Capítulo 11

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La pregunta dejó helado a Thomas, quien soltó su mano de repente y abrió ligeramente su boca sin saber qué decir. No creyó que Dylan le preguntara eso, ni menos en un momento así. Juntó sus labios mientras pensaba en qué responder, pero al no encontrar las palabras correctas, desvió la mirada hacia otra dirección, no podía ver al castaño a los ojos, sentía vergüenza absoluta.

—Thomas...

—No puedo Dyl —las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos

—Dime, creo que merezco saberlo —dijo tirando de su brazo para encararlo de nuevo

Thomas frunció el rostro cuando los sollozos se apoderaron de él y provocaron que rompiera en llanto sobre el pecho de Dylan, quien se limitó a abrazarlo con delicadeza para poder tranquilizarlo.

—Cuéntamelo, por favor, necesito saberlo antes de que te alejes completamente de mí y seas dueño de alguien más

Thomas intentó regular su respiración sobre su pecho para poder calmarse y decírselo de una buena vez a pesar de que no estaba preparado, no sabía si mentir o decir la verdad, no creía que este día llegaría muy rápido, además, nunca había preparado las palabras correctas por si alguna vez esta ocasión se daba. Pronto se separó de él, mirándolo con sus ojos cristalizados, tomó aire y empezó:

—Veamos, no sé por dónde empezar... ¿recuerdas cuando un día fui a comprar algo para la cena y luego llegué tarde porque estaba con una amiga e incluso la visitadora social estaba en nuestra casa? —el menor asintió—. Aquella noche, no me encontré con una amiga, sino con mi madre. Traté de huir, pero fue demasiado tarde, comenzó a hablarme de ti: diciéndome que eras un mal hombre y bla bla bla. No le prestaba atención, lo único que quería era regresar a casa, pero luego vino lo peor —suspiró—: Me dijo que si no me alejaba de ustedes te mataría —Dylan levantó las cejas sorprendido—. Y luego enviaría a Clau de vuelta al orfanato. No quería ponerles en riesgo, ustedes fueron, son y seguirán siendo el mayor tesoro que tengo. Así que... acepté, por eso me porté mal contigo y dije cosas horribles de nuestra hija, para que me odiaras y decidieras quedarte con ella sobre mí por más cariño que me tuvieras. Y cuando nos despidieron, supe que era el momento adecuado para irme, me dolía muchísimo, pero... si fuera por mí, me flagelaría con tal de que ustedes estuvieran bien —el rubio permaneció unos cuantos segundos en silencio, luego prosiguió—. Luego ambos discutimos y te hice escoger entre Clau y yo, sabía perfectamente que la escogerías a ella por cómo me había comportado, así que fui con mi madre, quien me dijo que me llevaría a Londres lejos de ambos y... no me quedó más remedio que aceptar...

—¿Escogiste a tu madre sobre nosotros?

—¡No tenía otra opción! ¡No iba a dejar que murieras! ¡Mi madre está loca, es capaz de hacerte daño y lo sabes!

—¡Habían más opciones! ¡Hubieras venido hacia mí y me hubieses propuesto que huyamos los tres! ¡Nada de esto se hace solo! ¡Estábamos juntos en eso y podíamos salir adelante! —comenzó a llorar mientras hablaba

—¡Intenté ir por ti! ¡Había conseguido dinero que le había robado a mi madre para irnos! ¡¿Y qué encontré?! ¡A mi novio besándose con Fer!

El castaño permaneció en silencio, observando aquellos ojos que nuevamente se habían llenado de lágrimas.

—Ella me besó —susurró

—¡Estaba sobre ti, Dylan! ¡Si llegaba más tarde los atrapaba cogiendo!

—¡Eso no es verdad!

—¡No soy un imbécil! ¡¿Crees que no me dolió?! ¡No siquiera sé por qué lo hiciste si en ese entonces eras homosexual!

—¡Hablaste mal de Claudia! ¡Quería vengarme!

Dos tontos en problemas (Dylmas) / 2da Temporada de Dos tontos y un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora