17º

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Ya es el final de mis horas dentro de estas cuatro paredes que conforman el edificio de enseñanza al que pertenezco, y gracias a Dios que es así, porque mi humor está tan negro como un pedazo de carbón en este momento. 

Desde que atravesé el umbral azul de la puerta de Jason para salir de mi cuarto con su "promesa" dando vueltas en mi cabeza esta mañana, la curiosidad y las hipótesis sobre lo que podría llegar a ver cuando él se decida a enseñarme su otra mitad, no han dejado de surcar mi mente una y otra vez, interrumpiendo cada intento de concentración, estorbando en mi mente como las mosquitas de la fruta. Sí, así de molesto ha sido. 

No he podido prestar atención debidamente en ninguna de mis cursadas de hoy y la verdad, este día ha sido un completo desperdicio de mi tiempo. Incontables veces me he encontrado a mí misma, lápiz en mano, trazando algunas líneas de lo que venía a mi mente, en un intento inconsciente de dar forma al remolino de imágenes que creaba mi cerebro sobre lo que podría llegar a ver en cualquier momento que el pelirrojo decidiera mostrarme su otra mitad.

¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué no podía mostrarme y ya? ¿Tan difícil era? ¿Qué reacción podría causarme además de curiosidad? No le temía, no me preocupaba, no nada, ¿realmente creía que me daría miedo? La sola idea de que su otra mitad me causara pánico me resultaba irrisoria; no dejaría de ser Jason, quizás algo cambiado, mas seguiría siendo él y no quería hacerme ningún daño, me lo había repetido hasta el cansancio. 

Esto es ridículo, esta espera es ridícula...

Yo sé que estoy lista para lo que sea que vaya a ver, no tiene por qué preocuparse tanto, por el amor de Dios. 

Encima de todo, Ericka no había venido, el período le había alcanzado y estaba en cama con cólicos, por lo que no había tenido ningún tipo de distracción en absoluto, lo que solo provocaba que todo fuera aún peor, que me irritara con mayor facilidad. ¿Por qué tenía que pasarme esto a mí? 

Lo único que rescato positivo de hoy, es que mis padres nunca se enteraron de que anoche me fui, o sea que no notaron mi ausencia y que tampoco me los crucé hoy en la mañana, lo que fue un completo alivio, solo un encontronazo con ellos era lo que faltaba para terminar de poner mi día con un enorme sello negativo de ARRUINADO. Supongo que algo es algo, hay que ver el vaso medio lleno.

En fin, es hora de ir a la cafetería por algo para mi almuerzo y dirigirme a mi trabajo, eso es algo positivo que mejora, mínimamente, mi humor obscuro como la obsidiana. 

En silencio y con los auriculares puestos para ignorar el bullicio a mi al rededor y a todo el mundo que me acompaña en mi travesía hacia mi destino de compra de comida, atravieso con calma los pasillos que pueblan el edificio. El mundo ahora mismo, se reduce a Aerosmith y la voz de Steven Tyler sonando en mis oídos cantando Love in an Elevator, musicalizando mi camino y distrayéndome de cualquier otro pensamiento, hasta que alguien me agarra por el brazo desde atrás y tira de mí, metiéndome en una de las aulas vacías y cerrando la puerta impidiéndome temporalmente el salir. 

Momentáneamente, el shock por semejante arrebato me deja muda, aunque me recupero rápido y miro con el ceño profundamente fruncido a mi "secuestrador", solo para encontrarme con el idiota de Joshan bloqueando mi salida y observándome con una mirada que no alcanzo a descifrar, pero de la que estoy segura de que no puedo fiarme y no me gusta para nada. ¿Qué le pasa? ¿Quién se cree para hacerme esto? 

-Déjame salir de acá, idiota. ¿Quién carajo te crees para hacerme entrar aquí contra mi voluntad agarrándome desprevenida? ¿Cuál es tu puto problema?

-Wow, qué vocabulario, ¿con esa boquita dices mamá?

-Déjate de estúpidos clichés; sí, con esta boca digo mamá, papá, casa y también reverendo estúpido hijo de puta. Ahora termina de una vez con las imbecilidades y dime qué mierda es lo que quieres. Hazlo antes de que mi paciencia se agote y la cosa se ponga fea. 

El JugueteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora