Capítulo 48

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—Y por eso mi papá debe despertar antes del sábado.

—Oh —Sam permaneció unos segundos callado, parecía que estaba asimilando la información—. Bueno, descuida, ya lo hará, tu papá es como un superhéroe y recuerda que los superhéroes siempre ganan sus batallas a pesar de que sean difíciles.

Sonreí y recosté mi cabeza en su hombro, amé cada una de sus palabras, de verdad lo quiero muchísimo.

—Eso es cierto —la sonrisa no se me borraba del rostro—. Oye, ¿quieres ir a mi presentación de la Bella Durmiente?

—Me encantaría, quería pedírtelo, pero no sabía cómo, qué bueno que me lo preguntaste.

—Deberías tenerme confianza, no muerdo ni nada por el estilo —ambos reímos—. Entonces espero verte ahí, el viernes te traeré la dirección exacta para que no te pierdas.

El timbre de la salida retumbó en nuestros oídos, así que automáticamente tomamos nuestras mochilas y salimos del salón. De pronto, sentí que Sam tomó mi mano, por lo que lo miré sorprendida, lo único que hizo fue dedicarme una linda sonrisa que provocó nuevamente las cosquillitas en mi estómago, no dije nada, así que continuamos tomados de la mano inclusive cuando llegamos a la puerta de la escuela. Sin embargo, al ver a mi tía Kaya ahí, rápidamente solté su mano, provocando una mirada de confusión por parte de Sam.

—¿Te sientes incómoda? —preguntó.

—No, es que mi tía está ahí —la señalé, quien al verme me saludó contenta agitando varias veces su mano.

—Oh, ya veo —Sam tragó saliva sin quitar su vista de ella.

—Creo que mejor me voy antes de que venga a preguntarte cosas locas —giré y lo abracé delicadamente—. Nos vemos mañana, Sam.

—Ok Clau, cuídate —agitó mi cabello con una sonrisa, provocando la mía también.

—¡Tía! —exclamé contenta y fui hacia ella con una gran sonrisa.

—¡Hola, mi vida! —me tomó en brazos y comenzó a besar mis mejillas varias veces—. Vamos, iremos al hospital a ver a tu papá.

—¿Y cuándo almorzaremos?

—Luego iremos con Thomas, descuida.

—Oh bueno, por cierto, ¿dónde está él? —mi pregunta se vio interrumpida porque mi tía me ayudó a subir al auto y cerró la puerta para después subir al asiento del copiloto—. ¿Por qué no ha venido él a verme? —pregunté en cuanto cerró la puerta.

—Porque lo llamaron a su trabajo y me pidió que viniera a verte para luego llevarnos a almorzar. Pero primero quiero que me acompañes a ver unos resultados en el laboratorio, ¿quieres?

—Claro que sí —le guiñé un ojo y ella sonrió mientras encendía el auto—. ¿Qué resultados debes ver? ¿Estás enferma o algo?

—No, mi amor, pero hay la posibilidad de que el tío Ben y yo tengamos un bebé.

Solté un sonido de asombro y abrí la boca sorprendida.

—¡¿De verdad?! —ella asintió—. ¿Y dónde está?

—Aquí —señaló su estómago.

—¿Te lo comiste? —pregunté asustada.

—No, corazón —comenzó a reír—. Él o ella crecerá en mi barriguita hasta que sea lo suficientemente grande, luego saldrá y lo podremos conocer.

—¿Y cómo sale? ¿Le vas a hacer como la popó?

Ella volvió a reír.

—Algo así, o tal vez me corten la pancita, todavía no lo sabemos.

Dos tontos en problemas (Dylmas) / 2da Temporada de Dos tontos y un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora