No todo es como se cree o se desea, ni mucho menos como se planea.
Dada la decadente condición economía global, se ha vuelto costumbre la llegada de tenaces empresarios y gobernantes para visitar la fábrica de confeti, de la cual se presume mantiene la prosperidad económica del lugar. Sin embargo a pesar de deberle en gran medida su éxito económico a los inmigrantes, su política migratoria prohíbe que se ingrese al lugar con propósitos de instalarse, por lo cual es preciso tramitar permisos y contar con hospedaje reservado por anticipado.
Dentro de la fábrica se encuentra un hotel, destacado como el más moderno del orbe pese a encontrarse en perpetua construcción. Ahí llegan a hospedarse absolutamente todos, desde los obreros de la fábrica y personal del hotel, los críticos del mercado de la hotelería, sus gobernantes y hasta el dueño de la fábrica de confeti, propietario del hotel y proclamado fundador de la nación.
En este lugar, los protocolos de seguridad tan solo admiten la entrada de un solo individuo por día, con la excusa de evitar atentados terroristas, el desempleo o incapacidad de proveerles seguro médico y social a sus habitantes. Entonces con la llegada de un turista, todos alivian su preocupación al por fin poder saldar sus deudas.
Tan pronto se recibe del turista el pago en moneda extranjera por una habitación, se va a depositarlo al banco dentro del hotel, donde el billete de moneda extranjera es almacenado, y generada la orden de impresión de un nuevo billete de moneda local en su substitución.
Todos, como buenos administradores aprovechan para realizar transferencias virtuales para pagar a sus proveedores de servicios. Quienes para su fortuna, simultáneamente liquidan los intereses de sus líneas de crédito.
Entonces, en ese mismo instante, los mercados dentro del hotel utilizan los recién ingresados fondos para colocar más productos, por lo general importados y re-etiquetados bajo una marca propia, en sus anaqueles.
Recibida la orden de impresión del nuevo billete de moneda local, la fábrica de confeti, encargada de realizar dicha actividad, vacía la bodega del banco dentro del hotel al extraer el billete extranjero para confetizarlo. Este procesamiento de reciclaje implica la trituración y reintegración del billete para luego poder ser reimpreso con los sellos de la moneda local y puesta de vuelta en la bodega del banco.
Entonces pronosticando la decepción del turista ante su visita, tan solo instantes después de haber depositado el billete extranjero, la administración del hotel decide retirar el recién impreso billete. Así, sin siquiera argüir por la cancelación de su reservación, el turista es indemnizado con el nuevo billete de moneda local.
Para la mañana siguiente, habiendo aumentado el circulante de la moneda local, la administración ha provisto aumentar la cuota de entrada de visitantes extranjeros, quienes, incitados por la atractiva tasa de cambio, han agendado ya su venida.
Así de pronto, la moneda de la fábrica de confeti ha sido adoptada para todo tipo de actividades económicas alrededor del mundo, dándole solidez a la moneda y prosperidad a la gran fábrica de confeti.
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Tras la notable mejoría de los últimos días, finalmente tuvo el tan anhelado sueño en cual se le proyectó un resumen holístico de los episodios que, para bien o para mal, marcaron su vida. A la mañana siguiente, en las noticias circulaba la impactante nota sobre un medicamento, para aquellos con enfermedades terminales, que en su fase experimental había acabado con la vida de todos sus pacientes excepto aquellos que, por mala fortuna, pertenecieron al grupo de control.
Ahora, tras ganar la aceptación de mayoría de las religiones y haber minuciosamente afinado la receta, siguiendo estrictamente los protocolos estipulados por las leyes, han derrotado los falsos preceptos de una monopolizada industria farmacéutica.
En contraposición a buscar, en versión de mala calidad, la vida eterna, hoy se celebra, considerado como el mejor tratamiento para alcanzar una digna muerte, la incorporación al vademécum del mercado de medicamentos, el producto: El imprescindible ciclo de la vida.
Lo que sostiene a la fábrica de confeti. Pasa al texto 22.
La eternidad no es tan buena como imaginas. Pasa al texto 10.
Los ciclos de la vida. Pasa al texto 13.
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Prométeme que jamás escribirás esto
Storie breviSINOPSIS ¿Por qué un collage de microficciones? Por la misma razón que pasan demasiado tiempo las puertas de los refrigeradores abiertas: todos buscamos respuestas, pero quizá no las encontramos por la misma razón que un ladrón no encuentra a un pol...