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ESTIMADOS PASAJEROS, LES PEDIMOS CONSERVEN LA CALMA, NUESTRO CAPITÁN ESTÁ TENIENDO DIFICULTADES PARA ESCUPIR UNA GIGANTESCA BOLA DE PELOS

Descubrirás que algunos solo sonríen cuando se vienen, mientras otros dicen, te amo.

Entre el desenfrenado latir de su pecho, el alcohol en sus venas y la ardiente fricción entre sus cuerpos, se traicionaba a sí misma. Sentía la terrible necesidad de gritar su nombre, pero ─ ¿Cómo se llamaba? ─ No era de las primeras veces que lo veía. Las caricias se habían ido frecuentando conforme se perdía la emoción del riesgo a ser descubierta por su pareja.

Sacudida bajo su cuerpo, en éxtasis, bramidos fugaces empezaban a escapar su boca. El ímpetu se había vuelto insoportable. Le urgía que él ya terminara. Volvía a mirar su rostro, estudiando sus facciones, pero no daba con ningún indicio. Sentía casi inminente el estallido de su cuerpo.

De momentos apretaba los párpados contra sus ojos, como para impulsar la actividad neuronal por encontrar esa sinapsis que diera con su nombre. ─ ¡V! ¡Vi! ¡Víc...! ¡Víctor! ─ Que alivio, pensaba. La tortura terminaba. Mañana estaría de vuelta en casa, vería a su pareja y todo volvería a ser como de costumbre. Agotado se tiró él a su lado.

Volviéndole a recobrar conciencia sus partes, empezó a sentir un tenue cosquilleo. Encrespada en nervio, por no estar segura de haberse protegido debidamente, bajo sus manos para darse cuenta del inhabitual exceso de humedad.

Mientras por su imaginación pasaban cientos de desenlaces terribles, de pronto sintió la calma cuando una inmensa bola de nieve de pistache atravesó la puerta perseguida por hordas de gigantescos conejitos rosados balbuceando velozmente, ─ ¡Muaaa! ¡Muaaa! ¡Muaaa! ─ .

* * * * * * * * * * *

Hay cosas que sin importar como te las pinten, siempre las recordarás en blanco y negro, porque, aunque cada quien las detalla como uno quiere, la verdad jamás requiere maquillaje.

La gigantesca bola de pelos. Pasa al texto 26.

La horda de gigantescos conejitos rosados. Pasa al texto 45.

Lainmensa bola de nieve. Pasa al texto 68.

Prométeme que jamás escribirás estoWhere stories live. Discover now