Enfermero

3.7K 449 33
                                    

Se sentía pero tan, tan, tan mareado.

Juraría que aquella enfermera tenía una gemela.

-Señor Stark. -La mujer que lo atendía quería morir de risa. El hombre frente a ella veía todo como si fuera un niño buscando algo místico-. Le recomiendo que no se mueva demasiado.

Tony, no supo si asintió, negó y se quedó quieto.

Se sentía feliz... Inesperadamente feliz.

Pronto, la chica que lo atendía se fue, Anthony negó, ni siquiera sabía el por qué lo hacía.

Pasaron los minutos... ¿O tal vez horas? ¿Y si fueron días? No, no, no, fueron segundos.

-Señor Stark, necesito que se mantenga quieto. -Una voz masculina lo atrapó inmediatamente.

Era el hombre más hermoso que había visto, no, era el más hermoso del mundo, de eso no tenía duda.

-¿Quiere que lo ayude en algo? ¿Se siente cómodo? -El rubio enfermero, se sentó a su lado y se dedicó a vigilarlo.

A fuera, una histérica Pepper daba datos, detalles, y por dentro, quería matar a su jefe. Un choque había dejado al castaño fuera de combate y ella tenía que hacerse responsable de lo demás.

Volviendo a la habitación, Tony miraba hipnotizado el perfil griego de ese hombre.

-Hey... Tú... -El enfermero dirigió su mirada al genio- ¿Cómo te llamas?

-Steve Rogers, señor.

-Steve. -El millonario trató de tomar su cara, pero ¿Cuál de las dos?-, te amo.

Rogers, colorado, lo miro con sorpresa.

-¿E-eh?

-Teee aaamooo. -El castaño paraba sus labios de manera cómica-. Nos vamos a casar, Steve.

El rubio comenzó a toser.

-Señor Stark...

-Me gustas mucho, Stevie. -Tony comenzó a reír como si de un chiste se tratará-. Vamos a casarnos.

Steve sonrió. De alguna manera, le parecía tierno, muy tierno.

-¿Sé quiere casar conmigo?

Anthony asintió lo más que podía. El collarín le estorbaba.

Steve, sonrojado, comenzó a reír.

El genio comenzó a decir incoherencias, una tras otra, alegando cuanto lo amaba.

Pepper se había dado cuenta; por ello los grababa desde la puerta.

Era tan tierno su jefe y seguramente cuando viera el vídeo, él pensaria lo mismo.

-Te amo Steveeee.

-Gracias. -Rogers por alguna extraña razón, no se apartaba del castaño.

-Eres mi tipo.

-Gracias, de nuevo.

-Nos casaremos, será una gran fiesta. -Tony seguía planeando su boda, mientras Steve moría de la vergüenza y de la risa.

Era una ternura.

.
.
.
.

-¡Quita eso!

Tony escondió su rostro con sus brazos.

Pepper no dejaba de reproducir el video. Lo había avergonzado y se había burlado de él.

¡Maldición! Se veía patético.

-Tu prometido debe sentirse muy solo. -La mujer sonrió con sarna.

Ese vídeo valió oro puro.

Por su parte, el castaño salió de la oficina y decidió despejarse, comprar un gran paquete de donas. Se sentó en una banca, y dejó que los pensamientos fluyeran.

Hace más de 3 meses que eso había pasado, aún sentía una que otra molestia, pues los golpes internos no eran fácil de curar, pero había sido de alta y no había vuelta a ver al rubio.

Y no quería verlo, no cuando sentía su cara caer de vergüenza.

-Me excedí.

-Si, lo hizo. -Una voz masculina llamó la atención de Stark.

Casi se infarta al ver al enfermero enfrente de él.

Su sonrisa le dijo que lo recordaba... Demonios.

-Usted...

-Señor Stark, creo que es muy apresurado eso de casarnos, pero me gustaría que aceptará tomar un café conmigo. -Steve se mostró divertido y nervioso con la situación-. Por algo hay que empezar.

Tony no podía creer su suerte... ¿Lo estaba invitando a salir?

¡Al diablo! Era café, no podía declinar.

Una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora