Vi a Eros de barba de 3 días y con unos lentes oscuros sentado al fondo del bar. Asqueado de contar con tantos falsos seguidores, supongo que dejó ya la fama.
Existe, aunque se le niegue, una mujer que ha estado con todos los hombres. Una mujer que nos enseña que, como en el amor los personajes son muchos e intercambiables, el amar es entender que nos van a hacer daño. Porque el amor no se cumple todos los días ni mucho menos dura para siempre. Porque el amor es inverosímil.
Así que lo mejor que nos podría pasar es que, como los yogures, las relaciones sentimentales vinieran con fecha de caducidad. Así nos dedicaríamos a disfrutar hasta el último instante sin perder el tiempo en inseguridades, sospechas ni discusiones. Porque amar es buscar la felicidad a toda costa, aunque se arriesgue todo, sabiendo de antemano que no sirve para nada obsesionarse. Porque el amor no es una manía ni mucho menos una moda de temporada. Porque amar es entender que el futuro no sigue al pasado y que el presente es lo único que importa.
El amor es compartirlo todo sin engañarse y perderle el miedo a la verdad, al cambio y al final; porque el amar es perdonar hasta que el amor no existe.
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Del frenesí de jugar bajo las sábanas y dejarlo todo a la sabiduría de la piel para determinar qué es real y qué no lo es, reconocimos que, aún enamorados, nos separaban cosas más fuertes que lo que entre nosotros vivíamos, y como el amor debe ser algo sencillo y desnudo, lo justo sería armarse de valor y partir en direcciones distintas.
Esa casi nada que lo es todo: la felicidad. Pasa al texto 12.
En direcciones distintas. Pasa al texto 38.
Dequé es real y qué no lo es. Pasa al texto 50.
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Prométeme que jamás escribirás esto
Short StorySINOPSIS ¿Por qué un collage de microficciones? Por la misma razón que pasan demasiado tiempo las puertas de los refrigeradores abiertas: todos buscamos respuestas, pero quizá no las encontramos por la misma razón que un ladrón no encuentra a un pol...