"Secuestro"

5.8K 552 27
                                    

Steve Rogers podía decir que tenía una buena vida.

En los estudios no le iba nada mal, tenía buenos amigos, una novia linda y además, llevaba una buena relación con Tony Stark, quien era primo de su pareja.

—No entiendo como mi tía no le pone un alto. —Steve de nuevo suspiro al escuchar los reclamos de Sharon.

Sabía que ella mantenía una relación bastante tajante con el castaño.

Todo se debía a las preferencias sexuales de éste.

Era gay.

—Sharon, por favor, cada acción que hace Tony parece ser lo peor para ti. —Le dijo mientras miraba distraído los estantes. Había bastantes libros de física.

—¿Por qué lo defiendes? Parece que la mala soy yo. —Reclamo la rubia—. Él es el inmoral.

—El que tenga preferencia por los hombres, no lo hace inmoral. —Y como si hubiera dicho algo terrible, la mujer tomo sus cosas y se fue de la biblioteca dejándolo solo.

La quería, de verdad que sí, pero a veces se preguntaba por qué eran novios.

—El de la izquierda te servirá para estudiar. —Steve sonrió al escuchar la seductora voz del castaño.

—Gracias. —Anthony le sonrió. Los dos permanecieron en silencio por unos segundos— ¿La escuchaste?

—Cada palabra. —Aclaró el más joven mientras veía los movimientos del rubio—. Es bueno saber que para ti no soy una abominación.

—Claro que no, Tony, eres mi mejor amigo. —Rogers le sonrió con cariño.

Stark le regreso el gesto, sin embargo, bajo la mirada y maldijo la hora en que se enamoró del novio de su prima.

—Oye… ¿Tienes el día libre? —Una sonrisa traviesa se dibujó en el rostro del moreno.

—Puede que si… —Le siguió el juego Steve.

Debía admitir que Tony y él tenían cierta química, era imposible que se la pasara mal con el castaño. Además, tenía unos hermosos ojos que no podía rechazar.

—¿Y si te ofrezco una tarde llena de películas? —Tony le sonrió coqueto.

Steve sintió sus orejas calientes.

—Bueno, es, digo… —Anthony no quitaba sus ojos de él—, me encantaría.

Ambos quedaron de acuerdo para verse esa tarde.

Lo que nunca imagino Steve, es que se quedaría toda la noche. De una película pasaron a 2, y luego a 3, hasta llegar a 10.

Fue la mejor noche de su vida.

Le encantaba la sonrisa de Tony, su manera de emocionarse y la manera en que cantaba; tenía una voz preciosa.

—¿Dónde estuviste? —Sharon lo miraba con reproche.

El rubio se rasco la nuca.

—Estuve con un amigo. —Se excusó. La rubia sin decir más, le dejo un regalo en la mesa y le dijo que terminaban.

Él no entendía nada hasta que vio la nota. Ayer había sido su aniversario y la había dejado plantada.

Quiso golpearse ante lo poco caballeroso que fue, su intención no había sido esa, pero lo había olvidado por completo.

Luego de tratar de disculparse y ser rechazado una y otra vez, la culpabilidad no se iba.

—Steve, cariño… —Su madre toco la puerta—. Te buscan.

El rubio se levantó a medio vestir y fue a atender.

No tenía ganas de nada.

Cuando llego a la sala, vio como el castaño miraba los retratos en la pared.

Era gracioso verlo en puntillas para alcanzar a ver los de arriba.

—Puedo cargarte. —Comento entre risas.

Tony lo miro de mala manera, hasta que lo vio sin la camisa. El moreno trago saliva para después voltear hacía la pared.

—Vine… Por qué me entere que Sharon y tú terminaron. —Steve, dándose cuenta del efecto que provocaba en el genio, camino hacia él y se paró detrás, aun sin ponerse nada arriba—. Lo siento, fue por mi culpa.

—No te oyes del todo arrepentido.

Tony volteo a verlo. Ninguno dijo nada y no fue necesario en cuanto Stark lo beso.

Después de lo que fue una larga sesión de besos, de explicaciones y confesiones. Tony le dijo que lo conquistaría.

Steve confundido, sólo se dejó llevar, para que a los pocos meses aceptara que sentía algo por él y comenzaran una relación como Dios manda.

No podía estar más feliz ahora. Con Tony sentía que todo era correcto.

—Apuesto que ahora está muriendo de celos. —Dijo en un susurro el genio mientras sonreía travieso.

—Tony…

Un beso lo calló. La familia Stark lo había aceptado de buena manera, al igual que su madre acepto a Tony.

Lo irónico de todo esto, es que Sharon se encontraba en esa reunión familiar que invoco su pareja. Quería presentarlo como lo que era, su novio, y que mejor que hacerlo con sus seres queridos.

Sobre todo con su tía Peggy y su amada prima Sharon.

Una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora