Capítulo 24

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La mujer miró avergonzada a los padres, bajó a su hija y se les acercó lentamente.

—Vine a visitarla

—¿Visitarla? ¿Nos colocó un chip de rastreo acaso? ¿Nos estuvo siguiendo? —la ira de Thomas comenzaba a hacerse presente

—Solo averigüé a dónde iban, es todo

—¿Y cómo logró entrar? —le preguntó el rubio

—Tengo un pase —Lucy les enseñó un pequeño pedazo de plástico que colgaba de su cuello

—No es posible, ¿cómo lo consiguió? —esta vez, el castaño se atrevió a hablar

—No puedo decírtelo, te he dicho que tengo contactos

Los padres bufaron, Rosa y Giancarlo continuaron escuchando la posible futura pelea.

—¿Me la puedo llevar?

—¿Llevar? ¿A dónde? —Tom abrió los ojos como platos

—Afuera, a pasear un rato, lejos del sol y el arena, ya saben, para que no se aburra

—Discúlpeme señora, no sé quién sea usted, pero Claudia y yo estábamos muy a gusto haciendo castillos de arena —comentó Rosa

—Su nombre es Millie

—Es Claudia —dijeron Thomas y Dylan al unísono

—Da igual, vámonos, hija —la mayor tomó la mano de su hija, sin embargo, Dylan se les adelantó e interrumpió su paso

—Nunca dijimos que sí

—Ay papá, déjame ir, a mi mamá casi no la veo, a ti siempre, déjame ir, por fa, por fa, por fa, y te prometo que seré una niña buena —suplicaba la niña con las manos juntas

Dylan observó a Thomas con expresión de duda, su novio negó con la cabeza sin saber qué decir, por lo que el moreno se le acercó para susurrarle al oído.

—¿Qué solemos hacer en estos casos? —lo alejó un poco de ahí

—¿Consultarlo con Kaya?

—De seguro dirá que no

—De igual manera nos va a reclamar

—¿Entonces?

—¿Lanzamos una moneda? —el rubio sacó el objeto brillante de su bolsillo—. Si sale cara la dejamos ir, si sale sello no

—Bien —su novio tiró la moneda y Dylan cerró los ojos esperando el desastroso final—. ¿Y?

—Cara

—Demonios —bufó y de inmediato volvieron con Lucy y su hija—. Está bien Lucy, puedes llevártela, pero hasta antes de las cinco

—¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! —la sonrisa no se iba de su rostro—. ¡Vámonos Millie!—la mujer tomó la mano de su hija, quien se despidió de sus padres con la mano y se alejó con su madre

—¡Carajo! —exclamó Thomas pateando con fuerza contra el piso, provocando que el arena brincara hacia Dylan

—¡Mis zapatos! ¿Imbécil, te crees muy gracioso?

—¿Cuál imbécil? ¡Respétame! ¡Soy mayor a ti!

—Pero te ves más joven —Dylan le sacó la lengua

—Pues mira lo que el "joven" puede hacer—dicho esto, Tom se lanzó contra Dylan y ambos rodaron montaña abajo

—Ya veo de qué nos hablaba Claudia —musitó Rosa negando con la cabeza mientras observaba a la pareja peleando en el arena

Dos tontos en problemas (Dylmas) / 2da Temporada de Dos tontos y un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora