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Pov Omnisciente:



En la penumbra del cuarto, tres cuerpos están acomodados sobre las mesas, mostrando aparatosas heridas en su mayoría y todas siendo limpiadas, de dos de ellos, por los distintos juguetes que poseen las extremidades necesarias para hacerse cargo de la curación en tanto su maestro trata al tercero. Lo hace con mimo, con extrema delicadeza, dando cuidadosas puntadas en los cortes más graves al tiempo en que deja caer líquido escarlata sobre ellas para cerrarlas por completo.

Le molestaba tanto el estado en el que había quedado, se suponía que las cosas serían muy deferentes, pero no había sido así en absoluto y el que el demonio hubiera puesto una especie de guardián a su muñeca viviente para controlarla, solo había complicado las cosas al punto de ser completamente necesario el intervenir para completar su objetivo. 

Si bien los payasos había hecho su mejor esfuerzo, pelear contra el trajeado era una tarea bastante complicada, pues con su cuerpo alargado y fuerte, sumado a los tentáculos que brotaban de su espalda, nunca tenías todos los flancos cubiertos; cuando creías que estabas consiguiendo tu victoria, estaba la posibilidad de que te atacara por la espalda y la situación se diera vuelta, cosa que había pasado en esa ocasión. Sí, la verdad era que habían tenido una ligera ventaja al Slenderman estar cargando a su peliblanca, uno o dos de sus tentáculos siempre estaban ocupados, pasando de uno a otro a la arlequín para mantenerla lejos del alcance de los payasos, mas aún así, sus demás extremidades estaban fijas en ellos y les había resultado muy complicado. 

Tuvo que intervenir, a pesar de que se suponía que él estaría listo en el taller para poder iniciar con el procedimiento en su muñeca viviente en cuanto sus amigos la trajeran, se había hecho obvio que necesitarían ayuda. Ni siquiera L.Jack con su poder, había podido contra el sin rostro, así que había tenido que poner manos a la obra. 

Dejando su verdadera naturaleza salir fuera, sus juguetes mutaron, tomando formas casi grotescas en gran parte y mostrando todo tipo de alteraciones, como bocas con colmillos en lugares inesperados, garras enormes, ojos brillantes, gran fuerza y velocidad, tentáculos, extremidades expansibles y otras tantas armas que el juguetero les había incluido. En masa, atacaron al trajeado y casi le cortaron los tentáculos que sostenían a la arlequín, hasta que la serpiente gigante pudo hacerse con ella, envolver su cuerpo al rededor del suyo y llevársela dentro del taller.

En cuanto estuvo a salvo, ayudó al par de payasos a que entraran ellos también y devolvió sus juguetes el interior luego de hacer explotar varios ratones a cuerda que hicieron desequilibrar y aturdir al carablanca. 

Cuando ya no faltaba nadie, cerró la puerta y la hizo desaparecer, quedando por fin en su propio mundo y alejado de cualquiera que intentara ingresar a él, debido a las muchas preparaciones de símbolos y talismanes que habían puesto en el lugar para dejar a todo ser indeseado, fuera de esos muros dimensionales. Ni siquiera ese maldito demonio podría aparecerse, todo el esfuerzo hecho se lo impediría, estaban por fin seguros, y ahora por eso, podía trabajar en su muñeca con tranquilidad.

O bueno, toda la tranquilidad posible, considerando que ella estaba técnicamente muerta y debía traerla de nuevo a la vida. Pobre criatura inocente, su único "delito", si así se le podía llamar, había sido amarlo a él. Era verdad que tenía la vena sádica y se había encargado de construir una muñeca, que lo había hecho a base de una chica que era mucho peor en personalidad que ella, por lo que realmente había hecho un bien al pueblo, sin embargo, no era una mala persona, jamás le había hecho daño a un inocente, y no se merecía terminar así; la traería de nuevo y le daría una nueva vida, una nueva oportunidad. 

La deuda con Zalgo estaba saldada, él ya se había cobrado con creses lo sucedido hace tanto tiempo, incluso estaba dispuesto a dale la muñeca que había provocado todo el problema, si con eso el demonio cerraba finalmente el siclo y los dejaba en paz. 

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