza para mirarla

—¿Sí?

—¿Qué te ocurre? Te veo muy triste, ¿estás bien?

—Estoy bien —le mentí, lo más falso que le pude haber dicho, decir que estás bien con una sonrisa, cuando por dentro estás roto y lo que más necesitas es un abrazo y consuelo

—¿Pasó algo? —al parecer no se había comido mi mentira

—No, no

—De seguro tiene que ver con Thomas, siempre te pones así cuando piensas en él, Dylan O'Brien, ¿qué pasó? —su voz sonó dura y me ocasionó terror, percibía celos en ella

Dos tontos en problemas (Dylmas) / 2da Temporada de Dos tontos y un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora