Capítulo 34

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Claudia aún tenía algunas cajas por entregar antes de mudarse a Londres. Aprovecharía cada una de sus entregas para conseguir el dinero que le pagaría a Vivi. Miró el calendario contenta al ver que su cumpleaños estaba próximo, hoy era 20 de octubre y faltaban seis días para que pudiese cumplir siete añitos, deseaba con todo su corazón conseguir el dinero de Vivi para hablar con sus padres antes de su cumpleaños.

Y comenzó con sus entregas: un hombre viejo de ojos verdes se encontraba frente a ella buscando el respectivo dinero que debía pagarle, Claudia se balanceaba de adelante hacia atrás sobre sus talones con Corny en sus manos detrás de su espalda, mientras esperaba que le diera los miles de dólares que por lo general recibía por las cajitas. El hombre le extendió la bolsa repleta de dinero y la niña la tomó con una sonrisa, a continuación llevó a cabo su plan:

—Oiga señor, ¿si le dejo que me toque me daría más dinero?

El hombre abrió los ojos como platos y la miró asombrado, ¿cómo era posible que una niñita se vendiera con un desconocido?

—¿Qué acabas de decir?

—Quiero que me toque, por tres mil dólares —dijo mientras abría sus brazos en forma de T, como si estuviese exhibiéndose

El hombre sonrió perversamente y de inmediato urgó en sus bolsillos para buscar aquella cantidad de dinero, que de por sí era grande, pero para él era como gastar un dólar, puesto que tres mil dólares no era nada comparado con los millones que poseía, y para decir verdad, el premio no estaba nada mal.

—Bien, aquí está tu dinero —dijo colocándolo sobre la mesa, y la niña rápidamente lo tomó, sin embargo, el hombre la detuvo poniendo su mano sobre la de ella—. Aguarda, ¿cómo sé que no me engañarás?

—Señor, por favor, vengo de una familia de valores, mi vida es Jesucristo

El mayor lanzó una sonora carcajada.

—Si tu vida es Jesucristo, ¿por qué estás vendiéndote?

—Es lo más que puedo hacer por mi abuelita, tiene cáncer y mi madre necesita el dinero para sus remedios

—¿Por eso venden droga? —Claudia levantó una ceja al no entender—. Olvídalo, a lo que vinimos, hoy serás solo mía bonita —la pequeña se sobresaltó al sentir las frías manos del hombre sobre sus hombros para atraerla hacia él—. Prometo ser muy cuidadoso contigo —le susurró después de haberle escondido un mechón de cabello detrás de su oreja, no obstante, Claudia se separó del él de inmediato

—Eh, eh, no hay trato si usted no pone los billetes aquí —soltó la niña mientras le enseñaba la bolsa abierta, indicándole así que introdujera el dinero

—Solo para que veas que soy de palabra —y con una sonrisa, el ojiverde depositó el dinero y automáticamente tomó a Claudia bruscamente para nuevamente atraerla hacia él y acariciar con lentitud sus finos y fríos brazos—. Hoy nos divertiremos mucho lindura

—Solo si intentas atraparme —dicho esto, con todas las fuerzas que poseía, pateó el miembro del hombre, quien soltó un alarido y cayó al suelo mientras tomaba su parte afectada, acto seguido, la pequeña corrió lo más rápido que pudo hacia la salida

—¡NIÑA ESTAFADORA, REGRESA CON MI DINERO!

—¡No lo haré cerdo, adiós! —le gritó sin siquiera girar su cabeza para mirarlo y salió de ahí para subir al auto de Roger—. ¡Vámonos Rog! ¡Me viene persiguiendo!

—Aggg otro imbécil —se quejó el rubio y arrancó el auto de inmediato—. ¿Te hizo daño? —le preguntó mirándola por el retrovisor

—No Rog, por poco, le pateé en los huevitos —el mayor hizo una mueca de dolor, como si estuviese compadeciéndose del hombre que todavía permanecía tirado en el piso del bar, no obstante, más tarde soltó una carcajada

Dos tontos en problemas (Dylmas) / 2da Temporada de Dos tontos y un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora