Vibrador

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Toni podía sentirse avergonzada, pero no era el caso.

Nadie lo sabía, no había razón para dar explicaciones o exponer el por qué lo hizo.

—Experimentar. —La voz de Bruce la saco de sus pensamientos.

—¿Eh? —Todos en la sala la veían atentamente.

Se removió incómoda en su asiento y aparento no sentirse algo... Avergonzada.

—Deberiamos experimentar con la nanotecnología. —Banner la miraba pidiendo su opinión—. Con el uso correcto y en las manos correctas, los beneficios serían muchos.

Todos asintieron, incluso Steve lo hizo.

Toni sonrió y asintió por inercia.

—Me parece bien, Brucie. —La castaña sonrió y volvió a removerse en el asiento.

—¿Te pasa algo? —Natasha, esa maldita espía tenía una sonrisa sabionda. Sin embargo, no le daría el gusto.

—Nada. —La genio se levantó de su lugar y camino a la salida—. Si eso es todo, me retiro.

Cuando estuvo fuera, se permitió recargarse en la pared.

Era algo incómodo, siendo la primera vez tenía que acostumbrarse. Además, le excitaba la idea... Si se sentía así con sólo tenerlo ¿Cómo se sentirá encendido?

Negó. No era el lugar ni el momento.

Trató de hacer sus cosas con normalidad, al principio, sintió que todo mundo la miraba, después olvidó el asunto.

Olvidó el vibrador.

—"Sea bienvenida, Señorita Stark".

—Gracias Jarvis.

La sala y el comedor estaban solos. Miró por todos lados; ninguno de sus compañeros se encontraba ahí.

—¿Y los demás?

—"La señorita Romanoff salió con el doctor Banner, el señor Barton dijo que regresaría más tarde y del Dios del trueno desconozco su ubicación".

—¿Dios del trueno?

—"Me pidió de la manera más amable que lo llamara así".

Toni comenzó a reír. Thor era gracioso, inocente o demasiado tonto.

—¿Y el Capitán?

—"Él se encuentra..."

—Toni ¿Qué es esto? —El rubio bajaba por las escaleras con una camisa simple y unos pantalones sueltos. En las manos tenía un pequeño control.

—¿De-De dónde lo sacaste? —La castaña miró asustada al soldado.

—Dejaste tu recámara abierta y estaba tirado. —Steve lo miro con curiosidad— ¿Es un nuevo invento?

La genio no sabía si reír o llorar ¿Quién en esos tiempos no conocía un vibrador?

—Ahhh... Si, es un nuevo invento. —La mujer se dirigía hacía el hombre de ojos claros.

Rogers precioso el botón.

Toni cayó al suelo y comenzó a lanzar jadeos insistentemente.

Dios, sentía que iba a derretirse.

—¡Toni! —El soldado corrió hacia la mujer y la tomó en brazos mientras está seguía respirando apresurado.

El rubio no sabía que hacer, miró el control que tiro en algún momento y después a la castaña.

Acaso...

—¿E-eres un robot?

Si Toni no estuviera retorciéndose del placer, seguramente hubiera soltado una gran y limpia carcajada hasta hincarse y seguir riendo como loca.

—St-steve... ¡Ah! —Cerró las piernas con fuerza—. El cont... ¡Agh!

Rogers, tomó el control y presiono el botón.

La mujer en sus brazos paro de jadear y lo miro con las mejillas sonrojadas.

—Idiota... —No tenía aire para gritar— ¿Acaso no tienes nada de malicia?

—¿Ah?

Steve se sentio mal por un momento... Ni siquiera sabía por qué se encontraba ¿Excitado?

Si tenía algo de malicia, poca, pero ahí estaba.

—Yo...

—Es un vibrador. —Aclaró molesta la chica— ¿Sabes que es un vibrador?

—Un... —Entonces la mirada de Rogers paso por varias facetas; curiosidad, luego asombro, después vergüenza y por último enojo— ¡Toni!

La mujer en sus brazos sonrió divertida.

—Lamento matar tus neuronas.

—¿Quién demonios te lo puso? —Reclamó el Capitán bastante molesto— ¿Con quién estás utilizando estás cosas?

Stark no entendía como pasaron de risas a reclamos.

—¿Eso que oí es una mala palabra? —Preguntó desconcertada.

—¡Maldición Toni! —Steve la tomó de los hombros y la miró dolido— ¡¿Quién te lo puso?!

—¡Yo me lo puse! ¡¿No puedo?!

Los dos se quedaron en silencio.

Steve no dejaba de ver a la castaña. Entonces ella no...

—¿Tú no...?

—Claro que no. —Toni se apartó de sus brazos y se sentó en el suelo—. Tenía curiosidad... Y decidí probarlo.

Rogers tragó con fuerza. Su erección pálpito en sus pantalones.

Él no tendría que sentirse así, Toni era una dama y él...

—¿Estás excitado? —La castaño sonrió pícaramente.

El bulto en los pantalones de Steve era muy notable. Stark se acercó sigilosa y puso su mano encima de la del rubio.

—Toni...

—Sabes, se me ocurrió algo mejor... —La castaña se mordió el labio y dirigió sus ojos a la boca del soldado— ¿Y si lo pruebas conmigo?

Steve sentía los sesos de su cabeza derretirse.

El control en sus manos lo tento, sus dedos cosquillearon y su moral se vino abajo.

Beso a la genio, la alzó del piso y ambos subieron a la recámara.

Un jadeo y una maldición fue lo que inicio toda una sinfonía.

Una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora