Amor a fuego lento

4.9K 544 45
                                    

Steve Rogers sabía que no era realmente lo que Tony quería.

Pero él se esforzaba, de verdad lo hacía, porque a diferencia del genio, Steve si lo quería.

De manera sincera, intensa y desinteresada.

Él no era el mejor prospecto de novio. Su físico no era agraciado y su economía estaba prácticamente por los suelos.

Sin embargo,por algún motivo, Tony lo había escogido.

Y él estaba feliz, se conformaba con recibir sus besos carentes de cariño.

—Vamos, Punk, esos son tus ahorros. —Bucky miro como su hermano se preparan para salir con Tony.

Decir que odiaba al castaño era poco, James lo detestaba como a nadie.

—Él se merece una buena salida. —Argumentó con una sonrisa enamorada.

Barnes murmuro maldición y media.

Steve era algo que Anthony no merecía.

—Ten, te servirá de algo. —El castaño le ofreció más dinero.

—Bucky, no...

—Anda, sino lo aceptas, te golpeare.

Avergonzado, Rogers aceptó el dinero que le daba su mejor amigo.

Con emoción, se fue al lugar donde era la cita.

Tony llegó 5 minutos después. Hermoso como sólo él podía.

Steve nunca se imagino que en esa salida, su castaño se mostraría más tierno con su persona.

No dejaba de besarlo y no soltaba su mano, incluso, el castaño se ofreció a pagar varias cosas.

Él se negó, por supuesto, pero Tony lograba convencerlo con un buen beso.

El tiempo siguió pasando y Rogers se daba cuenta del cambio en su relación.

Los besos ya no eran vacíos, las caricias ya no eran frías y cuando Stark le sonreía, lo hacía con sinceridad.

Por su parte, Tony, había tenido una dura plática con Natasha.

Ella le había comentado la situación en la que estaba el rubio, lo mal que la pasaba y que irónicamente, Steve consideraba que él, era lo mejor que tenía.

También lo amenazo y le dijo que si no buscaba nada serio, que terminara con él.

El castaño no lo pensó.

No quería terminar con Rogers.

Su físico era lo de menos, lo que le importaba era el como lo trataba, como le  hablaba y como le sonreía.

Su economía no era problema, él terminaría la carrera de Ingeniería y de Administración para hacerse cargo de las Industrias de su padre.

Así que, dándose cuenta de lo que realmente sentía, se propuso cambiar y mostrarle lo que de verdad le provocaba.

No se cansaba de besarlo, de decirle que lo amaba o de acostarse a su lado y escuchar sus latidos.

—¿Te casarías conmigo?

Tony sonrió con alegría y asintió.

Era lo que más quería.

Con el tiempo, Steve le había dicho que entraría al ejército. Tony por supuesto, no lo tomó bien.

No quería separarse de él.

Los dos hablaron, acordaron y finalmente Rogers se fue.

Stark en todo ese tiempo se dio cuenta de lo mucho que necesitaba de Steve.

Cuando regreso, no le interesó lo cambiado que estaba; sólo quería a su romántico y anticuado Rogers con él.

Las cosas no habían iniciado bien, pero si el castaño tenía la oportunidad de cambiar eso, lo haría.

—Tony...

—Vamos, Stiff, dejarme consentirte. —El genio se sentó en las piernas de su esposo—. Puedo reservar el mejor restaurante, comprar los mejores boletos de avión... Si tú lo pides puedo comprarte un gimnasio entero.

El rubio soltó una pequeña risa.

—Mmmm, tentador... —Los ojos azules de su pareja lo desarmaron—, pero, ya se lo que quiero.

—Dímelo, será tuyo.

—Ámame.

Tony lo miro con sorpresa.

Las palabras de su esposo eran sinceras.

Sonrió.

—Ya te amo, Rogers.

—Hazlo para siempre. —Continuó.

—Lo haré incluso después de mi muerte.

—Sólo a mi.

—Sólo tú tendrás mi amor. —Los dos juntaron sus frentes— ¿Contento?

—Y sólo yo te haré el amor.

—Eso tenlo por seguro.

Anthony no podía pedir mejor vida.

Una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora