Hay cosas que, con tal de no crear una tormenta en un vaso agua, no valen la pena cuestionarse.
El presentimiento y la luz prendida de su recámara.
La frenada en seco y los pasos despavoridos por la escalera.
La puerta entreabierta y todos convertidos en piedra.
* * * * * * * * *
A veces las palabras que se dicen no son las mismas que se escuchan, porque, en esos momentos, la mente no se entera de las palabras que se expulsan de la boca o las que entran por un oído y salen por el otro, de la misma manera como la mano derecha no sabe lo que hace la mano izquierda.
Por eso es bueno guardarse las palabras, porque todas tienen su momento en el cuál serán importantes.
Todos convertidos en piedra. Pasa al texto 65.
Todo tiene su momento. Pasa al texto 19.
Lo que vale la pena cuestionarse. Pasa al texto 43.
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Prométeme que jamás escribirás esto
Short StorySINOPSIS ¿Por qué un collage de microficciones? Por la misma razón que pasan demasiado tiempo las puertas de los refrigeradores abiertas: todos buscamos respuestas, pero quizá no las encontramos por la misma razón que un ladrón no encuentra a un pol...