25º

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Pov Queen:



Fin de semana, un tiempo de recreación para todo el mundo, donde los adolescentes se la pasan divirtiéndose a su estilo y donde, en su mayoría, se sale de fiesta y a consumir alcohol. No es algo que me llame la atención precisamente, no es muy mi estilo, pero cuando tu amiga te arrastra, no es como que no hay muchas opciones. Digamos que nunca me ha llamado la atención, sin amigos que te insistan en ir, si algo no te llama no lo haces. Así de simple.

Por lo general, no aceptaría en ir a una fiesta, el encierro, el calor humano, el olor a alcohol, sudor y sexo, incluso quizás hasta drogas, la música ensordecedora a todo volumen, cuerpos sudados restregándose unos contra otros y la falta completa de decencia de tocar y que te toquen con total impunidad en la pista de baile como si fuera lo más normal del mundo, nop, definitivamente no es mi zona de confort. ¿Qué cómo es que puedo juzgar que será así si nunca he ido a una? Bueno, la verdad es que sí fui, solo una vez, mas sí que fui. A mis dieciocho, una amiga de aquel entonces me lo pidió como favor por su regalo de cumpleaños; el chico que le gustaba estaba organizando una fiesta y ella quería estar ahí, solo que no sola, por lo que usó el chantaje de que era su cumpleaños el día que me lo pidió y que solo quería que la acompañara como regalo, para que yo claudicara y le hiciera de segundona. 

Sí, he de admitir que no la pasé nada bien, en absoluto. Lana era una chica muy inocente para su edad, hermosa, eso sí, sin embargo, muy inocente y esa noche, se había propuesto conquistar a su amor platónico, por lo que se había vestido sexy para impresionarlo y que se fijara en ella. Consiguió su objetivo y más, pues hasta tuvieron sexo, hasta ahí todo estuvo bien, el problema llegó después. 

Tiempo luego de que ella desapareciera escaleras arriba con el idiota y que me dejara sola en medio de una situación en la que no tenía ningún tipo de deseo de soportar, ella bajó esas mismas escaleras, solo que esta vez estaba llorando. Como me temía que pasaría y hasta se lo advertí (cosa que ella ignoró porque estaba muy convencida de que lograría que él quisiera estar con ella), él a penas terminaron, se levantó y empezó a vestirse, listo para irse y dejarla para buscar a su próxima "victima". Él solo había querido sexo rápido y sin compromiso de ningún tipo, hasta le dijo que había sido bueno, aunque se notaba a la legua que le faltaba experiencia, y que quizás repetiría más adelante, aunque no debía tener esperanzas porque no era algo común en él, y se había ido del cuarto, dejándola sola, desnuda y con el corazón roto en el cuarto donde ella creyó que las cosas estaban saliendo como quería. 

Posterior a eso, por sus sentimientos y su corazón por los suelos, ella se bebió todo lo que cruzó por su camino y llegó hasta sus manos, quizás habría bebido hasta el agua de los floreros si no la hubiera detenido a tiempo. Terminó sin poder siquiera hilar una frase completa coherente y tuve que llevarla a rastras a su casa y hacerla vomitar para que no terminara con un coma etílico. Fue asqueroso y me prometí que nunca más haría algo así ni iría a otra fiesta.

Así que seguro que se están preguntando ¿cómo es que ahora estoy preparándome para ir a una? Bueno, la cosa es que Ericka me presionó hasta el cansancio para que la acompañara. Según ella, la fiesta es de un conocido de ella y, a diferencia de mi anterior experiencia (la cual le conté para que dejara de insistirme, cosa que obviamente no funcionó), ella no era de beber mucho y no solían salirse mucho de control. Sus palabras fueron, y cito, "esto es un pueblo, no una ciudad grande, aquí no podemos hacer semejante desmadre porque todos nos conocemos entre todos y, casi seguro, terminaríamos todos castigados por nuestros propios padres cuando, los vecinos que nos escucharan, se quejaran con ellos porque hicimos demasiado barullo para las altas horas de la noche y demás. No importa cuántos años tengas, la chancla de mamá siempre asusta y aquí es más común que ver campo a tu alrededor". 

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