A veces las mejores balas son las que jamás se disparan.
Cuando dio su turno para presentarse como líder de la operación, no pudo hacer otra cosa más que, con displicencia y tono de despedida, tacharse de ser tan sólo un improvisa-tarugadas: incapaz de siquiera seguir las instrucciones de un modelo para armar sin antes intentar ingeniárselas sin ellas o en el acto echarlo todo a perder. Pues durante el coctel de bienvenida, mientras los demás congeniaban con agrado, tuvo oportunidad de darse a la nefasta tarea de compararse con otras personalidades convocadas a aquella íntima reunión: gente con tal erudición y sensibilidad a los que sólo faltaba levitar para considerarlos como de otra dimensión. A punto de marcharse y ante el desconcierto de la concurrencia, a alguien le hizo gracia su expresión.
— Para que vean, nuestra misión es tan dúctil que hasta un improvisa-tarugadas tiene cabida en tan delicadamente planeada ejecución. Le hemos dedicado incalculables horas de esfuerzo incansable a depurarla hasta el más ínfimo detalle para así evitar cualquier desvío de nuestro objetivo, de tal manera que confiamos sea casi imposible que algo falle, cuando, de cierta forma, nadie puede asegurar lo que entonces sucederá. Por eso es tan importante tener al ingeniero en nuestras filas, pues quién mejor que él mismo para instalar y activar los explosivos. —
Disculpe, pero cómo podría salir vivo, sí... —No sé, usted es el ingeniero. —
* * * * *
Hoy es un día de esos en los que si no sabes lo que buscas, no entenderás lo que habrás encontrado. Es un día en el que todo será perfecto. Un día en el que al entorno te adaptarás, los obstáculos esquivarás y nada podrá interrumpirte el camino.
Hoy es un día de esos en el que deberías ser como el agua, tranquila cuando tiene que serlo, pero encontrando una compuerta —una oportunidad— tomarla con la mesura y velocidad indicada.
Cuando el nervioso jefe se dispuso a colocarle en el pecho el paquete de explosivos, él lo tranquilizó diciendo —No se preocupe, he hecho esto miles de veces.—
La compuerta. Pasa al texto 7.
Lo peor ya lo dejamos atrás. Pasa al texto 33.
Las mejores balas. Pasa al texto 44.
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Prométeme que jamás escribirás esto
NouvellesSINOPSIS ¿Por qué un collage de microficciones? Por la misma razón que pasan demasiado tiempo las puertas de los refrigeradores abiertas: todos buscamos respuestas, pero quizá no las encontramos por la misma razón que un ladrón no encuentra a un pol...