Soy Gay (Parte final)

4.3K 538 21
                                    

—Él es James Barnes.

El rubio se mantenía sonriente, mientras el hombre a su lado se mantenía estoico.

Tony no dejan de ver al rubio.

—Ajá... ¿Y él es...? —No se molesto en fingir su molestia.

—Tony... —Steve frunció el ceño ante el tono desinteresado del castaño—. Es mi mejor amigo.

—Creí que yo era tu mejor amigo.

Rogers iba a aclarar el punto, pero Barnes decidió intervenir.

—Un gusto. —El sujeto extendió la mano hacia Stark.

Éste, lo dejó con el saludo en el aire, al mismo tiempo en que se retiraba del lugar.

—Lo siento Bucky, él no...

Fue lo único que escuchó, conforme iba saliendo.

Hace días que no había visto a Rogers.

No había podido dormir pensando que tal vez dijo algo malo o actuó de mala manera.

Estar enamorado era un mierda.

Cuando decidió visitarlo, lo encontró con ese sujeto de rostro aburrido.

Los celos irracionales surgieron de la nada y sintió como en su estómago se formaba una bola de ira.

Lo único que pasó por su cabeza fue "Me esta cambiando por él".

—Hasta luego, señor Stark. —Ni siquiera volteo a ver a la recepcionista que siempre le había coqueteado.

Su caminar era rápido y pesado, expresando sus ganas de escapar para poder gritar maldición y media.

—Estúpido, Rogers. —Murmuro como rabia.

No sintió jamás la presencia detrás suyo e ignoró el como Steve gritaba su nombre; fue consiente de ello cuando una fuerte mano se aferró a su brazo.

—¡Tony! —Los ojos azules del rubio se mantenían serios— ¿Qué es lo que te pasa?

—¡¿Qué es lo que me pasa?! Que bueno que lo preguntas Rogers. —Con violencia se zafo del agarre— ¡Me dijiste que esto no pasaría! ¡Que no me cambiarías por nadie!

—¡No te estoy cambiando por nadie!

—¡Lo estas haciendo! —El castaño aspiro con fuerza mientras desviaba la mirada—. Estaba preocupado. —Admitió—. Desde que me dijiste que eras gay, ni siquiera me has dirigido la mirada.

Steve lo miro con sorpresa.

—Tony, no es...

—Y cuando voy a buscarte... ¡Yo! ¡Jamás buscó a nadie y lo sabes! —No evitó reclamar—. Te encuentro con ese... Idiota, todo sonriente y feliz.

Rogers no dijo nada, sólo abrió la boca y la volvió a cerrar.

Tony respiraba alterado.

Steve empezó a reír.

—¡¿Qué es tan gracioso?!

—Tony... ¿Estás celoso?

El castaño iba a negarlo e iba a gritarle las grosería que se supiera en ruso, chino, italiano y japonés, pero no lo hizo.

—Si, si estoy celoso. —La sonrisa del más alto se agrandó—. Yo te conozco de toda la vida, te ví crecer, estuve contigo, recibí golpizas por ti, te ayude en los benditos exámenes de la primaria hasta la Universidad, sé a que eres alérgico, que es lo que te molesta, sé que maldices cuando algo no te sale bien y que después tú mismo te reprendes, sé que cuando alguien dice Fondue, tú lo relacionas con un acto sexual, aunque sólo sea pan con queso...

—Tony...

—También sé que todas las noches te bañas con agua caliente, por qué odias el frío debido a que antes eras muy enfermizo...

—Tony...

—Y qué te gusta comer en la casa más que en la calle...

—Te amo.

—Y... —El genio paró de hablar.

Su castaña mirada paró en Steve, quien no dejaba de sonreír.

—¿Qué?

—Si no te he visto en estos días y estado con Bucky, es por qué planeaba darte una gran velada en donde yo me confesaría.

Tony no podía cerrar la boca.

—... Mierda. —El castaño se sentía como un estúpido.

—Lenguaje.

Ambos rieron.

—Steve. —Llamó el millonario.

—¿Si?

—Bésame.

Rogers no argumentó o se opuso; simplemente lo beso.

Tomó la nuca del Stark e invadió su boca.

Lento, deseoso y hambriento.

Los dos eran unos idiotas.

Una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora