31 EL INGENIERO

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A veces la vida conspira en nuestro favor, volviéndose cómplice de las aventuras, caprichos y sueños que jamás debiéramos tener.

Ingeniero, detuve el experimento.

—¿Por qué, si el líder aquí soy yo?

Disculpe pero el flujo de neutrones se disparó a niveles desorbitantes. Parece que se ha corrompido su algoritmo, si en un instante más no se introducían las barras de control, podríamos haber estado al borde de desencadenar una crisis nuclear.

Usted sabe que admiro en demasía su extraordinaria obra. Ha roto tantos paradigmas que estoy convencido que sus preceptos revolucionarán a la humanidad. Como usted, me he entregado al grupo. Al ejercicio de toda una vida de desapego, entendiendo que los sentimientos y las emociones no son más que un producto mental que sólo limitaría los esfuerzos por lograr la verdadera felicidad y que el tiempo bien utilizado brindará oportunidades de concretar estas segundas prioridades.

Estoy convencido de su éxito, sin embargo, debo confesarle, que tras estudiar de manera incansable sus cálculos de transferencia, creo se le ha pasado inadvertido un grave error. La ecuación del regulador tiene un coeficiente de amortiguamiento demasiado bajo y una constante de tiempo inexplicablemente gigantesca. Es evidente que jamás alcanzará a estabilizarse e incluso, en ensayos pasados, le escuché decir que probablemente excedería de forma abrupta la capacidad de disipación térmica y comprometería la integridad del proyecto.

—Es cierto, pero estos pellets de uranio no son tan puros como antes los podíamos conseguir. Debemos replantear la definición del comportamiento natural de su fisión. No quisiera abandonar el proyecto.

—A mí tampoco me gusta perder ninguna oportunidad.

Si algo detesta y encrespa al ingeniero es tener que abandonar un ataque por no tener lista la bomba.

Ordenó, entonces, repetir el experimento.

* *

Adoptamos una agenda. Enlistamos actividades y nos planteamos objetivos. Como queriendo hacer reír a la vida misma, hacemos planes. Simulamos resultados y estimamos desenlaces, sin ninguna herramienta sofisticada, ni bola de cristal, basta con generar notas mentales encuadradas en días, semanas, meses o años, según la fe de uno.

Pero así nos sentimos tranquilos, esperando a que las cosas sucedan a nuestra conveniencia y, como por arte de magia, tal cual nuestros planes; cuando quizá el secreto de supervivencia es mera improvisación.

¿Qué ataque? Pasa al texto 3.

El secreto de supervivencia es mera improvisación. Pasa al texto 1.

Las aventuras, caprichos y sueños que no debiéramos tener jamás. Pasa al texto 37.

Prométeme que jamás escribirás estoWhere stories live. Discover now