Capítulo 51

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Un sollozo salió de la boca de Claudia.

Era la cosa más asquerosa que sus ojos pudieron presenciar, las manos de Thomas se encontraban detrás del cuello de Gzi, quien tomaba el rostro del rubio con desesperación y lo besaba como si su vida dependiera de ello.

En cuanto el blondo percibió un sollozo, se separó de golpe de la mujer, quiso pegarse un tiro en cuanto vio a su hija llorando en la entrada de la puerta, su mano izquierda se encontraba sobre la perilla y en la derecha traía una hoja de papel, la cual tiró al suelo con fuerza para después salir de corriendo de ahí.

—Mierda —susurró y corrió tras ella, sin importarle que dejó a la chica sola en la habitación—. ¡Claudia!

—¡Déjame! —le gritó ella mientras corría por los pasillos.

—¡Claudia no corras por favor, espera! —dijo en cuanto la detuvo, entonces la tomó de los brazos para que no huyera—. Escúchame, por favor.

—No... —ella esquivó la mirada, incluso llegó a cerrar los ojos porque no podía mirarlo—. No quiero verte, eres un traidor, ahora sí engañaste a mi papá, y yo que te había hecho un dibujo para disculparme contigo, jamás debí hacerlo.

—Clau, ella me besó...

—Mientes —sollozó al mismo tiempo que formaba un puchero debido al llanto.

—Te lo juro.

—Bueno, si ella te besó, ¿por qué no la detuviste?

Thomas:

Diablos, había dado en el blanco.

No pude decir nada, simplemente me limité a morderme el labio mientras miraba hacia varias direcciones, desesperado por buscar una respuesta, porque ni yo mismo la sabía, y era cierto, ¿por qué diablos no la detuve?

—Lo sabía —susurró con la voz quebrada—. Nunca pensé que le harías algo así a mi papá.

—Lo siento amor, no sé qué me pasó, no debí hacerlo, lo acepto, ni siquiera sé por qué lo hice —suspiré, en serio estaba demasiado confundido, Gzi me gustaba, no iba a mentir, pero aún amaba a Dyl—. Espero que esto quede entre tú y yo, por favor.

—¿Estás loco? Voy a contar a todo el mundo para que vean que eres malo —me miró muy enojada.

—No soy malo, Clau.

—Entonces eres un tonto —sollozó y se soltó de mi agarre para continuar corriendo.

Estuve a punto de seguirla, de no ser porque vi a Kaya aparecer de la nada y recibiendo en sus brazos a mi hija, quien se abrazó a su pecho y rompió en llanto. Mi amiga preocupada, me miró sin dejar de acariciar la cabeza de mi hija.

—¿Qué pasó? —preguntó en cuanto me le acerqué, sinceramente tenía terror de contárselo, pero, ¿qué remedio tenía? De todas formas, se iba a enterar y yo debía asumir las consecuencias.

—Pa...pi... en...ga...ñó a pa... pá —soltó Claudia entre sollozos.

—Otra vez con lo mismo, Reina Claudia.

—Pero es...ta vez... es...ver...dad —Kaya levantó una ceja y yo quise morir—. Él y... Gzi se... be... saron.

Automáticamente la mirada de mi amiga se posó sobre mí, se veía sorprendida, enojada y sobretodo decepcionada, y no la culpo, yo también me siento así por ser tan imbécil.

—¿Eso es cierto? —su mirada destallaba chispas—. Thomas contéstame, ¿besaste a Gzi?

—Ella me besó —susurré.

Dos tontos en problemas (Dylmas) / 2da Temporada de Dos tontos y un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora